Mi móvil suena y respondo. ─ Dime cata.
─ Sabroson, han cancelado la sección de fotos.
─ Listo, sabrosona ─ Empleo su mismo tono de voz.
─ Recuerda llamarme. ─ Y con eso corta la llamada.
Aparco la moto y toco el timbre de la casa de mi madre, aprovecho este tiempo libre para quedarme un rato más con ella.
─ ¿Quién? ─ la voz de mi madre suena melancólica y mi corazón se detiene.
─ Soy Keren, Abre Mama ─ digo preocupado, se tarda en abrirme, y me impaciento, finalmente abre y sus ojos están llorosos y mi alma se cae a mis pies.
─ ¿Qué sucede? ─ cuestiono entrando a la casa, tomando su rostro con ambas manos, obligándola a mirarme. ─ Y-yo ─ suelta un llanto desgarrador, que hace que mi corazón se comprima, cierro la puerta con mi pie y la llevo hasta los muebles. ─ ¿Qué te pasa Mama? ─ vuelvo a preguntar. ─ Y-yo tengo cáncer ─ su respuesta me parte el alma, y siento que floto, que he dejado mi cuerpo ahí, pero que mi alma exploto.
─ No. ─ Logro pronunciar, con un enorme nudo en la garganta que me impide hablar. Me coloco de pie desesperado ─ No puedes decirme esto, no es cierto ─ me llevo ambas manos a mi cabeza, siento que va a explotarme. ─ Tu... no ─ la señalo ─ No puedes estar pasando por esto. ¿Desde cuándo? ─ pregunto, pero no responde tiene su rostro guardado entre sus manos. ─ me acerco a ella y me arrodillo para estar a su altura. ─ ¿desde cuándo mama? ─ Me dieron los resultados la semana pasada, quería decírtelo hoy pero no encontré las palabras correctas. ─ Vuelve a llorar desconsolada. ─ Tranquila ─ es lo único que logro decir, me aterra, me enferma verla así, no quiero perderla, no lo soportaría. ─ ¿Dónde? ─ quiero saber en qué parte de su cuerpo está el maldito cáncer, pero realmente me hago una idea ─ En mi seno izquierdo. ─ lleva su mano hasta su seno y ese gesto me mata. ─ Voy a pagarte el mejor médico, el mejor oncólogo saldremos de esto. ─ La puerta se abre y se quién es. ─ ¿De que saldrán? ─ pregunta mientras deja su maletín en la mesa. ─ Tengo hambre, Eliana sírveme la comida ─ Pide mirando su celular, la ira se apodera de mí y tengo ganas de matarlo, la trata como una mierda.
─ Sírvete tu ─ Respondo, colocándome de pie. Voltea su mirada y me observa con una sonrisa irónica. ─ Se lo he pedido a ella ─ cambia su postura a una retadora y me produce odio. ─ Que te la sirvas tú, no entiendes ─ alzo mi voz, para hacerme oír, le ha dado tanta mala vida a mi madre, que no entiendo que hace ella viviendo con ese ser tan despreciable, aún recuerdo como la golpeaba cuando yo solo era un niño. ─ Bastardo, eso es lo que eres ─ Su frase me descoloca ¿Bastardo? ─ Estoy harto de tu maldita existencia ─ me grita ─ Bastardo de mierda ─ Trato de controlarme después de todo es mi padre. ─ Mama vente conmigo ─ La miro, esperando que diga que si ─ Si lárgate con tu maldito hijo ─ Sus palabras cada vez me producen más ganas de patearlo. Mi madre sigue llorando desconsolada. ─ Cállate papa, cállate ─ Aprieto mis manos formándolas en puños. ─ No me digas papa, estoy cansado de que pienses que lo soy, pedazo de mocoso ─ sus palabras llegan a lo profundo de mi. ─ ¿Qué quieres decir? ─ pregunto acercándome a él con ganas de ahorcarlo, pero algo me detiene, huele a alcohol, esta ebrio. ─ No. Por favor William ─ Mi madre se coloca de pie, y tiembla. ─ No le hagas caso cariño ─ dice acercándose a mí. Y colocando sus manos sobre mi pecho ─ Tu padre, solo está enojado, y algo ebrio vete yo estaré bien ─ La miro con melancolía, como puede aceptar que la trate así y más en su estado. ─ No. La tomo de las manos, vente conmigo por favor ─ pido serio. ─ Hazle caso, lárgate con el perra ─ esas palabras son las que rebasan mi paciencia me abalanzo hacia él y lo golpeo con fuerza en el rostro. ─ Maldito, deja de insultarla, hijo de puta. ─ La rabia me sega y lo sigo golpeando.
─ Basta Keren, basta ─ grita mi madre, en medio de sollozos, intenta hacerme parar, gritando ─ Keren basta, por favor. ─ Al escucharla tan desesperada decido parar.
Me coloco de pie y me dispongo a largarme de ese lugar. ─ Maldito, yo no soy tu padre ─ dice escupiendo sangre. Miro a mi madre y ella tiembla desesperada. ─ ¿Qué? ─ estoy anonadado y feliz porque no soy hijo de ese maldito.
─ Como lo oyes pedazo de mierda, no eres más que un Bastardo, al que odio ─ intenta herirme ─ Basura, eso es lo que eres, me alegro de no llevar la sangre de un cerdo como tú. ─ Grito mirándolo con todo el desprecio del mundo, se acerca a mí y me propina una bofetada que me hace tambalear. ─ Lárgate de mi casa, bastardo. ─ Mi madre sigue temblando y llorando desconsolada. ─ Me largo, Mama vente conmigo, por favor ─ suplico. ─ Por favor. ─ vuelvo a pedirle, pero ella no responde, baja su mirada al suelo y niega con la cabeza.
─ Por favor ─ vuelvo a pedir, sintiendo como mis ojos arden.
─ No entiendes que se queda conmigo idiota, me prefiere a mi ─ William rie triunfante y yo me siento como una mierda.
─ Callate o te voy a matar ─ Grito formando puños con mis manos.
─ Te he dicho que te largues de mi casa Bastardo de mierda ─ Sus palabras me producen ganas de arrancarle la cabeza, pero decido calmarme por mi madre que está temblando como una hoja, doy la espalda y decido marcharme dejando a lo mejor de mi vida junto a un miserable que la ha manipulado a su antojo desde siempre, me siento herido, ella nunca me dijo la verdad, dejo que yo viviera junto a ese maldito que lo único que ha hecho es ser un hijo de puta tanto con ella como conmigo.
Me subo a mi moto y arranco a toda velocidad, no puedo evitar que las lagrimas recorran por mis mejillas, odio que este enferma y siga aceptando ese maldito trato que le da ese miserable, luego de volarme varios semáforos y estar apunto de ser arrollado por un camión de alimentos, llego a mi departamento, sintiendo un nudo en mi garganta que me impide tragar, no quiero llorar, no quiero sentirme débil, soy un hombre fuerte, puedo con esto.
Abro una botella de vodka y pego mis labios a ella, como si mi miserable vida dependiera de ello, estoy tan vacío, estoy hecho mierda, mi madre enferma, mi padre no es mi padre, mi vida es una basura, no sé qué hacer con todo esto, realmente no lo sé.
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INESPERADAMENTE DESEADA
RomanceKeren Martínez. Perdido así me encontraba, todo lo que sentía como mío resulto siendo una farsa, en realidad no tenia nada, y necesitaba con urgencia tener algo propio, alguien que me amara, con todo mi desastre de vida. Melanie Arquez. Amo todo l...