Capítulo 12

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-Es hora de tu medicina bebé –canturreó Theo entrando al cuarto y extendiéndome un vaso de agua junto a unas pastillas.

Ayer me habían dado el alta y el holgazán de Theo por no trabajar se había tomado la semana con la excusa de que no quería dejarme sola en casa estando en mi estado. Sin embargo había sido bastante divertido tener al rubio dando vueltas a mi alrededor con ese pantalón celeste que le marcaba el culo a la perfección y la chaquetilla abierta dejando ver su dorado torso.

Oh sí, estaba en el cielo.

Metí las pastillas en mi boca y enseguida me tomé el agua encima, pero de todas formas el sabor amargo quedó impregnado en mi paladar. Hice una mueca de asco para devolverle el vaso a Theo.

-Había olvidado el sabor horrible que tenían –me quejé acariciando la cabeza de Cleo que descansaba sobre mi estómago.

Theo se había quejado de que mi perra durmiera en la cama, pero como estaba débil como para discutir con él me lo permitió solo por estos días.

Ja. Solo él cree que Cleo dejará la cama una vez que la tocó.

-¿Cómo te sientes?

-Un poco aburrida, no estoy acostumbrada a estar quieta por tanto tiempo y si intento leer sin mis anteojos me dará dolor de cabeza.

-Bueno creo que sé qué te pondrá de buen humor –sonrió de lado y me guiñó un ojo.

Fruncí el ceño sin saber qué iba a hacer hasta que tomó el control remoto del equipo de audio y Chantaje comenzó a sonar en el cuarto. Conocía a Malumba porque Valeria era una loca fan de él, creo que hasta le había hecho un altar en su habitación. Y bueno a Shakira ¿quién no conoce a Shakira?

¿Pero qué pedos?

Esto va a estar bueno, voy por las palomitas.

Theo comenzó a moverse de espaldas a mí de una forma muy sexy a decir verdad, al compás de la música. Una sonrisa se plantó en mi boca y tuve que aguantar las ganas de reír, por lo que me mordí el labio al ver cómo la tela del pantalón de enfermero se pegaba a su culo bien formado.

Llamen a los bomberos que me estoy quemando.

Theo comenzó a quitarse la chaquetilla de una manera lenta mirando sobre su hombro con una cara "seductora" la que me hizo reír. Finalmente se dio la vuelta lanzándome la prenda en la cara y su perfume me dio de lleno en la nariz mareándome.

¿Por qué tenía que oler tan jodidamente bien?

Entonces siguió haciendo un baile sexy, meneando sus caderas mientras hacía caras con las que no podía parar de reír. En eso desperté a Cleo de tanto sacudirme por mi ataque de epilepsia y cuando vio a Theo bailando saltó de la cama hasta donde estaba enloquecida con el baile.

-¡Sal perro estás arruinando mi stripteasse! –comenzó a gritar intentando quitar a Cleo quién estaba muy concentrada en saltar sobre él-. ¡Auxilio una perra intenta violarme! ¡Seguridad! ¡No puedo trabajar en estas condiciones!

El estómago me dolía de tanto reír y las lágrimas comenzaban a caer por mis mejillas. Al fin Theo pudo tomar a Cleo del collar y sacarla de la habitación, por lo que suspiró cuando la perra ya estaba afuera.

-Hay que ponerle un bozal a esa cosa, va a terminar matándome algún día.

-No seas tan dramático –contesté intentando recuperarme de mi ataque de risa.

-Seguro estás tan agitada de lo excitada que estás –hizo un movimiento gracioso con sus cejas-. No todas pueden resistirse a mi encanto bebé –dijo pasando sus manos por su torso.

-Sí claro, cómo tu digas –rodé los ojos aparentando indiferencia para que no viera lo afectada que estaba.

Que este hombre ande así por la casa no es bueno para la salud.

-¿Cómo te sientes ahora bebé? ¿Más animada?

-Tengo que admitir que me divertí, pero me siento demasiado cansada –bostecé-. El hecho de estar en mi período no ayuda para nada.

-¿Te sientes adolorida? ¿Quieres una píldora? –preguntó incómodo por no saber qué hacer.

-No, con un poco de cariño me basta –sonrió y se acostó a mi lado.

Apoyé mi cabeza sobre su pecho y además de olfatear su perfume como una sucia adicta al crack, descubrí lo suave y delicada que era su piel.

Seguro usa una crema no puede tener esa piel de bebé perfecta.

-¿Te exfolias el cuerpo o algo así? –pregunté pasando un dedo por su pecho.

-No –rió-. Solo uso productos en el cabello, las cremas ya sería demasiado gay. Y antes de que preguntes no me depilo soy lampiño –sonrió.

-Maldito suertudo –farfullé-. Theo ¿puedo hacerte una pregunta?

-Ya la hiciste pero te doy el privilegio de hacerme otra –concedió acariciando mi cabello y rodé los ojos.

-¿Por qué te molestas en hacer todas estas cosas por mí? Digo, no tienes la obligación de hacerlo, solo tenemos que parecer enamorados para la cámara y en lugares públicos. No tienes por qué ser tierno conmigo, alcanzarme mis medicinas y todas estas cosas, pero sin embargo lo haces ¿por qué?

Un silencio incómodo se instaló entre los dos y Theo dejó de acariciar mi cabello de repente. Estaba segura de que lo había cagado todo hasta que suspiró y continuó con mi cabello, pero esta vez también hacía suaves movimientos en mi hombro con el pulgar de su otra mano.

-¿Sabes algo? Mis padres se casaron al igual que nosotros. Papá quería avanzar más rápido de lo que mi abuelo le permitía y por eso se casó con mi madre para que mi abuelo materno le heredara su puesto en el bufet de abogados.

>>Ellos no firmaron un contrato, pero de antemano se sabía que era un matrimonio por conveniencia de ambas parte, a mi madre no le interesaba el bufet, pero como era hija única tendría que hacerse cargo de él algún día, así que vio en mi padre una salida rápida para dedicarse a los cosméticos.

>>Mi abuelo nunca estuvo de acuerdo con esa unión porque decía que un matrimonio sin amor era la peor condena y más si tenían que cumplir con la condición de mi otro abuelo que era que debían tener al menos un hijo. Como podrás ver fuimos dos no uno.

>>Lo peor fue que mi abuelo tenía razón. Con mi hermana nacimos con dos extraños como padres, eran dos personas que vivían cada uno en su mundo sin importarle la vida del otro, y solo se dirigían la palabra para gritarse o discutir.

>>Siempre que quería escapar de eso me iba a lo del abuelo Nick. Él y la abuela Wanda eran el uno para el otro. Tenían ese brillo característico del amor en los ojos cuando se miraban y desde pequeño dije que quería tener eso con otra persona.

>>Mi abuelo me hizo prometerle que si me casaba sería por amor y no por conveniencia como mi padre –sonrió de manera triste-. De más está decir que él estaría muy decepcionado de mí por esto –nos señaló a ambos e hizo una mueca.

>>Él nunca me criticó ¿sabes? Incluso cuando abandoné la universidad él fue el único que me apoyo. No me decía que era un vago como todo el mundo, salía a caminar conmigo por las calles orgulloso de que yo fuera su nieto a pesar de lo que decían en los medios sobre mí. Fue el único que nunca me dio la espalda porque decía que algún día llegaría la mujer que enderezaría mi vida.

>>Recién me preguntaste por qué hacía todas estas cosas por ti. Pues para serte sincero no quiero repetir los pasos de mis padres, quiero que aunque no seamos el uno para el otro podamos ser amigos y que esta solo sea una experiencia agradable en la vida de cada uno. Quiero conocerte mejor porque me has demostrado ser alguien muy particular y quiero que me conozcas a mí –terminó y me brindó una sonrisa-. ¿Tregua?

-Tregua –concedí dándole un beso en la mejilla.

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Matrimonio arregladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora