En navidad se presenta la oportunidad de poder cumplir todos tus sueños.
Los espíritus de esa época del año, se alían para poder materializar todo lo que deseas.
Espero que esta navidad mi sueño de ver a mamá feliz y de poder tener una familia compl...
Al llegar al apartamento de Lorena casi sufro un ataque al corazón.
Lorena me recibe con un matador vestido negro que abraza y resalta cada una de sus curvas. Su cabello está totalmente liso y su maquillaje hace que sus ojos se vean salvajes y sexis.
Es increíblemente tentadora.
—Te ves... simplemente has detenido mi corazón. —Ríe entre dientes y se sonroja—. Espera, debo asegurarme que aún funciona. —Intento tomar mi propio latido en mi muñeca—. Bueno, no es estable, pero aun viviré.
—Eres tonto.
—Tal vez, ¿lista?
—Por supuesto.
Pregunto por Majo, pero me dice que está en casa de su prima Clara. Ella está encantada de compartir su cama con Majo mientras Damián sigue en la ciudad.
—Vamos, déjame llevarte a una cita.
Llegamos al restaurante unos minutos después y podemos notar a todos, observando al hombre más cerrado y antisocial del pueblo, cenar con una hermosa mujer. No demoran los susurros y los indiscretos ojos en nuestra dirección.
Lorena parece no notarlo, o ignora la atención dirigida hacia nosotros. La camarera toma nuestros pedidos y nos adentramos en una agradable conversación antes de que nuestros platos lleguen.
—¿Te mudaste así no más? —pregunta y asiento.
—Madre pegó el grito en el cielo, pero realmente necesitaba otros aires. Me cansé de la ciudad y de las mismas personas. —No menciono que mi prometida me dejó en el altar, para ir corriendo tras el nuevo novio de su madre.
Sí, su padrastro.
—Bueno, yo hice algo parecido, así que entiendo.
—Majo me contó —digo y extiendo mi mano para cobijar la suya. Doy un apretón y continúo—: lo lamento mucho.
—Gracias. Fue... trágico.
—¿Y el resto de tu familia?
—Mis padres viven en la costa norte, tienen una tienda de pesca deportiva. Mi hermana vive con su esposo en Finlandia. El resto está dispersos en todo el país. Mis tíos y primos son algo... aventureros.
—¿Y la familia de tu...
—¿De Javier? Oh, los abuelos de Majo viven en Alicante, él era hijo único. Así que no hay muchos parientes de ese lado cerca. —Hace una pausa cuando la cena llega y toma un poco de vino—. ¿Tú tienes hermanos?
—Sí —Sonrío al recordar a Catalina—, mi hermana menor está en la universidad.
—Viviendo al máximo.
—Qué más quisiera yo, pero es igual a mí, pegada de un libro y demasiado madura para las fiestas y los chicos.
—Oh. Es inteligente entonces.
—Así es, pero mamá desea un nieto y no escatima en pedirnos uno a cualquiera de los dos. No ayuda que Cata no está muy interesada en citas o en chicos.
—Tal vez está esperando al correcto.
—Puede ser, aunque ha dejado muy claro que los hijos y la familia no están es sus planes.
Continuamos hablando de nuestras vidas, omito algunas situaciones dolorosas de mi vida y creo que Lorena hace lo mismo. Es la primera cita y no queremos abrirnos como un libro y revelar todos nuestros secretos. Sin embargo, la cena es más de lo que pensaba y me encuentro riendo y disfrutando de todo. Incluso de los curiosos y chismosos que no disimulan su curiosidad.
Para el final de la cena, le pregunto si desea caminar un poco, acepta y paseamos por el muelle. La brisa alborota el cabello de Lorena y nos reímos cuando se pegan al brillo de sus labios. Pasamos un puesto de cremas y helados y pedimos dos para el postre.
—Oh —chilla Lorena cuando una gota de agua lluvia cae sobre su mejilla, la retiro y me rio cuando otras dos caen en mi rostro.
—Creo que va a llover —digo antes de que se abra el cielo.
—Oh por Dios —grita Lorena, la toma del brazo y corro con ella hacia el auto, riéndonos todo el tiempo.
—Llovió.
—¿Tú crees?
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—La cena fue agradable —murmura jugando con las llaves de su casa. Sonrío al notarla nerviosa y ansiosa.
—No mucho más agradable que la compañía —digo y sujeto sus manos, deteniendo el ruido de las llaves y logrando que me mire a los ojos. Le sonrío nuevamente y me acerco a sus labios—. ¿Puedo comprobar que tu beso será mucho más delicioso que la cena?
Me sonríe y muerde su labio. Sus mejillas se colorean cuando asiente. Sin postergarlo más, le doy a sus labios un pequeño toque, tentando y probando. Sus labios son suaves y su aliento cálido contra el mío. Dejo a mi lengua empujar entre sus labios y profundizo el beso cuando se abre para mí y bebo un gemido de su boca.
Ella sabe delicioso, a sol, frutas, calidez, a todo lo bello que puedo imaginar.
Gruño cuando sus manos se enredan en mi cabello, y como un animal, la arrincono en la pared y la beso con más ahínco, con más pasión. El vestido negro que usa se levanta y cuando siento la piel de su muslo, decido terminar el beso, ante la necesidad tan urgente que nace en mí, de llevarla a su cama y enterrarme profundamente en ella.
—Ese ha sido un increíble primer beso, después de una extraordinaria cita.
—Esta noche soñaré contigo, cuando ponga mi cabeza en la almohada —susurro sobre sus labios. Sonríe y se separa. Sus labios se encuentran hinchados y sonrojados. Su cabello está hecho un lío y debo imaginar que el mío igual.
—Debo entrar.
—Y yo debo ir a casa.
—Buenas noches.
—Buenas noches, Lorena. Dale un beso por mí a Majo —digo y esto hace que se sorprenda un poco y sonría aún más.
—Lo haré.
Espero hasta que entra a su apartamento y camino de regreso a mi auto. Al llegar a casa, ni siquiera el papel roto en mi puerta —cortesía del perro del vecino— hacen que mi buen humor mengue. Me quito la ropa, tomo una rápida ducha fría y voy de regreso a mí cama, para dormir como un bebé, soñando con un ángel.