Espero con aburrimiento a que terminen las clases, me encuentro sentada mirando hacía la ventana de la sala de clase del profesor Ricardo, más conocido como pescado, esperando a que este terminé de dictar su clase.
Solo ha pasado una hora desde que mi nana me llamo y dijo que me tenia que ir caminando sola hacía la casa, así que le escribí un mensaje a mi amiga Tanya diciéndole que nos vallamos juntas a lo cual ella me responde que sí, pero luego me dice que primero tiene que pasar por una parte y que por favor la acompañe, le digo que sí para luego guardar el teléfono en mi bolsillo y seguir mirando hacía la ventana del salón.
Tocan timbre y salgo como alma que lleva el diablo para esperar a mi amiga afuera, en eso escucho mi nombre y decido voltear hacia donde provienen los gritos.
—Señorita Soledad venga inmediatamente para acá —hijo de put... En eso me jala del brazo y lo fulminó con la mirada. Si las miradas matarán puedo apostar que esté viejo engreído ya estuviese tres metros bajo tierra—.
—Si profesor.
—Su prueba señorita tiene un 3, 0 otro puto rojo —dijo mostrándome mi prueba— si continúa así lamentándolo mucho raspará mi materia.
—Gracias profe —Y sin más salgo corriendo del salón dejando los gritos del pescado al aire—.
Al salir me dispongo a buscar a Tanya con la mirada ya que no la veía por ningún lado, hasta que sentí que alguien me tomó del brazo dándome bruscamente la vuelta haciéndome quedar frente a frente con ella.
—¿Que te dijo la cabeza de rábano? —preguntó curiosa—.
—Me entrego la prueba y dijo que si continuaba así iba a raspar su materia —ella bufo a lo cual yo rodé los ojos—.
—¿Otro rojo? —preguntó molesta—.
—Sí otro rojo.
*****
Me encuentro en mi habitación aburrida chateando con mi amiga o mejor dicho hermana. Ella y yo somos como uña y la mugre. En eso me llega un mensaje de un número desconocido.
¿Hola Soledad como has estado?
De tu admirador.
¿De tu admirador? Me quedó pensando quién podría ser pero que yo recuerde no tengo ningún admirador, ni mucho menos en la escuela soy tan popular como para tenerlo.
Me quedó pensando unos segundos más en quién podría ser hasta que me llegó un mensaje de Tanya por lo cual dejé de pensar en mi admirador y le respondí.
Amiga no me creerás lo que te voy a contar
Me ha llegado un mensaje de un número desconocido diciéndome que es mi admirador secreto.
¿Quién será? O mejor dicho ¿Quién crees que sea?
No lose pero tengo curiosidad de quién pueda ser.
Cuidado, recuerda que la curiosidad mató al gato.
Prefiero morir en el intentó pero de qué me enteró quién es me enteró.
Si aja, ya chao cuídate mañana nos vemos.
Bueno adiós.
Dejé mi teléfono en mi mesita de noche y fijé mi vista en el techo de mi habitación pensando en todo y a la vez en nada.
De tu admirador secreto.
Aunque quisiese dejar de pensar en eso simplemente no podía hacerlo ¿Yo? ¿Un admirador secreto? Era algo que aún no me cabía en la cabeza.
De tanto pensar en mi admirador me quedé dormida. De repente se escuchó la campanita de mi teléfono avisándome que me había llegado un mensaje, perezosamente estiré mi brazo hacía la mesita de noche y lo tomé, me dirigí hacia la casilla de mensajes y lo abrí.
Eres hermosa nunca te olvides de eso.
Ignoré el mensaje y volví a dejar mi teléfono donde anteriormente estaba, después resolvería esto por ahora me encuentro en mi sueño de belleza, me volví acomodar de nuevo en la cama para luego volver a quedarme profundamente dormida.
Cuando salió el concurso de la persona más vaga en el mundo salí de primera yo con una batuta en mis y una tiara en la cabeza quedando que la reina del concurso.
ESTÁS LEYENDO
Amando a un narcotraficante -EN EDICIÓN-
RomansaSoledad una chica estudiante con solo 17 años no muy estudiosa perdió a sus padres en un accidente de coche a los 13 años desde entonces vive con su nana. Estudia con su mejor amiga desde muy chica, Conoce a Eliott de 23 años con muchos secretos...