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*1 semana después*

Había pasado casi toda la maldita madrugada vomitando como nunca algo que preocupó a Pablo así que me llevó de emergencia al hospital, cuando me atendieron me hicieron análisis de sangre y un montón de cosas más, el pobre de Pablo no había dormido casi nada así que le llamó a Guille para decirle si le podía dar el día libre y por suerte después de mucho insistir cedió.

-¿Ya estás mejor?- preguntó mientras acariciaba mi estómago.

-No, me duele peor

-Que raro, con esto del suero se te debía haber pasado

-Pero nada, quiero vomitar de nuevo

-Te ayudo

Pablo me agarró de la mano y me llevó al baño donde vomité lo poco o nada que tenía, me lavé la boca y volvimos a la camilla donde estaba acostada, Pablo se sentó en la silla y apoyó su cabeza en la camilla para luego quedar dormido al igual que yo.

Después de un rato el doctor nos despertó ya que tenía los resultados de las pruebas, Pablo me ayudó a sentarme y me agarró de la mano mientras me sonreía.

-¿Y qué tiene mi novia doctor?

-Felicidades, van a ser padres- respondió el doctor sonriendo.

En ese momento quedé en shock total, miré al doctor sorprendida y luego a Pablo el cual estaba casi igual que yo, negué varias veces para reaccionar y sonreí como nunca, Pablo también me sonrió para luego agarrarme de las mejillas y besarme.

-Gracias doctor- le dijo Pablo para luego darle la mano.

-De nada, ahora me retiro, hasta luego- dijo el doctor mientras se iba.

-No sabes lo feliz que estoy amor

-Yo también, voy a ser madre

-Vas a ser una madre hermosa- dijo besándome.

-Gracias amor

-De nada. ¿Te parece si adelantamos un poco la boda?

-Em bueno

-Si no queres entiendo

-No es eso amor, es que sigo sorprendida con todo esto

-Me imagino, yo estoy igual- rió.

-Aun no salgo del shock- le seguí la risa.

Con Pablo salimos del hospital y nos fuimos a su casa, miré el reloj y ya eran las ocho de la mañana por lo que suspiré, de seguro Pablo estaba demasiado cansado así que no lo jodería más en el día ya que lo tiene libre y necesita descansar.

Cuando llegamos fui directo a la cocina a hacer el desayuno pero todo ya estaba hecho, mi hermano y Patricia estaban poniendo las cosas a la mesa mientras reían y se daban algun que otro beso por lo que carraspeé mi garganta, ellos se separaron y me sonrieron.

-Hey buenos días, ¿dónde estaban?- preguntó Patricia.

-En el hospital- respondí.

-¿Qué te pasó mi vida? ¿Estás bien?- me preguntó mi hermano mientras me abrazaba.

-Em sí, les tenemos una noticia- dije mientras agarraba de la mano a Pablo.

-¿Qué noticia?- preguntaron Patricia y Joni al unísono.

-Bueno, van a ser tíos- sonreí.

Los dos gritaron de la emoción y nos abrazaron mientras nos felicitaban, mi hermano me abrazó fuerte y empezó a llorar de la emoción por lo que le limpié las lágrimas mientras reía, era tan tierno.

-Voy a ser tía de nuevo- dijo Patricia sonriendo.

-A ver para cuando ustedes nos hacen tíos- reí.

-Eh no, no es momento todavía- dijo Pablo autoritario.

-¿Qué te haces el autoritario vos? Si luego vas a ser el primero en llorar de felicidad

-Eso es verdad, pero cuando llegue ese día me va a dar algo

-Sos un caso- dijo Patricia para luego abrazarlo.

Los cuatro nos sentamos a desayunar aunque yo solo tomé mi manzanilla ya que todo me daba nauseas, cuando acabamos lavé los platos para luego irme a mi habitación y acostarme junto a Pablo, lo abracé y quedé totalmente dormida.

A las horas desperté y fui corriendo al baño para seguir vomitando, Pablo me siguió y me sobó la espalda mientras me decía que me calme pero me era imposible, me dolía mucho la panza.

-¿Se te pasó un poco?

-No amor, me duele más

-Es normal, bancame que te hago un té

-Ok

Me acosté en la cama y empecé a acariciar mi vientre mientras sonreía y lloraba de felicidad, iba a ser madre, estaba bastante ilusionada por ello. Puede ser que tenga veinte años pero sé que con la ayuda de Pablo podré saber sobrellevarlo, de eso estaba segura.

Al rato Pablo entró con el té en su mano y me lo dio así que lo tomé con un poco de asco, él me sobaba el vientre despacio mientras sonreía.

-Amo tu sonrisa

-Y yo la tuya mi amor

-¿Le vas a decir a tus padres?

-Yo creo, ¿por?

-Por nada amor

-Ah ok

Después de que acabé de tomar el té me acosté y abracé a Pablo el cual estaba bastante dormido, me acurruqué en su pecho y me puse a pensar en las palabras de su madre, lo mejor sería que no le diga nada a Pablo, no quería que pelee con su madre por mi culpa.

La apuesta {Pablo Pérez}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora