7. Mas noticias inesperadas

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Holly:

Creo que anoche finalmente me quedé dormida cerca de las cinco de la mañana. Hasta poco tiempo antes, Finnick estuvo hablando por teléfono con distintas personas. Primero con Katniss o Peeta, y a quien fuera le dijo que le avise a Haymitch; luego con Joahnna Mason; también con Beetee, y creo que con alguien más, pero la verdad es que a ese punto ya no estaba prestando atención. Todo lo que podía pensar era que lo sucedido a mi madre y a Greg se debía enteramente a mi estupidez. ¿Cómo pude creer que eso no tendría represalias? ¿O que mi familia no estaría en riesgo? Porque sí, esperaba represalias, pero no sobre ellos, sino sobre mí. No me hubiera sorprendido si los agentes de la paz me atacaban a golpes y me mataban a mí, pero que lo hicieran con ellos era tan injusto.

Recordaba la mirada de horror y los gritos de mi madre, la desesperación de Greg porque huyéramos, gritándome que corriera con Lilith. Y los disparos, aquellas detonaciones que acabaron con sus vidas de modo tan cruel.

Annie se ha comportado de modo adorable. Nos dio toallas y chocolate caliente; fue a casa a buscar ropa seca nuestra y me la dio para que me cambie mientras ella misma cambió a Lilith. Y se quedó con nosotras, haciéndonos compañía. La mitad de la noche la pasé llorando con la cabeza apoyada en una de sus piernas, recostada sobre el sofá, mientras en la otra pierna sostenía a Lilith.

Así estamos, las tres dormidas en el sillón cuando siento que Finnick me despierta suavemente. Abro los ojos totalmente confundida sin entender qué hago allí, pero enseguida recuerdo todo lo sucedido.

-¿Cómo estás para ir al colegio? -Me pregunta en un susurro.

No tengo alternativa. Desde la semana pasada, el martes o el miércoles, anunciaron que ir a la escuela es tan obligatorio como presentarse en la cosecha. Lo que significa que si alguien no lo hace, envían agentes de la paz a buscarlo para llevarlos a la fuerza. Lo que menos tengo ganas de ver en este momento son agentes de la paz.

-Iré. -Respondo con resignación.

Me levanto suavemente, tratando de no despertar ni a Annie ni a Lilith, pero Annie abre los ojos apenas me muevo.

-Vayan a dormir a la cama. -Dice Finnick, ella asiente, toma a Lilith cuidadosamente en brazos y sube las escaleras.

-Gracias por todo, y lamento haberte golpeado anoche. -Le digo a Finnick avergonzada.

-Shhh, no tienes ni que decirlo. -Responde.

Normalmente me preocuparía por mi aspecto, al menos mínimamente, pero hoy no tengo energías para nada. Así que simplemente tomo la mitad del té que me ha servido Finnick, incapaz de probar nada más y cuando decido que ya estoy lista para salir me doy cuenta de que llevo la ropa arrugada por haber dormido con ella, mi cabello está completamente desordenado, unas gruesas ojeras marcan el contorno de mis ojos enrojecidos y en la mochila, que no sé de dónde salió, Annie debe haberla traído anoche, llevo las cosas de las materias del viernes. Me cuelgo la mochila al hombro y Finnick abre la puerta.

-Te acompañaré hasta la escuela. -Anuncia.

-Gracias, puedo ir sola. -Ya se ha tomado demasiadas molestias por mí, ha pasado la noche despierto, prefiero que vaya a dormir.

-Pero yo tengo ganas de caminar. -Responde con una sonrisa.

-De verdad que puedo ir sola. -Insisto.

-De verdad que tengo ganas de caminar.

No estoy en condiciones de ganarle una discusión a nadie, así que acepto su compañía. No entiendo por qué dobla en una calle que no es la del camino común a la escuela, hasta que cuando estoy por preguntárselo me doy cuenta de que está evitando pasar por la plaza y me siento agradecida. Caminamos en silencio, y cuando estamos a media cuadra de la escuela siento que Jessica, mi mejor amiga, me abraza. Finnick se despide y seguimos lo que queda del camino nosotras dos. Jessica no dice nada, pero me abraza con fuerza, y luego me acomoda un poco el cabello con sus dedos finos y largos.

-¿Lilith está bien? -Me pregunta y yo solo soy capaz de asentir silenciosamente.

Entramos, y luego del himno de Panem el director informa que tiene un anuncio que dar del Capitolio. Un escalofrío recorre mi cuerpo y escucho con atención lo que lee:

-Tras un acuerdo entre los representantes de cada distrito y del Capitolio, reunido con el presidente de Panem, el señor Snow, se ha decidido que para que la 77 edición de Los Juegos del Hambre sea más equitativa entre todos los distritos, se devolverá la vida en el Capitolio, a todos aquellos vencedores de ediciones anteriores de Los Juegos del Hambre que no hayan muerto por causas naturales.

No entiendo a qué se refiere, ni de quién habla. ¿Qué vencedores han muerto por causas no naturales? Por un momento, me preocupa la idea de que algo le haya sucedido a Kimberly o a alguno de los que conozco, pero entonces recuerdo que Finnick ha estado hablando con ellos por teléfono y que no ha comentado nada de que les haya sucedido algo malo. Es entonces cuando Jessica me explica que se refiere a vencedores que han muerto incluso antes de que nosotras naciéramos. El anuncio dice que ellos regresarán a sus distritos en este mes.

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Kimberly:

Ir a clases es obligatorio, y ahora han prohibido viajar entre los distritos. De no ser así, ya estaría en el Distrito 4 con Holly, abrazándola y consolándola luego de lo que sucedió con sus padres. Pero todas mis posibilidades son llamarla por un teléfono intervenido por el Capitolio y no poder decirle gran cosa. Encima, se me ha hecho muy tarde para ir a clases, así que deberé esperar a llamarla luego de salir.

Apenas ingresamos, nos avisan de que devolverán a la vida a antiguos vencedores, aquellos que no hayan muerto de causas naturales, a fin de que todos los distritos tengan mentores. ¿Significa eso que regresarán las víctimas de los 75 Juegos del Hambre? ¿Y habrá otros que hayan muerto de otro modo que no sean causas naturales? Entonces, revisando la lista de nombres que encuentro en la pantalla gigante que hay en el patio del colegio, lo encuentro: Broam Kiergist, el mentor de Haymitch. Claro, él no ha muerto de causas naturales.

Entonces comprendo hasta dónde llega la dominación del Capitolio, porque Broam se ha matado para evitar ver el sufrimiento de su familia, lo devolverán a la vida, a un mundo en donde han transcurrido muchos años y sus seres queridos, salvo Haymitch, no existen o son muy ancianos. Aquí, uno ni siquiera puede morirse en paz.

-Vamos, Kim. Hay que entrar. -Me llama Sarah y la sigo hasta el aula.

La primera clase del día es Historia de Panem, y nuevamente tenemos que ver una edición de Los Juegos del Hambre. Hoy toca la número veinte. La ganadora es una tributo del distrito 2, cuyo nombre es Lyme. Gio, uno de mis compañeros, menciona que ha visto su nombre en la lista de aquellos a quienes devolverán a la vida.

Durante Matemática, Química y Geografía, no presto la menor atención a las clases. Mi mente está en el Distrito 4, pensando en cómo se encontrará Holly. Según papá, que habló anoche con Finnick, Holly asegura que todo es su culpa, por lo que deducen que Snow ha armado el ataque como una represalia a ella por algo que no hizo. "Hace unas semanas dijiste que no" fueron, según lo que Patrick vio en la plaza, las palabras de un agente de la paz a Holly cuando ella le pidió que dejen en paz a su familia, que haría cualquier cosa. En la Gira de la Victoria. Y yo estoy convencida de que ha sido la noche en el Capitolio, allí fue cuando noté a Holly salir llorosa y alterada del baño. Me siento totalmente culpable por no haberle insistido acerca de qué le pasaba. Cuando se lo pregunté, me dijo que no se sentía muy bien y no le creí. ¡¿Por qué no insistí?! ¿Habría eso ayudado a su madre y a su padrastro?

¿Y aquí? ¿Qué tan a salvo estamos? ¿Hay posibilidades de que suceda algo similar? Vamos caminando con Sarah, Samantha, Turner y Vikram hacia el gimnasio para la clase de Entrenamiento Físico. Pero mi mente está en casa. ¿Qué haría yo si llego y encuentro a un grupo de agentes de la paz torturando a mis padres?

-Vamos a practicar en este muro de escalada. -Anuncia Gale, miro el muro, mide como quince metros de alto. Pensar en la posibilidad de que algo le esté sucediendo a mi familia ahora mismo me espanta. -Kimberly, tu serás la primera. -¿Por qué siempre tienen que tomarme de ejemplo? Avanzo a paso lento hacia el muro, y comienzo a escalar, pero no paso de los primeros topes que resbalo y caigo al suelo. Lo intento de nuevo, y tampoco me sale.

-Lo siento, hoy no puedo hacer esto. -Le digo al profesor.

Para mi sorpresa, no me regaña ni me ordena volver a intentar. Simplemente me dice que no me preocupe, que si quiero hoy puedo pasar el día sentada a un costado de la clase. Y eso es lo que hago.

El retorno de los juegos del hambre 2: Despues de los juego del hambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora