Faltan 3 capítulos para terminar la novela, contando el final.
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Me quede viendo a Patricia tratado de asimilar las cosas.
--Esa mujer era yo, ese hombre era Jorge mi esposo y ese niño que dimos en adopción con el dolor de mi alma, eres tu.
Quede en un estado de shock muy notable, la miraba y ahora todo tenía sentido, por eso es que sentía tanta conexión con ella, ella era mi madre, ella era la mujer que me trajo al mundo, yo nunca quise saber de mis padres porque pensé que eran unos cobardes, pero habían pasado por tanto.
No dije nada y me puse de pie y salí del lugar sin decir nada, camine hasta un parque que se encontraba cerca y me senté en un árbol y comencé a llorar como un niño, estaba ensuciando todo mi traje pero me daba igual. Me sentía tan mal, me sentía una mierda, siempre hable mal de mis padres, siempre dije que eran los peores, pero nunca quise preguntar por ellos, mis padres (Silvia y Charly) cuando querían decirme sobre ellos solo les decía que no quería saber de unos cobardes que no lucharon, pero si lucharon, pasaron por mucho.
Sentí una mano en mi hombro y levante la mirada y me encontré con Flor parada a mi lado.
--Lo siento –Dije en voz baja.
--No te preocupes –Dijo sentándose a mi lado.
--No tengo que estar así por eso, lo siento tú estás mal por Leila y yo…
--Gonzalo tranquilo, ¿Me quieres contar lo que paso?
Se sentó a mi lado y me abrazo, yo le conté lo que acaba de pasar y llore, me sentía mal, me sentía lo peor, siempre hable mal de mis padres, siempre los odie, pero nunca había preguntado qué había pasado.
--Lo siento, no debería estar así por esto, estamos en el funeral de Leila y yo vengo y…
--Tranquilo, tú no elegiste saber la verdad hoy. Y sobre lo que me contaste… Gonzalo, tu no lo sabías nada, cualquiera pudo pensar mal
--Mi mama, Silvia, siempre me quería contar sobre ellos, pero yo no se lo permitía, yo era el egoísta que no permitía, ella me decía que las cosas no eran como yo pensaba, pero siempre dije no.
--Solo tenías miedo amor.
--No lo sé…
--Vamos, dentro de poco llegan para llevar el cuerpo de Leila al cementerio.
--Ok, vamos.
Narra Florencia
Había estado todo el día en la funeraria, yo había vestido a Leila, le puse su vestido favorito, se veía como un ángel, bueno ya era un ángel, me daba tranquilidad saber que ahora estaba en un lugar mucho mejor y le agradecía todo lo que me regalo, todo lo que vivimos juntas, todo lo que me enseño, cada segundo que estuvo conmigo fue muy valioso, cada segundo que estuvo junto a mí era el mejor momento y ahora que no la tengo más solo le puedo dar las gracias por todo lo que me dio, ella desde hoy era un ángel, el ángel más hermoso que tendría el cielo, el ángel más alegre y más puro que estaría en el cielo.
Gonzalo fue el que puso a Leila en el ataúd, era blanco y pequeño, no la quería ver allí dentro, no podía, quería tener su imagen de la niña hermosa y no la que estaba en una caja, pero sin embargo no me aleje, quería estar cerca, aunque suene raro aun la siento a mi lado, aun siento que está conmigo.
En la funeraria no habían muchas personas, no era la persona más sociable del mundo, pero eso o importaba, estaba la persona que desde hoy se convirtió en mi todo, si él estaba no importaba nada, él era el único que me importaba ahora, él era el único que me soporto y aunque ahora no había ni querido hablar con él, él seguía para mí, sin importar que, seguía conmigo.
Me levante de la silla dispuesta a buscarlo y lo hablando con la enfermera que siempre atendía a Leila, ella estaba hablando y el la miraba con impresión, de la nada él se levantó y salió del lugar, mire a Silvia y ella abrazo a su esposo, lo único que puede escuchar fue “Ya lo sabe”, no entendía a que se referían así que salí tras él, él estuvo para mí todo este tiempo y ahora el me necesita a mí, camine unas cuadras y lo vi, se notaba tan indefenso, nunca lo había visto así, siempre era fuerte y si estaba así era por algo.
Me acerque y le toque el hombro, el me miro y le pedí que me dijera que había pasado, el me contó cada detalle de la historia, me contó sobre porque lo habían adoptado y se sentía fatal por haber odiado a sus padres, de hecho recuerdo que una vez él dijo que los odiaba, que no quiera saber nada de ellos, siempre decía que era unos cobardes, que buscaban las cosas fáciles, pero ahora que sabía la verdad se sentía fatal, no me gustaba verlo así, trate de hablarle un poco y mostrarle que no era su culpa, pero ahora no lo iba a hacer. Nos paramos del pasto y fuimos de nuevo a la funeraria tomados de la mano, él ya estaba algo más tranquilo y eso me hacía sentir bien, saber que él estaba bien, me hace bien a mi.
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Déjate Amar
Teen Fiction"Para Florencia la vida no es sencilla, sus padres murieron en un accidente automovilístico hace 2 años atrás y su hermana pequeña padece una enfermedad terminal. A los 20 años Florencia tuvo que dejar de lado todo para poder trabajar y pagar los al...