Kimberly:
Abro los ojos y miro a mi alrededor. Mi cuarto, perfectamente ordenado, para las cámaras que marcan cada momento de mi vida. Anoche, finalmente, se han ido. Ya terminaron todas las transmisiones en donde muestran cada segundo del regreso de las vencedoras de los 76 Juegos del Hambre a sus distritos. En el televisor, cuando no aparecía yo en el 12 reencontrándome con algún ser querido, aparecía Holly.
Cuando llegamos al Distrito 4, apenas salimos del Capitolio, todo era una fiesta. En primera fila, al frente de todo el pueblo, se encontraban Mark y Stephanie. En ese momento no me importaron las cámaras ni lo que se suponía que debía hacer, salí corriendo del andén, me abracé a mis dos hermanos como si hiciera siglos que no los viera. Cuando finalmente los solté, miré a ambos lados. Mamá abrazaba a una niña rubia, con una trenza que iba de lado a lado de su cabello. Una trenza que suelen hacer mi madre y mi abuela. Y a su lado, abrazando a ambas se encontraban un hombre canoso y delgado y la abuela.
-Ven aquí, Kim. -Dijo mi madre con voz ahogada. -Te presento al abuelo Francis, y a tu tía Prim.
A mi otro costado, Holly alzaba en brazos a una pequeña de rizos rubios. Indudablemente, se trataba de Lilith, su adorada hermanita menor. Su madre y su padrastro se encontraban a su lado. Y más allá, Patrick abrazaba a su padre por primera vez mientras Annie lloraba de emoción.
Pero el show no había terminado, cada reencuentro era filmado y transmitido en televisión a todo Panem. Al igual que cuando regresé al 12. No había allí familiares con quienes encontrarme, pero al parecer habían averiguado muy bien quiénes eran mis mayores afectos, porque Sarah y Turner son las primeras personas a las que veo. Nos abrazamos, y murmullos de exclamación y sorpresa se escuchan a mi alrededor cuando Turner y yo nos besamos como si quisiéramos recuperar todos los besos que no nos dimos estas semanas.
-Te amo, te amo, te amo. -Susurra Turner en mi oído mientras se niega a soltar el abrazo en el que me tiene prácticamente atrapada.
-No sabes cuánto te he extrañado. -Le respondo antes de volver a besarlo.
Ayer a la noche, luego de la cena, las cámaras partieron. Aún no ha amanecido. Miro por la ventana, un resplandor en el fondo del bosque indica que pronto saldrá el sol. Me levanto de la cama, sabiendo que no podré volver a dormir. De todos modos, debía levantarme temprano. Hoy me toca regresar a la escuela.
Bajo las escaleras con sumo sigilo, no quiero despertar a nadie. Podría vivir sola si quisiera, en mi propia casa de la Aldea de los Vencedores, pero mis padres han insistido en que me quede en casa, de modo que les he dado mi nueva casa a mis abuelos y mi tía Prim. La abuela ha decidido regresar al Distrito 12.
Preparo el desayuno para todos, pensando en cómo será regresar a la escuela hoy. Mark y Prim me han advertido que cambiaron a todos los profesores y al director. Ahora hay docentes mucho más estrictos, enviados por el Capitolio, que enseñan lo que ellos quieren que aprendamos. Explican cómo Los Juegos del Hambre son justos, cómo todos deberíamos obedecer al Capitolio ya que es quien nos mantiene, y un montón de estupideces más.
Mis hermanos se levantan, desayunamos todos juntos y una hora más tarde, Prim toca el timbre de casa, viene a buscarnos para que vayamos todos juntos a clases.
El día está gris, el cielo completamente cubierto de nubes. Llegamos a la escuela, y todos debemos formar con nuestros compañeros de curso. Luego de escuchar en silencio el himno de Panem, debemos entrar a las aulas.
Es el primer día de clases. Hoy comienzo el último año de escuela. Entramos al edificio y cada uno se dirige a su lugar: Stephanie forma en el primer curso, Prim en el cuarto, Mark en el quinto y yo sigo hasta el octavo. Allí veo a varios de mis compañeros: Sarah y Turner me hacen señas de que me acerque, voy hacia ellos. Está a su lado Vikram, el mejor amigo de Turner. Conversamos hasta que nos obligan a formar: de un lado las mujeres, del otro los hombres, en orden estricto de estatura. Sarah es bastante más baja que yo, por lo que va hacia adelante. Yo soy de las más altas de mis compañeras, estoy casi al último, detrás de Samantha Steel.
-Hola, Kim. ¿Cómo estás? -Me saluda haciendo un esfuerzo por sonreír.
-Hola, Sam. -La saludo con un beso. No soy capaz de decirle nada más. Ni siquiera sé cómo estoy. Y preguntarle a ella, que ha perdido a su hermano en Los Juegos del Hambre hace tres semanas cómo está sería una idiotez.
De modo que formo en silencio, tratando de no pensar. De no pensar en los rizos castaños de Samantha, tan parecidos a los de su hermano. De no pensar en que debe odiarme por estar aquí en lugar de Nat. Y de no pensar, tampoco, en la música que comienza a sonar en los altoparlantes: el himno de Panem, que me trae recuerdos de fotos con caras de chicos que han muerto en los juegos.
Entramos al salón, y nos reparten nuestros horarios.
Me quedo mirando el horario desconcertada. Hay materias que no he tenido en mi vida, como "Belleza y estética", "Primeros auxilios", "Supervivencia" o "Entrenamiento físico".
-¿Qué es esto? -Le pregunto a Sarah, pero ella está tan desconcertada como yo misma.
Entra al curso un hombre a quien no hay que dedicarle una segunda mirada para comprender que es del Capitolio. Su piel es azulada, sus ojos de un verde eléctrico y su cabello morado. Muchos compañeros murmuran, pero el hombre pide silencio con una voz grave y fuerte que deja en claro que no soportará que lo desobedezcan.
-Mi nombre es Riar Lou, soy el coordinador de su curso. -Explica seriamente -Y además soy el profesor de la asignatura Historia de Panem. Seguramente ya han visto sus horarios y las nuevas asignaturas. Como ya saben, nuevamente se celebran los Juegos del Hambre en el país, por lo que el gobierno cree que es muy importante que los chicos en edad elegible de la cosecha tengan una preparación adecuada. Por ese motivo, tendrán todos los días Historia de Panem, en muchas clases veremos cómo han logrado muchos de los históricos vencedores sobrevivir a los Juegos. En Entrenamiento Físico, se entrenarán para el caso de que salieran elegidos. En Primeros Auxilios aprenderán técnicas de reanimación, curación de heridas, antídotos, etc. Similar a lo que verán en Supervivencia. Las clases de Belleza y estética serán dictadas por un especialista del Capitolio, que les enseñará a tener buenos modales, maquillarse y estar agradables para el público.
Miro a mi alrededor con espanto. Hasta ese momento no he vuelto a pensar en los juegos. Pero todas las alusiones de Riar Lou me recuerdan que este año deberé hacer de mentora, y posiblemente, los chicos que tengan que ir a luchar por sus vidas se encuentren en este mismo salón. Esquivo las miradas de Turner, Sarah y Samantha. No soy capaz de mirar a nadie a los ojos, de modo que bajo la vista y la clavo en la madera del banco, observando cada una de sus vetas y marcas.
La clase de Historia es de lo más aburrido que uno pudiera imaginar. Nos explican quién creo la melodía del himno de Panem y qué notas musicales e instrumentos se utilizan para interpretarla. Dos horas de esa clase tediosa. Cuando salimos al recreo de las 10:00, pienso en que agradezco que este sea mi último año en la escuela. Mis padres dijeron que este es el primer año en que los vencedores deben ir a clases. Ninguno de ellos ha terminado la escuela. Yo al principio estaba feliz de volver, quería recuperar toda la normalidad posible en mi vida, como si nunca hubiera ido a la arena.
-¿Qué opinas tú de las nuevas asignaturas? -Hasta ese momento, apenas noté que caminaba por el patio del colegio acompañada de un grupo de compañeros de clases. Maia Simmers, es quien me está preguntando mi opinión.
-Historia de Panem me ha parecido tan aburrida como siempre. -Respondo secamente.
-Ya lo sé, ¿pero las demás? -Insiste -¿Nos servirían si terminamos en la arena?
-Sí, sobre todo Belleza y estética. -Respondo con ironía -No hay nada más importante en la arena que estar hermosa y bien peinada.
Dejo a mis compañeros mirándose desconcertados, y me dedico a caminar sola por el patio, esquivando a todos los que conozco, incluidos mis hermanos. No quiero hablar con nadie. Todos parecen creer que los juegos son una tontería y que si tienes unas clases en donde te enseñen qué hacer podrán sobrevivir. Pero la verdadera responsabilidad caerá sobre mis padres, Haymitch y yo. Nosotros seremos los que lograremos o no ayudar a los Tributos en la arena.
En ese momento entiendo que hay una sola amiga con la que quisiera hablar, la única que será capaz de entenderme porque sabe qué es lo que siento en realidad. Pero está en el Distrito 4. Me pregunto si en su escuela tendrá que soportar cosas similares. Química y Geografía transcurren con normalidad, pero con nuevos profesores, también del Capitolio.
La clase de Entrenamiento Físico es en conjunto en todo el colegio, todos juntos. El profesor es un antiguo habitante del Distrito 12. Vivió muchos años en el 2, pero luego de los Juegos, el Capitolio ha ordenado que todos los habitantes de Panem deben regresar a sus distritos de origen. Su nombre es Gale Hawthorne.
Cuando llego a casa, lo primero que hago es correr hacia el teléfono y marcar el número de Holly. Su día en la escuela ha sido tan malo como el mío.
ESTÁS LEYENDO
El retorno de los juegos del hambre 2: Despues de los juego del hambre
FanfictionGanar Los Juegos del Hambre no significa vivir tranquilo, sino más bien todo lo contrario. Y eso es lo que tienen que aprender Kimberly y Holly, las vencedoras de los 76 juegos del hambre.Además, una serie de cambios las harán preocuparse más que nu...