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*Una semana después*

Ya había pasado una semana desde aquel día y _________ aun no dejaba que me le acerque, intenté hablar con ella sobre lo sucedido pero solo recibía gritos e insultos de su parte, no podía ni verme porque rompía en llanto al instante, estaba demasiado desesperado ya que ni quería comer, de vez en cuando se levantaba, iba a la cocina y comía una manzana o alguna otra fruta, luego volvía al cuarto y se encerraba todo el día, no quería ver a absolutamente nadie.

Estaba desesperado por toda esta situación así que llamé a Mica, ella estaba estudiando para psicóloga asi que me imagino que sabría como lidiar con ella.

-Pasa Mica

-¿Dónde está?

-En su cuarto

-Ok, ya vengo

-Bueno

Mica se fue a mi cuarto y tocó la puerta, __________ solo dijo un "andate" pero cuando Mica le dijo que era ella abrió al instante, la abrazó y cuando me vio cerró la puerta con fuerza por lo que suspiré, solo espero que Mica le ayude a superar esto.

*Narra __________*

Dejé entrar a Mica ya que sabía que ella iba a poder ayudarme con esto, en cuanto entró se sentó en la cama y me miró seria por lo que esperé a que empiece con su discurso.

-A ver, contame qué pasó

-Ese maldito vino acá cuando estaba limpiando, cuando abrí la puerta me empujó y me agarró de los pelos para después subirme a su auto a la fuerza, cuando pude le mandé un mensaje a Pablo pero él nunca me contestó ni lo vio, ya cuando llegamos a una casa que está por las afueras me metió mientras gritaba pero nadie me ayudó, ya cuando estábamos adentro me amenazó con pegarme así que decidí callarme, de ahí me llevó al cuarto y...- en ese momento no di más y rompí en llanto- me violó un montón de veces, no le bastó con técnicamente romperme la concha sino también atrás, me obligó a hacerle orales, me golpeó hasta cansarse, creo que me desmayé como unas cuatro veces o así. De la nada paró porque parece que miró la hora y se dio cuenta de que Pablo podía estar por llegar así que me puso mi ropa interior y me subió al auto, en ese momento estaba demasiado mal, estaba aturdida por lo que simplemente cerré mis ojos esperando morirme de una maldita vez, ya llegamos aquí y solo sentí que me agarró en brazos, escuché que tocó el timbre y por último me dejó en el suelo tirada como si nada, ya de ahí sentí que Pablo me agarró en brazos y a cada rato me preguntaba qué pasó pero yo no reaccionaba, no podía... pero cuando pude quité mi mano de la suya y le dije que se fuese, hasta ahora no puedo soportar ni que me mire porque cuando él mi mira siento que quien me mira es mi violador

-¿Quién te hizo todo eso?

-Me dijo que si decía algo iba a matarme

-Él no te hará nada, todos estamos para protegerte

-¿Y si no pueden hacerlo?

-No seas tan negativa, tenes que pensar que ese desgraciado tiene que pagar por lo que te hizo

-Tengo miedo Mica- lloré mientras la abrazaba.

-Tranquila, no te va a pasar nada ¿sí?

-¿Y si les hace algo a las personas que amo? No lo soportaría

-No penses en eso

-Está bien, fue Santiago

-¿Ese hijo de puta? Lo voy a matar

-No Mica, por favor no hagas nada

-Bueno, pero lo vamos a denunciar al menos

-Preferiría que no se sepa ¿sí?

-No podes protegerlo así

-No quiero correr el riesgo de que pase algo

-Bueno, pero al menos come, salí, compartí con Pablo

-No

-Él te ama mucho

-Seguro me va a hacer daño

-No es como Santiago, entendelo

-Está bien, haré lo posible por estar con él

-Al menos es un avance, mañana vendré a verte ¿sí?

-Ok, gracias amiga- dije abrazándola.

-De nada, te quiero mucho

-Yo también

-Chau, nos vemos mañana

-Hasta mañana

Mica se separó de mí y se fue por lo que salí, Pablo estaba frente a mí mirándome con una sonrisa en su rostro por lo que también le sonreí.

-¿Tenes hambre?- me preguntó.

-Sí, ¿hiciste algo de comida?

-Sí, vamos que te sirvo

-Ok

Caminamos al comedor y me senté, Pablo me llevó el plato con comida y se sentó frente a mí, empecé a comer y él solo me miraba triste por lo que le sonreí.

-Todo esto es mi culpa

-Claro que no, vos no le dijiste que me haga eso

-Igual no estuve para prevenirlo

-Tenías tus obligaciones

-Perdoname por favor- dijo llorando.

-No tengo que perdonarte nada, tranquilo

-Gracias mi amor

-De nada- le sonreí.

Desde ese momento empecé a sentirme más aliviada, por fin pude aunque sea hablar con él, esperaba que pronto pueda recuperarme del todo y ser la misma de antes.

La apuesta {Pablo Pérez}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora