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― ¿Deberíamos decirles? ―Suga al otro lado de la línea preguntó mientras intentaba sostener el teléfono contra el hombro pues la cena no se hacía sola. Dejaba escapar un quejido al sentir como salpicaba un poco de aceite en mi mano derecha. ― ¿Estás bien?

―Creo que ya se habrán dado cuenta. Ya sabes. ―Comencé dejando a un lado el utensilio recordando cómo se habían sorprendido cuando Kageyama se había confesado. ― No, olvídalo. Es mejor ser directos con ellos.

―Parecen nuestros hijos. ―Rio y me dieron ganas de tenerlo a mi lado.

―Suga. ―Comencé tras apagar el fuego. Tenía una idea que aparecía cada tanto entre mis pensamientos. ―Después del torneo, será nuestro final en la preparatoria, ¿Sabes? He estado pensando en muchas cosas pero no tengo solución en lo que respecta al futuro.

― ¿Daichi?

―Vayamos a vivir juntos, Koushi. ― Murmuré con cierta ansiedad, recargándome contra la encimera. 

No Me Dejes CaerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora