Capítulo 13

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-Bebé

Escuché la voz de Theo que me llamaba pero solté un gruñido y enterré mi cabeza aún más en la suave almohada.

-Cinco minutos más –murmuré y lo escuché reír lo que hizo vibrar mi almohada.

¿Qué pedos?

-Debes tomar tu medicina, ya es tarde nos quedamos dormidos.

Volvió a sacudir mi hombro y con un quejido levanté mi cabeza descubriendo que mi suave almohada era el pecho de Theo.

-¿Qué hora es? –pregunté luciendo seguramente como un topo que salía de su madriguera a plena luz del día.

-Las cinco de la tarde –contestó y sonrió divertido al verme.

-¿Qué? ¿Tengo baba seca? –pregunté pasando mi mano por la barbilla.

Theo negó y rió colocando un mechón detrás de mi oreja.

-Te vez muy tierna con todo el pelo enmarañado y la mirada perdida.

-Idiota –bufé y rodé sobre mi costado para salir de arriba suyo-. Mierda –chillé al sentir una punzada en mi cuello-. Mierda mierda mierda.

-¿Te pasa algo?

-El cuello me duele como los mil demonios, se ve que dormí en una mala posición en el hospital –me quejé acariciando mi cuello levemente.

-Déjame ver soy bueno haciendo masajes.

-De acuerdo.

Me puse boca abajo y con los brazos a mis costados. Theo se posicionó sobre la parte baja de mi espalda pero nunca sentándose allí.

-¿Dónde te duele?

-En la parte del cuello y se extiende al medio entre los hombros.

-Bien, no puedo hacerte masajes si tienes la camiseta allí –dijo tirando de uno de los tirantes de mi pijama.

-Pervertido solo quieres verme en sostén –bromeé y me incorporé un poco para quitar los tirantes y bajarla hasta mi ombligo-. ¿Así está mejor?

-Mmm, espera –sentí sus manos en mi espalda y el ruido del broche de mi sostén abrirse-. Perfecto.

-Tienes que hacerme masajes Romeo no ponerme bronceador –reí y podía apostar que estaba sonriendo.

-No pareces ser de las chicas que necesitan bronceador, tienes un bronceado muy parejo.

-En invierno fuimos a Brasil con mi madre y mis hermanos de vacaciones. Ella odia el frío así que siempre para las vacaciones invernales nos vamos unos días al Caribe o al sur.

-¿Has viajado por muchos lugares?

-Sí y no.

-¿A qué te refieres con sí y no?

-Solo conozco el Caribe, Brasil y las tiendas de Europa. Nunca pude viajar a los lugares que de verdad me gustaban –murmuré-. ¿Sabes? Eres bueno haciendo masajes.

-Siempre quise ser masajista y kinesiólogo, creo que es algo muy relajante.

-¿Y por qué no estudiaste eso? –fruncí el ceño y escuché a Theo bufar.

-Iba a heredar la empresa de mi abuelo. Mi padre era hijo único y con Candace metida de cabeza en las pasarelas no me quedaba mucha opción.

-¿En qué te recibiste? Nunca te pregunté cuál era tu profesión.

Matrimonio arregladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora