El cielo está nublado por lo visto está por llover, digo mientras miro por la ventana, en eso suena mi teléfono, me levantó del sillón que se encontraba en mi habitación y me dirijo hacía mi cama que es donde se encontraba mi teléfono. Lo tomó he inmediatamente me dirijo hacia la casilla de mensajes.
¿Cómo amaneció la bella durmiente?
Con sueño y mucha hambre.
¿Quién eres? ¿Te conozco?
Sabía que quién quiera sea no iba a revelar tan fácilmente su identidad pero por lo menos no ganó en no intentarlo.
Ya lo sabrás, todo a su tiempo.
El tiempo tú madre, yo quiero saber ahora quién eres, pero lamentablemente me tendré que quedar con la duda y esperar a que el Señor Todo A Su Tiempo le dé la gana de revelarme quién es.
Decidí no responderle ya que no valía la pena para luego mirar la hora y MALDICIÓN voy atrasada, eso me pasa por quedarme batallando con mis pensamientos de quién podría ser Señor Todo A Su Tiempo, tomó mis cosas y salgo corriendo de mi habitación, bajo las escaleras y me dirijo hacía la cocina para abrir la nevera y tomar un cambur que estaba allí, abrí la puerta y para mi mala suerte se pone a llover ¿Por qué estás cosas me pasan a mí? Pegué grito de frustración y cuando iba cerrar la puerta 3 camionetas pararon justamente frente a mi casa.
Como la estúpida que soy me las quedé viendo embobada para luego reaccionar cuando un hombre bien vestido y con un paraguas en su mano se bajó de una camioneta, temosa cerré la puerta de mi casa y le puse el pestillo a la puerta, si esté tipo pensaba violarme no tan fácilmente podrá hacerlo.
—¿Señorita la llevo alguna parte? —Preguntó dulcemente aquel señor—.
Y tú dijiste, no está ya cayó ya me la puedo violar, con la verga me montó en una camioneta que es primera vez que las veo de todo el tiempo que tengo viviendo aquí.
Saben qué yo mejor me quedó aquí en mi casita haciendo comidita mientras veo películas en mi televisión sin que nadie me molesté u peor querían violarme.
—No gracias —respondo firme—.
—¿Segura? —volvió a preguntar con aquella dulzura que me provocaba tirarle un zapato ya que me estaba haciendo creer que era un persona confiable—.
—Sí muy segura.
De repente mi teléfono comenzó a sonar avisándome que me estaban llamando, deduje la foto de mi mejor amiga he inmediatamente contesté.
—¿Vas a ir a clases? —preguntó—.
—No creo que vaya —dije dudosa—.
—Tienes que venir —dijo pero luego se calló— tengo algo importante que decirte.
Suspiré: —Está bien trataré de ir—.
—Gracias, gracias, gracias te amo —chilló emocionada y sin más colgó—.
Miré al señor que aún se encontraba parado en la puerta de mi casa mirándome dudoso, tomé una gran bocana de aire y lentamente lo fui soltando ya que lo que iba hacer más tarde me iba a arrepentir, le quité el pestillo a la puerta y lentamente la fui abriendo quedando de frente con aquel señor.
—¿Me-me po-podría lle-levar al colegio? —pregunté tímida—.
Esté me regaló una sonrisa tierna para luego tenderme su paraguas y caminar conmigo hacía la camioneta, esperé a que abriera mi puerta y cuando lo hizo me miro tierno: —Suba —dijo aun con aquella sonrisa tierna a lo cual dudosa entré—.
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Amando a un narcotraficante -EN EDICIÓN-
RomansaSoledad una chica estudiante con solo 17 años no muy estudiosa perdió a sus padres en un accidente de coche a los 13 años desde entonces vive con su nana. Estudia con su mejor amiga desde muy chica, Conoce a Eliott de 23 años con muchos secretos...