Capítulo 11

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-¿Cómo iba a saber yo que ella no tenía ni la menor idea que entre las condiciones del abuelo había un bebé?

-¿Tal vez hablando primero conmigo Candy? Siempre te lo dije, inoportuna.

-Tu hermano tiene razón mi amor no era el momento ni el lugar adecuado.

-Tú cállate Matt que vi cómo la mirabas, estoy embarazada no ciega. Y no todo es mi culpa si me hubieras dicho lo del contrato antes esto no habría pasado.

Mierda ¿Por qué me duele todo el cuerpo?

¿Podrían pedirle a todas esas voces que se callen? Me dan dolor de cabeza ¡Ah! ¿Y traerme un frappé de chocolate? Gracias.

-No te lo dije porque habrías enloquecido como ahora.

-¿Y cómo quieren que no enloquezca si ataron a mi hermano de pies y manos además de aprovecharse de una chica de manera injusta? De la arpía de Jessica podía esperarlo, pero no creía que Brian fuera tan hijo de puta.

-Amor no deberías referirte a tus padres de esa manera.

-Matteo mi vida... ¡Cierra el pico!

¿Dónde estoy? ¿Qué me pasó? ¿Por qué me duele tanto el culo?

-Creo que se está despertando.

-Mmm... no lo sé el doctor dijo que le habían dado un sedante para que se calmara.

¿Ese era Theo?

¿Qué hacía Theo conmigo?

Emití un quejido ya que no podía hablar y arrugué los ojos al intentar abrirlos y que la luz me diera de lleno en la cara.

-¿Bebé te sientes bien? –escuché la voz de Theo y un lado del colchón se hundió a mi lado-. Se suponía que debías desmayarte a mi lado así yo te atrapaba y no te rompías el culo contra el piso –me reí pero enseguida me quejé porque me dolía absolutamente todo el cuerpo.

Lentamente abrí los ojos y lo primero que vi fue a Theo sentado en la camilla donde estaba acostada y a Matt enfrente cruzado de brazos apoyado contra la pared. El castaño me sonrió mientras me guiñaba un ojo.

-Les dije que se estaba despertando –les recriminó a los mellizos.

-Felicidades cerebrito –rodó los ojos Theo y se me fijó en mí-. ¿Cómo te sientes?

-A-gu-a –intenté pedir con la garganta completamente seca.

-Casi lo olvidaba –dijo llevando una vaso a mis labios del cual bebí gustosa-. El médico dijo que el calmante te daría mucha sed y podías sentirte un poco adormilada.

Cuando me terminé el vaso aún tenía sed, pero mi garganta estaba mucho mejor, al menos para hablar un poco y sacarme las dudas.

-¿Me desmallé? –pregunté con la voz aún ronca.

-Sí, eso fue mi culpa lo siento –dijo Candace acercándose a la cama-. No debí importunarte así, no fue la mejor manera de abordarte, pero todo es culpa de Theo que no me contó lo que estaba pasando y me preocupé porque soy su hermana mayor, tú debes saber mejor que nadie lo que es tener que cuidad de tus hermanos y... -mierda ¿era posible decir tanta palabras por segundo?

-Ya cállate la estás apabullando –la riñó Theo empujando su cabeza lejos de mi campo de visión-. Matt ponle un bozal la próxima –le dijo al castaño y este sonrió.

-Compraré uno –contestó divertido.

Candace se sentó en uno de los sillones que estaban en la súper habitación y se cruzó de brazos luciendo enfadada por la actitud de su novio y su hermano.

Matrimonio arregladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora