Capítulo 6

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-Si esto es tu concepto de infierno, dónde está el diablo que ya me caso -soltó Val mirando asombrada todo a su alrededor.

Valeria siempre se maravillaba de ver el mundo en el que vivía y no importara a cuántas vacaciones por el Caribe la llevara, o la enormidad de fiestas de gala a las que la invitara, nunca terminaría de sorprenderse. Siempre ponía una mirada de niña pequeña con los ojos brillantes de emoción al descubrir algo nuevo, lo que hacía valer la pena pasar por el martirio que me implicaba ser una persona de clase alta.

-Nunca voy a acostumbrarme a que estés forrada en dinero -suspiró tirándose en el enorme sofá del living.

-Corrección. Theo está forrado en dinero, yo soy más pobre que tú en este momento -la señalé-. Es más, soy casi una indigente.

-Desde que se casaron su dinero también es tuyo pequeña cazafortunas -dijo picando mi frente.

-No me llames cazafortunas -gruñí alejando su dedo acusador de mi cara-. No soy una mujerzuela como la que se acostaba con mi padre -escupí entre dientes al recordar por qué estaba en esa situación.

-Es verdad tú hiciste todo conservando tu virginidad intacta -asintió con una sonrisa-. A eso llamo yo calidad.

-Ya deja de decir estupideces morena ¿Trajiste los apuntes que te pedí? -pregunté cambiando de tema.

-Mejor dicho los que mandaste a pedir, ya que hace casi una semana que no sé nada sobre ti, y la primera vez que tengo noticias tuyas después de cinco días de tener que aguantar al idiota de Marcus sola, resulta ser que necesitabas los apuntes de la universidad. Eres tan perra que ni siquiera llamaste tú y un tipo habló conmigo, el cual tiene una voz orgásmica para ser sincera -dijo todo a una velocidad increíble solo propia de ella.

-Me han dicho muchos cumplidos en mi vida, pero nunca que mi voz fuera orgásmica -dijo Oliver entrando al lugar como el puto ninja que era-. Eso es nuevo.

-Ah tú eres el chico de voz orgásmica que habló por teléfono conmigo ayer -comentó mi amiga sin siquiera retractarse de los que había dicho.

Siempre tan Valeria.

-El mismo -sonrió él con amabilidad-. Oliver Kawa, ex fuerzas especiales y actual cuidador de Theo -se presentó extendiendo su mano la cual Val estrechó.

-Valeria Margall, mejor amiga de la ricachona y actual madre soltera -asintió sacando su repelente de chicos número uno.- Y este es el momento en el que sales corriendo luego de escuchar que tengo un hijo -agregó a lo que el moreno rió.

-Mi hermana fue madre a los quince, el hecho de que tengas un hijo no me aterroriza -se encogió de hombros con su usual sonrisa franca-. ¿Cuánto tiene?

-Tres, pero habla tanto que parece de seis. Es una maldita cotorra -bufó divertida.

-Me pregunto a quién habrá salido -ironicé y Val me dio una patada para nada suave-. Al menos tu hijo no es un puto violento -gruñí.

-Cuidadito con ese lenguaje Marissa Martin, no es propio de una dama -me riñó imitando a mi madre.

-Yo diría que ahora es Marissa Smith -bromeó el asiático y le lancé una mirada fulminante.

-Tienes razón -apunto mi amiga-. Creí que te morirías sola, virgen y muerta. Nunca pensé que mi pequeña se casaría -sollozó con falsa emoción.

-Me encanta la fe que me tienes la verdad -espeté sarcásticamente y me sonrió con todos los dientes.

-Al parecer ustedes son muy buenas amigas -comentó Oliver divertido al parecer con la humillación a la que mi amiga me exponía.

Si no fuera tan guapo lo golpearía por maldito.

Matrimonio arregladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora