Capitulo 22

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Lapis estaba fuera de la casa de su... ¿novia? Esta se echó en el suelo, cayendo de rodillas... escuchaba desde afuera los llantos de Peridot, eran muy dolorosos... "¿Por qué no le dije antes?" Se cuestionaba en su cabeza.

Una llamada aparece en su celular, era Ópalo. Lazuli decide no responder, y simplemente toma un taxi, la lleva a un hotel fuera de la Ciudad, "¿Estás haciendo bien las cosas?".

Llega a un lugar muy lujoso, donde nadie sabía que Lapis era reconocida en ese lugar... le dijo a la Europea que estaría allí esperándola. En la habitación 119, en el último piso, el cual ocupaba casi todo un pedazo de edificio.

Alguien llamaba a la puerta. –Diga.

–Señorita Lazuli, una chica rubia de ojos celestes dice que usted le invito a su seno, ¿La dejo pasar? –Era un mayordomo muy joven y apuesto.

Lapis se levanta de la cama, acercándose al chico. –Antes quiero preguntarte una cosa.

El muchacho no se veía muy seguro, pero despues de todo es su trabajo. –Estoy para servirle Señorita.

–Si... tuvieras una novia, la cual está en coma... y tú debes viajar por cosas del trabajo. Una chica linda se te acerca y coquetea contigo, aunque la ignoras ya que le eres fiel a tu pareja... por temas de alcohol llegas a besar a esa chica... ¿Qué opinas poniéndote en el lugar de tu novia?

El chico piensa la pregunta. –Claramente le contaría sobre lo sucedido antes de tiempo, ya que cuando un secreto se alarga demasiado, sobre todo si es infidelidad... daña la relación hasta tal punto de cortarte, Señorita.

La peliazul quería golpear algo. –G-gracias, puede retirarse, y dígale a la chica que pase, por favor.

–Está bien Señorita.

–Muchas gracias.

–Con su permiso.

–Adelante.

Cuando el mayordomo se retira, Lapis golpea fuertemente un espejo, quebrándolo en pedazos... su mano esta sangrado, y la ira hace que no sienta el dolor y la grave herida que tiene en sus nudillos en este momento.

Va al baño a sacar el botiquín y se sana. Tocan la puerta. –Adelante.

La menor entra. Estaba usando un vestido negro, muy corto, joyas y usaba labial. – ¿L-Lapis?

La puerta se cierra. –Hola Ópalo, ¿Cómo estás? ¿Has llegado bien?

–Eh... S-si... estoy bien... ¿Y tú?

–Bien. Toma asiento, no hay problema.

La chica se sienta en uno de los sillones con cojines blancos y decoraciones doradas. –Dios Lapis... he estado en hoteles de lujo, pero este me impresiona...

–... ¿Te gustan estas cosas?

–S-Sí... mi familia se tomó demasiado tiempo en enseñarme modales para no parecer una extraña en estos lugares.

–Entonces deja de admirarlo, porque pareces una extraña.

La ojiceleste se siente mal. –Y-yo...

–Tranquila, aquí nadie nos ve... estamos solas.

La menor recuerda lo ocurrido en los vestidores, lo cual le hace ruborizarse demasiado. Una mano intenta ocultar su sonrojo. –Huh...

–... ¿Ocurre algo?

–N-no... yo... –Lazuli agarra su muñeca apartando su mano.

–Así que... ¿Te puse nerviosa? ¿Aun te gusto? –Comenta burlesca. –Niña, búscate a alguien más joven, además, ya tengo novia. La rubia se muerde el labio. –... No quiero sonar dura ¿Eh? –Da un suspiro. –Relájate, ya encontraras a una chica que de todo por –Ópalo besa a la peliazul con una fuerza sorprendente. –N-Niña, ¿¡Qué demonios!? –La peliazul intenta zafarse.

– ¿Qué pasa contigo Lapis? Antes te gustaba esto, tus ojos me deseaban. –La nombrada se queda atónita. –No hagas mal gastar mi tiempo... ya me aburrí de ser la chica "tímida", yo de verdad quiero que seas mía.

– ¿¡Eh!? –Lazuli forcejeaba con todas sus fuerzas, pero la chica era más alta que ella, y tenía más fuerza. La ojiceleste le esposa ambas manos. – ¿¡Q-Que mierda haces!?

–Shh ¡Cállate o nos oirán! –Agarra una venda que saca de los bolsillos de su vestido, agarrándolo en la boca de Lapis. La alemana le queda mirando. –Me excita verte así. –Lame sus labios.

La agarra llevándosela a la habitación. –Que cama más grande... agradezco que tenga ese tamaño... podremos practicar muchas cosas juntas, ¿Qué te parece? –Lapis le da una patada en el rostro. –Hey... ¡Cálmate! –La abofetea. –Tú eres mía ahora. –Comienza a desvestir a la chica. –Sé que piensas que estoy loca en este momento... pero... he tenido tantos problemas ¿Sabes? –La deja con ropa interior. –Mira que tenemos aquí, encaje negro... estabas lista, ¿Eh gatita? –Comienza a acariciar sus senos, Lapis intenta no llorar ¡No es su culpa! –Que grandes... ¡Hey Lazuli! ¿Qué te parece si hacemos algo de sexo con ropa? Así calentamos un poco. –Comenta con una voz coqueta.

Lapis vuelve a patearla, esta vez en su abdomen, el movimiento brusco hace que la venda salga de su boca. – ¡Ayuda! ¡Por favor! ¡Que alguien! –La ojiceleste vuelve a golpearla.

–Eres muy difícil... no me dejas más opción. –Saca una pastilla de su bolsillo. –Verás... esta píldora hará que seas más mansa conmigo. –Sonríe como una loca. Lapis comienza a sollozar. –... ¿Lapis? Estas... ¡Estas llorando! ¿Quién lo diría? Anda, ¿Tanto te afecta? ¿Por qué? ¿Acaso es por Peridot? Esa bastarda... yo le voy a mandar una postal de lo felices que seremos tú y yo-

–Sueña. –Se escucha como se baja el martillo de una pistola. –Deja a Lapis... esa tonta es mía.

La ojiceleste ríe como demente. – ¿No me recuerdas Peri?

–... ¿Y por qué debería de hacerlo? Me asquearía saber que te conozco de algún lado.

–Oh... que gran ofensa, hermana. –Se voltea mirando a Peridot.

–O... Ópalo...

–Hola. –Saluda fingiendo voz tierna.

–Desgraciada.

◇◇◇

¡Hola Mis Lectores!

🌹|•Hoy les he traido 2 capitulos en 1 dia (๑•̀ㅂ •́)و ✧ por lo cual espero que los hayan disfrutado... ya que estuve toda la mañana (estoy escribiendo a las 4:03AM) intentando traerles algo fresco y que sea digno de leer. El próximo capitulo será más largo•|🌹

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