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*6 meses después*

Ya han pasado seis meses y dentro de poco saldría de cuentas, mi panza ya estaba bastante grande por lo que Pablo como buen exagerado me hacía estar en la cama casi todo el día, ni siquiera dejaba que vaya al baño sola por lo que me desesperaba pero si le decía algo se ponía histérico así que para evitar pelear no decía nada.

-¿A dónde vas?- dijo Pablo apareciendo de la nada.

-¡Pablo me asustaste!

-¿Qué te he dicho de levantarte sola?

-No me va a pasar nada, tranquilo amor

-¿Ibas al baño?

-Sí

-Bueno, te acompaño

Pablo me agarró del brazo y con cuidado me llevó al baño, cerró la puerta y en ese momento sentí un dolor que hizo que grite, él se asustó y me preguntó qué me pasaba por lo que intenté decirle cuando sentí que se me rompió la bolsa por lo que él rápidamente me agarró en brazos, me puso en la cama y después de llevarse unas toallas volvió para agarrarme en brazos, despacio me llevó al auto y me puso en el asiento del copiloto, cerró la puerta y al rato apareció con Javi y un bolso, aseguró al nene y se subió para luego arrancar hacia el hospital, ni bien llegamos a emergencias me atendieron pero a él no lo dejaron pasar porque estaba con Javi, él gritaba histérico pero no podía hacer nada así que vi que agarró su celular y llamó a alguien, justo en ese momento me metieron a una habitación y me acostaron en una camilla mientras yo me retorcía de dolor.

A los minutos Pablo entró corriendo y me agarró de la mano para luego limpiarme el sudor de mi cara con una toallita, se sentó a mi lado y me decía que me tranquilizase pero sentía mucho dolor, más que cuando tuve a Javi incluso por lo que mis gritos eran peores, agarré con fuerza la mano de Pablo y grité al sentir una nueva contracción, él solo me sobaba la cabeza y me hablaba sobre cualquier cosa intentando que no piense en el dolor pero me era imposible.

Estuve alrededor de cuatro horas con contracciones hasta que llegó el momento de tener a mis bebés, me llevaron a la sala de parto e hicieron que Pablo se pusiese un barbijo y una bata verde, él me agarró de la mano y me hablaba mientras el doctor me pedía que pujase, a cada momento sentía que iba a desmayarme, cada vez me mareaba más hasta que me dijeron que ya estaba casi fuera, pujé una vez más y escuché el llanto de mi bebé pero tenía que seguir por lo que con mis últimas fuerzas pujé la última vez y escuché el llanto de mi otra hija por lo que me acosté tranquila y le sonreí a Pablo el cual estaba llorando emocionado, al rato trajeron a las bebés y me las pusieron en el pecho, ellas se acomodaron y se agarraron la mano por lo que sonreí mientras lloraba de felicidad al ver aquella imagen.

Después de todo eso me llevaron a una habitación, Pablo ni bien entramos me dio un beso largo para luego abrir la puerta y dejar que nuestros amigos entrasen, al instante Mica y Aylu agarron a las mellizas en brazos mientras yo cerraba los ojos y quedaba totalmente dormida. Cuando desperté ya era de noche, miré a mi alrededor y Pablo estaba durmiendo en la camilla de al lado, miré a las mellizas y una de ellas empezó a moverse para luego llorar por lo que Pablo se despertó, la agarró en brazos y la paseó por toda la habitación pero la nena no se calmaba.

-Amor, dámela que debe tener hambre

-Pensé que estabas durmiendo- dijo para luego darme a la nena.

-Justo me desperté cuando ella estaba por llorar- dije mientras le daba el pecho a la bebé.

-No sabes lo feliz que estoy mi amor

-Yo también, por fin las tengo en mis brazos

-Sí, son tan hermosas, como la mamá

-Gracias mi vida

-De nada amor. ¿Qué nombre vamos a ponerles?

-No sé, ¿ideas?

-Um, ¿qué te parece Lucía y Erika?

-Me gustan, Lucía y Erika Pérez, que bien quedan

-Sí- reí.

Después de que terminé de darle el pecho a Lucía le di a Erika ya que justo despertó llorando, cuando acabó Pablo la acostó junto a su hermana y las arropó, ellas se agarraron de la mano y se durmieron por lo que Pablo les sacó como quince fotos sin exagerar.

-Descansa mi amor- le dije al ver que cabeceaba a cada momento mientras yo le hablaba.

-No importa, no tengo sueño

-Dale, descansa que tenes que entrenar mañana

-Ok amor, cualquier cosa despertame ¿sí?

-Ok amor, hasta más tarde

-Hasta más tarde

Él me dio un beso en los labios y se acostó en la camilla para al instante quedar dormido por lo que encendí la tele de aquel sitio y me puse a mirar cualquier cosa hasta que el sueño me venció sobre las cinco de la madrugada, apagué la tele y miré a mis hijas mientras sonreía, me acomodé y al rato quedé completamente dormida con una sonrisa en mi cara.

La apuesta {Pablo Pérez}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora