Capítulo 5

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Esteban

Tengo exactamente doce días.

Doce días, para conquistar a Lorena y ser su nuevo novio. Aunque sea por navidad.

Voy a darle ese regalo a Majo, lo merece. Haré malditamente feliz a su madre y a ella, y después de que la navidad pase, ya veremos qué es lo que sucede.

Además, Lorena no es una mujer que requiera de un sacrificio humano para estar con ella. Es hermosa, pero para no complicar las cosas, mantendré esto sin contacto físico íntimo.

Cero relaciones sexuales entre nosotros.

Las puertas de la oficina se abren y Majo junto a su despampanante madr, entra a la oficina.

Lorena está usando un vestido gris de manga larga, que se aferra a su cuerpo como una segunda piel y mierda, ahí van mis ganas de mantener esto lejos del sexo.

Realmente la tomaría, esa mujer tiene todo lo que un hombre quiere en un cuerpo femenino.

Sacudo mi cabeza y alejo esos pensamientos obscenos, cuando la pequeña niña que ha estado en mis pensamientos corre hacia mí.

—¡Esteban! —grita. Se detiene frente a mí y extiende una bolsa de papel—. Te hice el desayuno, mamá me ayudó.

—Oh, gracias. —Tomo la bolsa y la inspecciono, mientras Lorena se acerca a nosotros.

—Hola.

—Hola Lorena, te ves hermosa hoy.

Sus ojos parpadean un segundo, está confundida por mi cumplido, pero se sonroja por el mismo. Eso es bueno, empezamos bien.

—Gracias. Tú te ves... uhg bien.

Bueno, eso no se escucha bien.

Suspira y murmura algo entre dientes antes de volver a hablar—. Lo siento, eso no se escuchó bien, quiero decir, que le dices a un hombre ¿te ves bien? ¿Lindo? ¿Increíblemente sexy?

Rápidamente cubre su boca y vuelve a sonrojarse por sus palabras, sus muy abiertos ojos me miran con terror. Me río entre dientes al igual que Majo y procuro salvarla un poco.

—Gracias Lorena, me alegra saber que me veo bien.

—Oh Dios mío, no puedo creerlo —gime mortificada.

Vuelvo a reírme y abro la puerta de mi oficina para ambas.

—Vamos, pasen. Tomaremos el desayuno en mi oficina. —Majo entra sin segunda invitación, Lorena lo hace un poco más dudosa y avergonzada. Le sonrío tranquilizadoramente, y justo cuando pasa por mi lado debo susurrarle—: Tú también te ves increíblemente sexy.

Tropieza un poco con sus pies y la atrapó entre mis brazos antes de que caiga al suelo. Su rostro se torna más rojo de lo que es humanamente posible, murmura una disculpa y trata de alejarse, logro ver su piel de gallina antes de que camine hacia su hija; y puedo concluir que ella también lo sintió.

Esa corriente eléctrica que pasó por mi cuerpo cuando la toqué, ella fue otra víctima de ello.

—Así que... ¿Cuál es la comida favorita de tu mamá?, ¿le gustan las flores?, ¿chocolates tal vez?

—Hmm —Majo deja de hacer lo que le pedí que hiciera hace unos momentos y me mira—, a mamá le gusta toda clase de comida, excepto las arepas. Las odia y no entiendo por qué. —Asiento, tomando nota de todo. Si quiero conquistar a esta mujer para navidad y cumplir el deseo de Majo, tengo que empezar desde hoy mismo a planearlo todo. Quedan sólo doce días a partir de mañana—. Sus flores favoritas son las peonías, le encantan las series de policías y esas, y ama el chocolate blanco.

Un Deseo Para NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora