CAPITULO #16

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Keren M.

No es cierto estaba hablando más de la cuenta, estaba dejándome llevar sin poner objeción, ella me gusta y mucho, es que desde que la vi me pareció diferente y no se porque, tiene algo que en cierta manera me atrae, se ve tan pura y trasparente y aun mejor se deja llevar sin problema, besarle ha sido mas que revelador, ha sido reconfortante, es como si con sus besos mi alma se fundiera con ella, son emociones que no esperaba vivir, pensé que esas cosas solo las sentían las mujeres, pero no es así yo también lo he sentido, es diferente a todo, a lo que sentí con Yolanda, es como si mi vida ahora dependiera de ella.

─ ¿Dime porque has tomado esta nueva aptitud hacia mi? ─ pregunta mientras bebe un poco de su chocolate caliente, se ensucia la nariz con un poco de ella y por reflejo se la quito con mi boca, ella no se mueve, deja de respirar. Sonrió ante su gesto, bajo hasta su boca y la beso sintiendo como ella me abre espacio, me enloquece, pero no de la manera que todas lo hacen, con ella no es algo sexual, es una sensación por demasía extraña.

─ lo siento ─ me disculpo al verla que me mira sonriendo.

─ No mientas, no lo sientes querías hacerlo. ─ Y vuelve a sonreír de esa forma infantil pero segura.

─ Bueno me pillaste, quiero hacerlo la verdad. ─ esta vez es ella quien se acerca, juega con mi nariz y la suya, besa mis ojos deja un camino de pequeños besos hasta llegar a mi boca, al ver que no me besa como espero, tomo su nuca y la acerco con delicadeza, es un juego que me ha encantado, nos fundimos en un profundo beso, que me deja pidiendo anhelante.

Miro el reloj y es muy tarde.

─ Miel, creo que es hora de volver. ─ ella me mira dándole un ultimo sorbo a su chocolate. 

─ ¿Ya me quieres dejar? ─ pregunta haciendo un puchero.

─ Si la verdad es que ya te quiero dejar ─ digo mientras finjo ver algo en mi celular. Pero miro su reacción su rostro se endurece, vuelve a tener esa postura del primer día.

─ No es cierto ─ me coloco de pie y le tiendo la mano, ella la toma sin pensarlo.

─ Ha sido una de mis mejores noches créeme. ─ ella sonríe. ─ para mi también.

Y como una abeja que la atrae la miel me acerco a sus labios y la beso, es como si no lograra tener suficiente, como si quisiera que nos volviéramos uno.

Pago la cuenta y la mujer de cabello rojo no deja de mirarme, pero yo solo quiero la mirada de mi miel sobre mi, solo ella.

─ Waoo, las mujeres no pueden esconder que les gustas. ─ dice cruzando sus brazos, he notado que ese gesto lo hace cuando algo le molesta. ¿Esta celosa? ¿Dónde quedo lo de no querer controlarme? Sonrió con descaro.

─ ¿Celosa? ─ pregunto acercándome a ella.

─ Puff para nada. ─ miente lo se.

─ Bueno eso esta bien por que me acaba de pedir mi numero y se lo di. ─ la tiento, su rostro se contrae.

─ ¿De verdad? Ni a mi me lo has dado ─ dice triste y ese gesto me mata ¡Dios pero que bella es!

─ Tu no me lo has pedido ─ finjo indiferencia.

Ella no dice nada solo asiente, es tan hermosa cuando se enoja. La tomo en mis brazos. ─ No seas celosa, quiero ser solo tuyo, bueno solo si tu quieres, aunque si no quieres también. ─ ella sonríe, me asombro de mi mismo estoy siendo un cursilero.

─ Yo si quiero ─ dice ella, pasando sus manos por mi cuello. ─ ¿De verdad quieres? ─ pregunto, y ella solo asiente posa sus labios sobre los míos sin hacer ningún movimiento simplemente los une con los mios.

INESPERADAMENTE DESEADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora