- Yo no me hago cargo de lo que puedo llegar hacer “borracha”- dijo levantando las dos manos.
-Te perdono solo porque yo tuve la culpa de que vos terminaras así- dije un poco triste.
-No te hagas drama, no creo que haya pasado mucha vergüenza- dijo inocente.
-Noo, para nada- dije en sarcasmo pero sin que ella lo notara.
En verdad quería mucho a mi amiga, a pesar de todo ella siempre seguía allí conmigo.
Cuando subieron mis segundos padres a el auto me acordé que tenía que contestar el mensaje que había recibido.
“Hola Charlie! Bien, con un poco de dolor de cabeza pero todo bien, y vos? :) En verdad igual la pase bien :3
________ :)”
Cuando le contesté no pude evitar sonrojarme al acordarme lo que había hecho la noche anterior. Aunque cabe destacar que estaba un poquito pasada de copas ya que yo no soy ninguna chica fácil.
Estuvimos hablando y comiendo lo que nuestros padres había comprado en ese pequeño “almacén”, luego de un tiempo llegamos.
El lugar era un bosque en donde no habían muchas personas. Éste estaba lleno de árboles y pájaros, perfecto para conectarse con la naturaleza. Seguimos un poco el camino para tratar de estar más lejos de la gente y pasar un día tranquilo los cuatro sin tener que estar con otras personas desconocidas… Solo la naturaleza y nosotros.
Estacionaron el auto y nosotras al instante bajamos. Nos encontrábamos en un lugar muy lindo, lleno de verde. Dejamos a nuestros padres allí y nosotras fuimos a conocer un poco más el lugar. Íbamos caminando mientras escuchábamos música con el celular. Un campo enorme se presento ante nuestros ojos y al lado seis caballos comiendo y jugando entre ellos, esa imagen era muy encantadora. Luego viendo más lejos había un alambrado en donde avisaba que hasta allí se podía pasar, nosotras obedecimos y no quedamos allí. Luego decidimos acercarnos un poco a los caballos y tocarlos por un rato. A medida que nos íbamos acercando ellos se alejaban mostrando miedo en sus ojos. Nosotras tratamos que nos tomen confianza y lo logramos ya que pudimos tocar tres caballos ya que los otros tres escaparon apenas nos vieron acercarnos. Ellos al principio agachaban la cabeza pero luego se sintieron bien y rozaban su cabeza con nuestro pecho en muestra de cariño. Estuvimos un rato allí y luego decidimos volver.
Pusimos de nuevo música ya que la habíamos parado cuando vimos a los animales. Por suerte no nos perdimos ya que nos acordábamos el camino pese a todos los árboles y camino que se encontraban allí.
Llegamos a donde estaban nuestros padres y la carpa ya estaba armada. Por suerte, ya que la última vez que venimos de campamento y nosotras armamos la carpa en la noche se nos desarmó, a partir de ahí nunca más volvimos a tocar una carpa.
Y como habíamos visto apenas habíamos venido, al lado nuestro (muy pegado) había otra carpa en donde parece que los dueños no se encontraban o estaban durmiendo ya que había mucha tranquilidad ahí.
Luego de una charla con nuestros padres sobre lo que habíamos visto durante nuestra inspección del lugar decidimos comer algo ya que el hambre se apoderaba de nosotras.
-Consulta… Porqué estamos tan pegados a esa carpa?- pregunto Juli señalándola, por lo visto la intriga le ganó.
-Ah! No les dijo Susana?- dijo mi papá sonriéndonos.
-Qué nos tenía que decir?- respondió mi amiga.
-Esa es la carpa de tus tíos y tu prima- dijo él.