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La banda sonora es opcional, yo solo pongo las canciones con las que me inspiraba en ciertas partes. Gracias a las nuevas lectoras, este capítulo va para ustedes.
"La primera noche fuera"
Me di cuenta de que ya no estábamos en la sala si no en su habitación, estaba sentada sobre su escritorio mientras intentaba quitarme el sujetador con desesperación, la sensación de sus dedos sobre mi piel era exquisita y nunca antes había sentido algo parecido.
Me hubiese antes gustado la luz de su lámpara dándonos un efecto cálido y mucho más romántico pero ahora solo quería que me quitase la ropa y me hiciera el amor ahí mismo.
Mordió uno de mis lóbulos y volví a perder la consciencia, me perdí en el mar de sensaciones que me estaba provocando el estar en esa situación con él.
Oí un gemido en mi oído cuando desabroché sus pantalones y bajé el cierre de su pantalón.
No quería perder esa sensación, solo quería seguir y llegar al fin de todo eso.
Quería sentir la explosión de mi cuerpo y luego como me rompía en mil pedacitos.
- Enróscate en mí –pidió susurrando y accedí.
Ya no llevaba la gomita en el cabello, ni los zapatos.
¿Dónde los habría dejado?
Sentí las sábanas golpear mi espalda desnuda y luego vi su expresión, sus manos estaban a cada lado de mi mientras me miraba con una intensidad que ahora me gustaba, en todo momento había tenido esa mirada conmigo, le había tomado el gusto porque me hacía sentir deseada y especial.
Nos miramos por largos ratos hasta que finalmente bajó el rostro y me besó, pero esta vez fue diferente, no había pizca de deseo, el beso era lento y pausado como si quisiera probar con precisión el sabor de mis besos.
Fue tan despacio que me desesperé y tomé su rostro entre mis manos para besarlo con más intensidad, al parecer lo tomó como un "continuemos" porque me quitó despacio los pantalones deportivos y besó mi cuello.
¡Mi punto débil!
Casi grité cuando sentí que sus besos ahora iban hacia mis pechos y luego cuando su lengua rozó uno de mis pezones, fue una oleada de placer, me estaba perdiendo en un mar lleno de nuevas cosas.
Luego fue hacia el otro y esta vez tuve que morderme los labios para no lanzar otro grito, sentí sus dientes mordisquear.
Sentí que iba a quebrarme ahí mismo.
Sus manos bajaron por mis caderas y sin dejar de besarme me quitó las braguitas, fue delicado y me gustó tanto que por alguna razón se me pasó por la mente repetir el plato en otra oportunidad.
