CAPITULO #5

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Melanie A.

Me gusta tanto su compañía, en realidad se esfuerza de sobremanera, de verdad quiere ayudarme a encontrar al "Amor" de mi vida.

Después de comerse toda la pizza y solo darme una porción y media, se soba la barriga como un lobo lleno de piedras, la diferencia es que ella tiene el abdomen bastante plano, nota que la observo y ríe achinando sus ojos.

─ Deja de mirarme así fea ─ finge enojo ─ Oye si sigues comiendo así me dejaras en la ruina. ─ alza su ceja izquierda, gesto que nunca he logrado imitar.

─ Ósea nena tu deber en estos meses en los que me quedare visitándote, será solo y exclusivamente darme alimentos de toda clase ─ es tan descarada que no lo puedo creer. ─ ¿Entendido? ─ cuestiona, mientras se coloca de pie.

─ Entendido pequeña cerdita ─arruga su frente molesta. ─ ve a darte un baño de una buena vez. ─ la ínsito a bañarse, tramando una broma que le gustara lo sé,  se comió todo y solo me dio un poco de pizza y eso, eso le costará, sonrio vengativa y ella lo nota. Pero no le da importancia.

Entra a la habitación y toma sus útiles de aseo personal y entra al baño, miro mi móvil y confirmo que la temperatura esta en diez  grados, perfecta para darle la bienvenida a mi querida prima.

Coloco mi canción favorita OMI de Nicky Jam con Cheerleader de fondo y desconecto el cable que hace que el agua se caliente, río a carcajadas. Me siento en el mueble de la sala esperando la reacción de Emma.

─ ¡Ay! Puta madre ─ grita fuerte. ─ ¡Melanieee! ─ Lloriquea y yo no me retuerzo de la risa, asoma su cabeza llena de shampoo y me mira iracunda ─ Hija de Pu... ─ Abro mis ojos, negando. ─ Eh, recuerda que es tu tía ─ digo fingiendo enojo y vuelve a gritar ─ Me las pagaras ─ y siento que moriré de un ataque de risa.

*****

Nos disponemos a dormir, no sin antes lanzarme un par de maldiciones que me hacen reír, de verdad esta enojada y eso me causa mucha gracia. Esta acostada de espaldas y yo hago lo mismo a su lado.

─ Oye ─ me llama ─ ¿Qué? ─ Contesto sintiendo los párpados pesados por el sueño ─ Dime que si te ha gustado mucho Keren ─ la golpeo con mi brazo. ─ No insistas, solo es un humano más en el mundo. ─ No lo es y lo sabes, nadie se resiste a sus encantos y a su enorme amiguito ─ su última palabra me descoloca.

─ ¿Qué amiguito? ─ Pregunto confundida ya que no me mostró ningún amigo del modelito ─ Si, ese que le cuelga entre las piernas ─ ella ríe con descaro y yo Suelto un gritico ahogado, esta mujer sí que tiene una mente sucia y retorcida.

─ Emma ya ─ pido y siento que el sueño está a punto de vencerme ─ Conseguiré su número y tu saldrás con él lo prometo ─ anuncia muy decidida, de solo pensarlo no puedo evitar que un nudo de emoción se instalé en mi estómago, asiento y cierro los ojos dejándome llevar por el sueño, recordando que mañana me esperara mucho trabajo por hacer.

En medio de mis sueños, unos ojos grises oscuros acompañados de unas cejas bien pobladas me acechan.

Keren M.

Luego de varias botellas de Vodka, estoy bastante borracho y siento repulsión por mí mismo, jamás me embriago de esta manera no quiero parecerme a ese maldito que ya no es mi padre, no quiero; aviento con fuerza la botella de Vodka la cual impacta con la pared y se parte de inmediato.

Tomo mi móvil y decido llamar a una de las tantas modelos que me acosan; para que me haga compañía y de paso hacerle realidad el sueño de pasar una noche conmigo, marco el primer número en la agenda y luego de tres timbres me contesta una voz femenina.

─ Keren cariño ─ suena emocionada. ─ Estoy pensando justamente en ti ─ Miento deliberadamente. ─ ¿Quieres que valla a tu departamento? ─ propone con coquetería. ─ Eso es justo lo que deseo bebé ─ da un grito de alegría ─ Ya mismo voy amor ─ y con eso cuelga.

Pasa un largo rato y el sueño llega a mí, niego con la cabeza y me dirijo al baño para lavarme el rostro.

Luego de hacerlo escucho como el timbre de mi puerta suena y me propongo a abrir, intentando mantener el equilibrio, lo logro y es una mujer rubia, con un vestido rojo carmesí pegado a su bien formado cuerpo, la reparo de pies a cabeza con descaro y ella sonríe.

─ Todo esto para ti bebé ─ dice pasándose ambas manos por su cuerpo.

La invito a pasar y ella lo hace con tremenda elegancia. ─ ¿Quieres algo de beber? ─ pregunto mientras beso su cuello y tomo su cintura para pegarla a mí.

─ Si, quiero una copa de champán ─ su voz es entrecortada y eso me hace desearla.

Me aparto y le sirvo lo que me pide. Toma un trago y lame sus labios con sensualidad. Me acerco nuevamente a ella y la beso con lujuria, sintiendo como me abre paso de inmediato entre sus labios, gime en mi boca e intenta quitarme el pantalón de un tirón y lo logra.

Yo quito su vestido con fuerza rasgándolo en dos, beso su cuello, su boca, la toco con pasión, y siento su cuerpo frío junto al mío, la subo en la mesa que tengo detrás, me protejo y la hago mía de entrada.
Sin cuidado, sin una pizca de ningún sentimiento, solo una simple atracción física, generada en un par de minutos atrás. Luego de saciar mi cuerpo me alejo de ella, dejándola sentada en la mesa en la que se entregó a mí.

Lo peor de todo esto es que no logro llenar mis vacíos, al contrario me siento más vulnerable y miserable. Entro al baño y me doy una ducha, buscando estúpidamente lavar mi cuerpo. Cuando en realidad lo único que deseo es lavar mi frustrada y destruida mente.

Al salir encuentro a la rubia de hace unos minutos buscando con desespero su ropa interior se la alcanzo y se la entrego.

─ Creo que debes irte ─ mi voz suena cortante. Ella me mira anonadada ─ ¿Quieres que me valla, después de hacer lo que hicimos? ─ pregunta ladeando su cabeza.

─ Si, ya es hora de irte así que... ─ le muestro la salida. ─ la rubia toma su cartera la pega a su cuerpo intentando taparse, pues tiene el vestido partido en dos. Me mira con rabia y profunda tristeza al verla me siento el peor hombre del mundo.

─ Espera ─ la tomo del brazo y busco mi chequera y le hago un cheque. ─ se lo extiendo ─ no vacila en tomarlo y se marcha sin decir una palabra más, en definitiva todo se arregla con dinero.

Me voy a mi recámara, sintiéndome peor, no comprendo por qué siempre se dejan utilizar, solo se dejan llevar por una cara bonita, mujeres vacías eso es lo que son.
Me acuesto en mi cama y siento que mi vida es una completa y absoluta mierda y que no debo preocuparme por las mujeres con las que tengo sexo porque ellas son iguales a mi... vacías.

Melanie A.

Despierto sintiendo un rico olor a tocino y huevos, abro los ojos algo desorientada y noto que Emma no está a mi lado y ya creo saber dónde se encuentra.

─ ¿te has propuesto acabar con mi comida? ─ pregunto cruzando los brazos, ella sonríe dándole igual.

─ ¿Qué tienes para hoy? ─ Cuestiono mientras camino hasta la cocina y me sirvo un gran vaso de café caliente ─Voy averiguar el número de tu futuro novio ─ afirma, coloco mis ojos en blanco y niego con la cabeza.

─ No creo que lo logres, has dicho que es modelo y me imagino que debe ser famoso ─ La reto, mientras bebo un trago de mi rico café.

─ Eso está por verse ─ se gira hacia mí, mirándome justo a los ojos. ─ Sera tu novio ya veraz ─ No lo creo ─ doy la espalda y me dispongo a alistarme para ir a laborar.

La vuelvo a mirar y esta tan concentrada cocinando que no no lo nota. Preguntas recurren a mi mete ¿Sera que si lograra conseguir su número? ¿Y si lo hace que haré? ¿Le escribiré? Río por pensar esas locuras, ni lo encontrara ni lo llamare y me siento muy segura de eso.

INESPERADAMENTE DESEADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora