22

289 32 5
                                    

Me desperté al escuchar me celular sonar, me solté de Flor con cuidado para no despertarla y salir de la habitación, como no tenía ropa aquí con la cual dormir, dormí con la misma ropa que tenía ayer, saque mi celular del bolsillo y mire que era mi mamá, así que le devolví la llamada.

--Gonzalo ¿Dónde estás? –Dijo mi mamá con tono preocupado.

--Tranquila, estoy en casa de Flor, me quede aquí.

--Dios, por lo menos avisa, tu papá y yo estábamos preocupados.

--Lo lamento, con todo lo de ayer olvide de avisar.

--¿Qué paso ayer, Gonzalo?

--¿Puedes ir al hospital a las 9 de la mañana?

--Por supuesto, pero ¿qué paso?

--Cuando nos veamos te digo, no lo puedo decir por teléfono.

--Bien hijo, nos vemos, te amo.

--Yo también te amo mamá, adiós.

Mire la hora y vi que eran las 7:48 am, dentro de poco Flor se despertara, así que es mejor preparar algo para comer. Salí de la habitación y fui a la cocina, con lo que había prepare algo sencillo pero que nos llenaría, cuando estaba poniendo la mesa Flor apareció.

--Buenos días.

--Hola linda, ¿cómo dormiste?

--No tan bien, soñé toda la noche con Leila y no cosas buenas.

Me acerque a ella y la abrace, ella paso sus brazos por mi espalda y se aferró a mí, tenía la respiración calmada pero la sentía muy tensa.

--¿Qué soñaste?

--Que se moría, pero lo que dolió mas fueron sus palabras, me decía que yo no la iba a necesitar y que ella no me quería, que ella no me necesitaba.

--Solo fue un sueño.

--Pero de solo pensar que de verdad ella no me necesita me pone mal, hace unos meses me dijeron que tal vez ella sentía que era una carga, pero no lo es, nunca será una carga para mí.

Levante su rostro y vi que tenía los ojos rojos, vi que tenía una expresión de angustia y me ponía mal acerque mis labios a los de ella y sentí que de un momento a otro se relajó, sentí que ella me necesitaba a mí y sentía que esa era la mejor manera de demostrarlo, me separe de ella y me miro a los ojos

--Solo relájate, vamos a comer y luego vamos al hospital.

Ella solo asintió y le serví el desayuno, ella comió en silencio, luego fue a la habitación y se cambió de ropa para poder ir al hospital.

Cuando llegamos vi a mi mama, nos acercamos a ella y le contamos lo que el doctor nos había dicho, Flor fue a la habitación de Leila y yo me quede un rato con mi mamá hablando, pero nuevamente vi a esa mujer.

--Mamá, ¿Conoces a esa mujer?

Mi mamá miro a donde le indique y su rostro cambio totalmente, parecía que hubiese visto a un fantasma.

--Dios mío.

Fue lo único que escuche decir, la mire esperando a que me dijera algo pero lo único que hizo fue tomarme del brazo y salir conmigo de donde estábamos

--Mamá cálmate ¿Quién es esa mujer?

--No es nadie, vámonos de aquí.
--No hasta que me expliques quien es ella.

--No es nadie importante, pero nos tenemos que ir.

--No voy a dejar a Flor acá sola.

--Gonzalo no hagas las cosas más difíciles, vámonos ahora mismo.

--Mamá, no me voy a ningún lado.

--Gonzalo…

--Silvia.

Mi mamá miro sobre mi hombro para encontrarme con la mujer, mi madre y ella se quedaron mirando por unos momentos como si podían creer lo que veían, como si no pensaron volverse a ver mas nunca, yo estaba a punto de hablar, pero mi madre me gano.

Déjate AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora