“A Leila no le queda mucho tiempo de vida”
Esas palabras fueron como dagas para mí, saber que iba morir y no puedo hacer nada. El doctor nos dijo que no podíamos quedarnos ya que Leila está de nuevo en la UCI, Gonzalo me insistió en que fuéramos al apartamento para descansar y mañana volviéramos, como la verdad no tenía ni siquiera ganas de vivir, le dije que sí.
Había entrado a la ducha, mis lágrimas se confundían con las gotas de la ducha, mis sollozos era lo único que se escuchaba, pegue mi espalda a una de las paredes y me deje caer hasta el piso, oculte mi cabeza en el hueco que quedaba entre mis rodillas y mi pecho, sentía dolor puro, sentía como si arrancaran un pedazo de mí y lo arrojaran lejos, sentía que me faltaba la respiración, y eso no era del todo falso, la respiración me faltaba, no podía respirar bien gracias a los sollozos y el enorme nudo de la garganta. Mire al techo del baño y un grito de dolor salió de mí, sentía que me estaba desgarrando, pero la verdad no me importa, la quiero a ella conmigo, la necesito a mi lado, no puedo estar sin ella, definitivamente.
Narra Gonzalo
Estaba fuera del baño escuchándola llorar, escuchando como sufría, no podía hacer nada, ella necesita sacar todo, ella necesita desahogarse. Me dolía escucharla llorar, escuchar como gritaba palabras como “¿Por qué?” “No” “Ella no merece esto” entre más cosas. Y yo no podía decir que era fuerte, porque la verdad también me encontraba llorando, desde que nos dijeron en el hospital que no le quedaba mucho tiempo de vida, había llorado como nunca en mi vida, y es que Leila se ha vuelto como una hermana, y la adoraba, quería estar todos los días al pendiente de ella, quería estar siempre para ella y para Flor, y que ahora no puede estar más tiempo con nosotros, me hace sentir devastado.
Vi como la puerta del baño se abrió y salió de él, una Florencia con un pijama abrigado y unos ojos rojos, me miro en el piso y se sentó a mi lado, puso su cabeza en mi hombro y soltó un suspiro entrecortado, yo por mi parte solté un sollozo fuerte y le di un beso en la cabeza a Flor.
--¿Qué vamos a hacer sin Leila? –Me pregunto Flor tratando de no sollozar.
--No tengo ni idea y no me lo quiero ni imaginar.
--¿Por qué a ella? ¿Ella que hizo mal en el mundo?
--Tal vez no es que haya hecho algo mal, pero puede que esto sea lo mejor.
--¿Para quién? –Dijo con voz muy baja.
--Para ella, tal vez Dios necesita un ángel tan puro como ella en el cielo, o puede que este mundo en unos años sea muy malo para ella y Dios no quiere permitir que ella viva en la crueldad, no lo sé, solo Dios sabe porque hace las cosas –Dije tratando de no llorar.
--Si, puede que sea eso –Sollozo –Tal vez ella este mejor con mis padres que conmigo, tal vez sea eso.
No hablamos más y nos quedamos así por varias horas hasta que me di cuenta que Flor se había quedado dormida, la tome en mis brazos y la lleve a la habitación, la acosté en la cama y la cubrí. Tenía la nariz roja y los ojos se notaban hinchados, me acosté del otro lado de la cama y me quede mirándola, no había conocido mujer más hermosa en la vida, tal vez no es la mejor arreglada en el mundo, ni tenga el mejor cuerpo, pero para mí era única, era perfecta.
Me la quede mirando unos minutos más y luego me vino a la cabeza la enfermera, esa mujer tenía algo, pero no sabía que, algo de ella llamaba mi atención, había algo en ella que me hacía pensar y querer saber de dónde la conozco, tal vez mañana le pregunte a mi mamá quien era ella, tal vez se conocen, sean amigas o alguna vez haya ido a mi casa y no lo recuerde. Pero ¿Por qué me llama tanto la atención? Desde el momento que la vi sentí que algo en mi quería salir corriendo a abrazarla, pero no sé porque, no comprendo porque sentía eso.
Deje de pensar en eso cuando sentí un peso en mi pecho, mire hacia abajo y me di cuenta que Flor estaba dormida y abrazada a mí, la abrace y le di un beso en la frente para también poder ir a dormir y dejar de pensar en cosas sin sentido y me enfoque en la maravilla de mujer que estaba conmigo en la misma cama, cerré los ojos y me dispuse a dormir con la maravillosa sensación de tener a Florencia entre mis brazos.
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Déjate Amar
Teen Fiction"Para Florencia la vida no es sencilla, sus padres murieron en un accidente automovilístico hace 2 años atrás y su hermana pequeña padece una enfermedad terminal. A los 20 años Florencia tuvo que dejar de lado todo para poder trabajar y pagar los al...