2. Las nuevas reglas

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Kimberly:

El jueves por la tarde, en la clase de Historia de Panem, anuncian que las reglas de los 77 Juegos del Hambre están listas. Han sido confeccionadas en conjunto entre los Distritos y el Capitolio. Ya no hay cuenta regresiva para decidir cuántos tributos pueden ganar, el máximo es de dos, siempre y cuando sean aliados desde 48 horas antes del final. Se elegirán dos tributos por distrito, sin importar su sexo: podrían salir dos mujeres o dos varones. En la cosecha entrarán los nombres de todos los habitantes de cada distrito y también los de los ciudadanos del Capitolio, sin importar su edad. Hay posibilidades de que regrese a la arena, o que lo hagan mis padres, Haymitch, Annie, Finnick, Holly... ¡Incluso Patrick y su niño podrían salir elegidos! Al pensar en las opciones, casi que prefiero ir yo. Los voluntarios no podrán canjear su lugar por el de los elegidos en la cosecha, sino que los acompañarán a la arena. Si esas hubieran sido las leyes el año pasado, yo hubiera ido a la arena junto con Stephanie. De modo que puede que haya muchos más tributos: dos por cada distrito y el Capitolio da un total de veintiséis, sumado a los voluntarios que se presenten, podría haber cerca de treinta tributos en la arena.

Sin importarme que Riar Lou me llame a gritos desde la puerta del aula, salgo corriendo del curso, de la escuela y corro sin pensar en nada, solo en huir. No quiero huir de verdad, no tengo a dónde ir. Y aunque tuviera un lugar donde hacerlo, no podría dejar a todos. Me detengo cuando siento los pies mojados y miro a mi alrededor. He corrido hasta el bosque, internándome hasta un lago que mi madre me enseñó hace muchos años. Y tengo el agua hasta los tobillos. Retrocedo y me siento sobre una piedra. Observo a mi alrededor y pienso en lo que sucederá en unos meses. Primero, Holly y yo debemos ir a la Gira de la Victoria, luego, seis meses más tarde, será la cosecha, nuevamente.

Camino lentamente por el bosque, de regreso al Distrito 12. Cuando llego, son las seis de la tarde. Mis compañeros de clases deben estar en Entrenamiento Físico. Obviamente, no regresaré al colegio. Seguramente ya han llamado a casa para avisar que me he escapado, y el tipo de sanción que me aplicarán. No me importa. No hay nada que me importe en este momento.

Dudo antes de entrar a casa. No estoy segura de cuál será la reacción de mi madre al enterarse que me he escapado. Sé que ya ha visto las nuevas reglas, las han pasado en simultáneo en el televisor. Apoyo la mano en el picaporte, y abro lentamente. Mamá y papá están sentados en el sillón del living, abrazados.

-¡Aquí estás! -Exclama aliviada mi madre -Ven -Agrega invitándome a sentarme al lado de ella.

Voy hacia ella y nos abrazamos los tres en silencio. En la mesita ratona hay una botella de licor vacía, que me indica claramente que Haymitch ha estado en casa hasta hace poco tiempo. Nadie se mueve hasta que suena el teléfono. Me levanto, sospechando de quién se trata.

-¿Holly?

-Hola, Kim. -Responde su voz del otro lado del cable.

No podemos hablar demasiado, mis padres nos han advertido de que el teléfono seguramente está intervenido. Así que en vez de decirnos lo importante, nos comentamos cómo está el clima, que el mar trae pocas olas en el 4, que el otoño está dejando sin hojas los árboles del bosque del 12.

Mark y Stephanie regresan de la escuela. Por un buen rato, nadie habla. Hasta que mi hermano lo hace finalmente.

-Al menos, si salen alguna de ustedes, puedo hacer algo para que no vayan solas. -Dice mirándonos a Stephanie y a mí.

Mi hermanita le pregunta a qué se refiere, pero yo he entendido de inmediato. Porque es lo mismo que haría yo. Y Mark es demasiado parecido a mí.

-¡Ni se te ocurra! -Bramo histérica comprendiendo lo que pretende -¡No puedes hacer eso!

-No es nada que tú no hayas hecho, ¿por qué este año no podría hacerlo yo? -Protesta.

El retorno de los juegos del hambre 2: Despues de los juego del hambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora