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¿Qué somos...?
Podía ver el sol desde la habitación de Abby, su ventana siempre me había parecido muy simpática porque desde ahí en las mañanas soleadas se podía ver gran parte de Seúl y en situaciones como estas se me hacía muy tranquilo ver como el sol se ocultaba entre los edificios altos de la ciudad.
Sentí que Sehun se removió y mi vista esta vez se posó sobre él, se le veía tranquilo y por primera vez había aceptado abrazarlo mientras dormía, se le veía dócil y envidiaba esa tranquilidad.
Mientras yo me aferraba como un koala a él, mis diablos internos danzaban una canción diferente. Durante nuestra entrega pensaba en él y únicamente en él, pero luego me venía la culpa y pensaba en Jong In, en lo que había pasado y en como aquello me había llevado a estar con un tipo al que no conocía mucho pero conocía con excelencia cada parte de mí y de mi cuerpo.
Para Sehun solo era sexo y para mí era lo mismo pero no entendía porque tenía ciertos gestos conmigo, eso solo me confundía respecto a nuestra situación, estaba claro que algo había entre nosotros pero no sabía con claridad que era.
Claro estaba que simples amigos no éramos, amigos con derechos creo que era lo más lógico.
Pero los amigos con derecho no se dan abrazos cargados de amor, ni tienen gestos atentos.
¿Situación? ¿Qué éramos Sehun y yo?
Además Sehun había mentido diciendo que era mi novio con ese tal Tao, luego venía cada que podía y me miraba de manera extraña, no era necesario que siguiera con la mentira.
Sehun giró en su sitio hacia el lado contrario haciendo que la luz le diese en la espalda, iluminando su cabello y dándole un aspecto muy tierno, la sensación de su piel bajo la mía era increíble.
Me abrazó nuevamente y emitió un gruñido mientras abría los ojos muy despacio.
¿Por qué me sentía tan cómoda con él?
Me sorprendí cuando besó mi frente y volvió a abrazarme cómodamente, aquello me llevo a un suspiro y este hizo que Sehun hablara.
- Ya llevas cuatro suspiros -dijo mientras con una de sus manos hacía pequeños círculos en mi espalda.