Parte 10 - 2/2 Preparativos

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No creo que funcione—Theon limpiaba con ímpetu una de las mesas del gran comedor, pero no hacía más que alterarse ante las palabras de la anciana que se transformaba en joven. Ella le pedía acercarse más a Robb, que fueran como los inseparables amigos "íntimos" que habían sido antes, algo complicado, pero no del todo imposible—Robb no me permite ni acercarme...—Recordó. Después de la última visita a su habitación, el Lord le había llamado solo para ordenarle que no hiciera ninguna labor relacionada con él e incluso le evitaba cuando le veía en las lejanías—además, deberías tener más cuidado, no sé como puedes moverte sin que nadie te vea—Dijo mirando de reojo el vestido largo y carmín de la mujer tras él, completamente calmada en la sala común, paseándose por todo el salón como si fuera la dueña.

Nadie quiere acercarse a un traidor, no corro peligro—La mujer roja permanecía derecha, con las manos entrelazadas, como toda una dama, mofándose de su desgracia—dime príncipe Greyjoy, ¿Odias al príncipe?—Preguntó avanzando a pasos lentos y finos hacia una ventana, reconociendo al hombre que se acercaba tras ella.

Theon se quedo quieto, pensativo, hace más de una década que convivio plenamente con los Stark, observando como un pequeño Jon Snow era molestado por Sansa. Bromas crueles de su origen, palabras dolorosas para un bastardo que eran aliviadas por la protección de su padre y su hermano mayor.

Por supuesto ...—Hablo nuevamente regresando su atención hacia el presente—no es más que un mestizo con mucha suerte que no para de regodearse por un linaje que no le pertenece—Contesto empezando a lavar otra vez, pero un golpe con fuerza sobre la mesa que insistía en limpiar lo hizo desistir. Los ojos verdes de la mujer brillaban al dejar caer un fragmento de cristal aparentemente pesado.

No lo odias, si fuera así, el ya no estaría aquí—La pelirroja toco su rostro con demasiado cuidado y Theon casi vomita cuando un pedazo de piel cayó sobre la mesa que limpiaba. Nunca lo había notado, pero de cerca, esa mujer tenía un olor nauseabundo—pero ya me encargare yo de arreglar eso—Hablo acariciando un extraño dije brillante en su cuello. Escuchando como los pasos firmes de un hombre se acercaban por el pasillo principal—haz lo que te digo—Finalizo apresurándose a salir en la dirección contraria que el hombre que llegaba.

El Lord de Winterfell estaba preparándose para salir en busca de Jon, necesitaba hablar con él acerca del día prometido, estar listos. Asistirían nuevamente casas de las cuales desconfiaba y no quería ningún altercado, pero su rostro cambio al entrar al salón principal.

—¿Qué haces aquí?—Reclamó al ver a Theon dentro de la casa principal—te deje bien en claro que no quiero verte—Robb lo miro desde arriba, no le ganaba por demasiados centímetros, pero aún así era lo suficientemente alto para imponerse.

Lo-lo lamento—Tartamudeo el Greyjoy, viejo habito que había adquirido en su estancia cautivo—solo estoy limpiando esta estancia, no quería interrumpirte—él isleño pensaba cada palabra para no enfadarle. La mujer roja le había indicado con precisión sus acciones, pero acercarse a él, era una tarea que lo involucraba demasiado.

No me interesan tus palabras, ya te había dicho que no estuvieras a mi alrededor—Habló en alto pasando junto a él al ver que Jon no estaba allí. Theon era demasiado para soportar.

—¡Robb!—El brazo del mencionado fue sujeto y por primera vez desde que Jon llego a Winterfell se sintió realmente enojado, ¿Cómo podía tocarle después de todo lo que había echo en su contra?. Después todo lo que habían pasado juntos—Lo siento...se que no estas cómodo con mi estancia, pero...en serio lo siento—bajo la mirada, aflojando la mano que lo sostenía pero sin llegar a soltarlo. Un gesto que si bien podía ser interpretado como agresión por cualquier otro no lo sería para Robb, definitivamente no después de todo lo que vivieron.

Matrimonio de LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora