Melanie A.
Sentía literalmente que volaba, sus labios eran suaves y en extremo dulces, su beso era tierno y en cierta forma exigente, él estaba tomando todo de mí; nunca nadie me había besado de esta forma tan entregada, tan urgente, tan tierna, este beso era un complemento que sentía me haría explotar de placer. Su lengua invade mi boca y yo gimo al sentirlo caliente y delicioso dentro de mí, este hombre no solo estaba besando mis labios, él estaba besando mi alma, mi ser y yo me sentía extremadamente extasiada.
Una de sus manos acaricia mi mejilla con una delicadeza que me hace querer más, y en ese momento siento como baja la velocidad de nuestro tacto y un sentimiento de abandono se apodera de mi, el lo nota y vuelve a besarme con pasión esta vez es mas exigente, y yo le correspondo con la misma pasión, queriendo fundirme en el, en nuestro beso en todas estas emociones que sentía al respirar.
Me siento mareada esta vez, tomo sus hombros sujetándome, pues sus besos me dejan sin aliento, pero con unas ganas tremendas de más, mucho más.
Toma mi labio inferior y le da una leve mordida que me hace temblar, el sonríe triunfante, posa su mano derecha en mi cintura y su tacto es como un bálsamo. Se separa con suavidad y me mira impactado tiene los labios rojos y sonríe al verme, supongo que estoy igual que el, justo en este momento no se que decir, no se como actuar.
─ Paso por ti a la hora del almuerzo mañana, quiero seguir viéndote. ─ levanta su mano izquierda y roza suavemente mi labio inferior. Su tacto me hace cerrar los ojos.
─ Miel, mi hermosa miel ─ me encanta como me dice, como su voz es tierna al pronunciarlo.
Yo estoy pasmada, no se que decirle, soy poco romántica y temo arruinar este momento de perfección.
─ Te llevo a tu casa ─ suelta y frunce el ceño, es como si el no se creyera lo que justo ahora sucede, lo que acaba de decir.
─ Esta bien ─ me escucho decir, mientras me pierdo en sus ojos, en las facciones de su rostro, ¿Qué ocurrirá ahora? No puedo ocultarlo me gusta, definitivamente me gusta y mucho.
La música del lugar no deja de ser estruendosa, él toma una de mis manos y me guía a la salida.
─ Miel Avisa a tus amigas que te llevare yo ¿de acuerdo? ─ me mira con una intensidad única, había deseado por tanto que alguien por fin me mirara así, aunque fuera por un minuto, el no suelta mi mano y al ver que lo observo, baja la mirada y sonríe.
─ ¿Sabes? ─ me acerca a el con una delicadeza que me desarma, acomoda su cabello que se desordena por la briza fría de la ciudad. No logro decirle nada. ─ No suelo ser así. ─ baja la mirada y ahora su mirada es seria, yo solo lo observo deleitada.
─ ¿Así como? ─ ladeo la cabeza para verle.
─ Miel, así todo caballeroso, tierno no sé qué me ocurre. ─ Su voz es seria. ─ Esto es nuevo para mí ─ ¿A que se refería con "esto"? sin verlo venir vuelve a besarme, coloca ambas manos alrededor de mi cintura, me acerca más a su cuerpo. ─ Eres dulce Miel, tal como lo imagine ─ yo sonrió sobre sus labios, deseando que este momento no termine jamas, quisiera parar el tiempo justo ahora, el besándome con delicadeza, es como si tuviera miedo de que saliera corriendo o de que desapareciera.
El sonido de mi celular hace que nos separemos de mala gana. ─ Contesta miel, espérame aquí voy por mi moto. ─ abro mis ojos de par en par ¿moto?
─ ¿No te gusta la adrenalina?
─ se acerca coquetamente hacia mí y ese gesto me desarma por completo, me lanzo sobre él y lo beso con intensidad con todo lo que tengo por dar, me siento libre, fuerte y extrañamente querida. Tomo su cabello y me pierdo en la suavidad de él, es tan placentero lo que siento que temo despertarme y que todo sea un sueño, un muy buen sueño.
ESTÁS LEYENDO
INESPERADAMENTE DESEADA
RomanceKeren Martínez. Perdido así me encontraba, todo lo que sentía como mío resulto siendo una farsa, en realidad no tenia nada, y necesitaba con urgencia tener algo propio, alguien que me amara, con todo mi desastre de vida. Melanie Arquez. Amo todo l...