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Narra Gonzalo

Luego de un rato Flor se quedó dormida, ella estaba muy dolida y no era para menos, yo también lo estaba, amo a esa niña, es muy especial para mí y sé que está en una situación muy difícil y sé que puede morir en poco tiempo y eso Flor no lo soportaría y no sé qué es capaz de hacer y simplemente me da miedo.

Después de pensar mucho me vino a la mente una idea que podría ayudarnos mucho, desperté a Flor y le dije que iba al baño, me levante y fui a un lugar donde podría hablar por teléfono y llame a un viejo amigo de la familia.

Llamada

--¿Diga?

--¿Doctor Sosa?

--Si, ¿Quién habla?

--Hola Doctor, es Gonzalo Gravano.

--¿Gonzalo? Hijo tanto tiempo sin saber de ti, y dime ¿En qué puedo ayudarte?

Le conté al doctor toda la situación de Leila y sobre el trasplante y que no se encuentra alguien compatible para Leila, el escucho con atención todo lo que le dije.

--Pues veras Gonzalo, hoy en día muy poca gente dona órganos y es muy complicado encontrar la compatibilidad con los pocos que se dona, yo haré lo que pueda para encontrar en otros centros de donación y si encuentro a alguien compatible te diré pero necesito que me envíes los análisis de la niña.

--Muy Bien doctor, muchas gracias.

--No hay de qué hijo, sabes que puedo ayudarte en lo que sea.

Fin de la Llamada

Fui a donde estaba Flor de nuevo y la encontré con un café en la mano, me senté a su lado y ella se recostó en mi hombro y así nos quedamos un largo rato, yo estaba pensando y de la nada llego el beso a mi cabeza, sé que ella lo hizo de modo de agradecimiento y sé que no siente nada por mí, pero sé que lo lograre solo tengo que tener algo de paciencia y seguir esperando.

Déjate AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora