Con las chicas habíamos quedado en reunirnos con los chicos en el hotel de concentración por lo que nos fuimos hacia el hotel, cuando llegamos decidí ir al baño así que les dije a las chicas que iría, entré y después de hacer mis necesidades salí a lavarme las manos, cuando acabé Santiago estaba detrás mío por lo que intenté gritar pero me tapó la boca a tiempo.
-Callate, no vine a nada malo
-¿Qué queres maldito?
-Sé que esperas un hijo mío
-¿Y?
-Que sé que no lo queres y yo tampoco así que tomate estas pastillas y todo estará solucionado, ninguno tendremos lío por ningun pendejo- dijo dándome las pastillas.
-Está bien, después del partido las tomo
-Mejor ahora
-Ok
Puse las pastillas en mi boca y bebí agua para poder tragarlas, él me sonrió y se fue por lo que salí de ahí, me dirigí donde las chicas y como ya estaban con los chicos nos fuimos hacia el restaurante para comer cuando empecé a marearme, varios dolores en mi vientre empezaron a venirme pero intenté disimular algo que me fue imposible, me desmayé totalmente y lo siguiente que recuerdo es despertar en el hospital, Pablo estaba a mi lado llorando por lo que le acaricié el pelo pero rápidamente quitó mi mano por lo que lo miré extrañada.
-No me toques maldita asesina, ¿cómo pudiste abortar al bebé? Sos una desalmada
-Era lo mejor para nosotros
-No lo era, te dije que yo lo iba a querer como mío
-Pero yo no lo iba a querer, me iba a estar atormentando toda la vida por lo que pasó
-No me puedo creer que esté escuchando todo esto, jamás pensé que serías capaz de hacer algo así
-Entendeme por favor
-¿Cómo mierda queres que entienda algo así? Solo se me ocurre pensar que sos una maldita desalmada que solo piensa en ella... estaba ilusionado con ese bebé
-Perdoname Pablo- dije llorando.
-Nunca lo haré, solo decirte que lo nuestro se acabó, no quiero verte nunca más en mi maldita vida
-No me hagas esto Pablo, yo te amo
-¿Cómo sé que no me vas a hacer daño como lo hiciste con ese bebé?
-Basta por favor
-Adiós _________, espero que seas feliz, capaz y hasta te juntas con Santiago si son tal para cual
-¡Pablo no te vayas!
-Hasta nunca- dijo yéndose.
En ese momento rompí en llanto, había perdido a un gran hombre por haberle hecho caso al estúpido de Santiago, me sentía totalmente imbécil pero ahora ya no podía hacer nada, estaba más que segura que Pablo no me perdonaría jamás por esto.
Después de que me dieron el alta me fui a casa de Pablo e hice mis maletas para volver a casa de mi hermano, capaz ni él quiera recibirme en su casa pero eso lo sabría después del partido, solo esperaba que me entienda y no me juzgue pero es que estaba tan desesperada que el imbécil ese se aprovechó para convencerme de hacer semejante estupidez, ahora sí que lo odiaba más que antes si es que eso es posible.
