Narra Florencia
Al llegar al apartamento Leila había quedado dormida así que la tuve que alzar, la lleve a su habitación, le puse un pijama y la deje dormida. Yo por mi parte fui a la sala y me quede pensando en lo que había pasado hace unos instantes en la casa de Gonzalo, estaba tan impactada, aun no me podía creer, es que fueron tantas cosas en una noche.
1- Conocer a los padres de Gonzalo.
2- El beso que me dio Gonzalo.
3- Gonzalo me ama.
4- Gonzalo quiere ser mi novio.
5- Rechace a Gonzalo.Lo increíble era que todo lo que paso fue con Gonzalo, ¿Por qué arruino así las cosas? Estábamos tan bien, el como un ángel caído del cielo para ayudarnos, al cual amo, pero no la forma que él quisiera. Yo estoy segura de que no amo a Gonzalo como pareja, nunca me vería con el como tal, solo como amigos.
Mi cabeza esta echa un lio, ¿Cómo es que un chico como Gonzalo se fija en mí? Por Dios, él es muy guapo, en la revista casi todas (Y algunos todos) babean por él, y le guste justo yo, que lo considero un gran amigo.
Sentí que mi teléfono vibró y lo tome y me di cuenta que era un mensaje de Gonzalo, ¿Qué hago? ¿Lo leo?; Tome el teléfono y leí el mensaje de Gonzalo.
“Solo quería que supieses que te amo y que eres una mujer muy importante en mi vida, no me voy a rendir, te voy a conquistar cueste lo que me cueste, nunca había sentido algo igual por una mujer, así que no voy a dejar ir este sentimiento preciosa, te amo, te amo, te amo, no voy a rendirme, descansa y recuerda que te amo xx”
Al leer ese mensaje sentí como las lágrimas caían por mis mejillas, no quiero lastimarlo. Cuando me dijo todas esas cosas en su casa note que sus ojos estaban muy húmedos, no quiero que llore por mí, no valgo la pena, él es un hombre maravilloso que merece una mujer que lo ame, no a mi.
Subí a mi habitación y trate de dormir, fue algo complicado, pero lo logre.
A la mañana siguiente me levante y escuche la risa de Leila, hoy era domingo y no tenía que ir a trabajar, baje a la sala de estar y lo primero que vi fue un ramo de rosas muy hermoso y tenía una carta, la tome y decía “Para la mujer más bella” y abajo unas iniciales “G.G”, no fue difícil saber quién era. Fui a la cocina y allí estaban Leila y Gonzalo cociendo quien sabe qué.
--Buenos días Flor --Dijo Leila.
--Hola hermosa –Dijo Gonzalo sonriendo.
--Hola a ambos, ¿Qué haces aquí?
--Solo viene a visitar y a traerte un regalo, ¿Lo viste?
--Si, muchas gracias, están hermosa.
--No como tú, pero intentan serlo.
Fue inevitable no sonrojarme con eso, sentí que mis mejillas ardían y me sentí nerviosa, y cuando estoy nerviosa respiro con dificultad, solo mire al suelo.
--Flor, Gonza dijo que podíamos ir hoy al cine, ¿Podemos?
--Mmm no lo sé, no quiero incomodar a Gonzalo –Dije aun con la mirada baja, ya que seguía sonrojada.
--Nunca harían eso.
--Está bien.
-Siii –Dijo Leila aplaudiendo –Ya la comida estará lista, ¿Puedes poner la mesa Flor?
--Claro.
Puse la mesa con vasos y cubiertos para 3 personas, Gonzalo trajo la comida y eran huevos revueltos con tostadas y jugo de Naranja. Los 3 nos sentamos a comer y comentábamos sobre qué película ver, y al final decidimos que elegiríamos en el cine, Leila se fue a bañar y me dejo sola con Gonzalo ¡Genial! Nótese el sarcasmo. Fui a lavar los platos y deje a Gonzalo solo en la mesa, me sentí nerviosa al estar sola con el, y lo peor del caso es que Leila dura siglos en el baño, estaba tratando de concentrarme en otra cosa hasta que sentí una respiración en mi oído, sabía que era el, pero no iba a voltear, no.
--Te amo –Susurro a mi oído y un escalofríos paso por toda me columna.
--Gonzalo, ya para por favor.
Se puso a un lado de mí y me miro, ya estaba acabando con los platos y luego iría a mi habitación y me daría una ducha muy larga para relajarme.
--Solo te digo lo que siento por ti, ¿Eso está mal?
--Si.
--Sabes que no.
Termine de lavar los platos y me fui a mi habitación ignorando sus palabras.
ESTÁS LEYENDO
Déjate Amar
Teen Fiction"Para Florencia la vida no es sencilla, sus padres murieron en un accidente automovilístico hace 2 años atrás y su hermana pequeña padece una enfermedad terminal. A los 20 años Florencia tuvo que dejar de lado todo para poder trabajar y pagar los al...