Un "Te quiero" por parte de él

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Harry me miró en los ojos. Nos quedamos así un rato, y llevé mi mano en su cara acariciandola. Él no hizo nada, siguió mirándome.

-Hunt... -pronunció al fin y al cabo-

Puse mi mano en mi barriga, dejándola descansar y él cogió mi mano entrelazandola, pero no apartaba la vista. Cerró los ojos y suspiró.

Al final no dijo nada, y volví a posicionarme como antes para mirar la televisión.

¿Que quería decirme? Me he quedado con la intriga, dilo Styles! Maldito jefe arrogante pero sexy. En definitiva, me gustaba, pero no quería dar el paso de decie "Te quiero" no somos nada, pero deseo que algún día lo seamos.

-T-Te quiero. -dijo derrepente, nervioso-

Me quedé un momento formulando lo que me dijo, y volví a la posición de mirarle a los ojos.

Él no me miraba esta vez, estaba nervioso, se le notaba.

Narra Harry

Por fin le dices la verdad Styles, por fin. Me hubiera gustado que me lo dijera ella, por que sonaría muy, muy, muy cursi de mi parte. Pero tube que hacerlo.

Ella me miraba y yo no, tenía miedo por la respuesta que iba a decir. ¿Y si era un "yo no"?

-Styles... -la miré- No creí que usted iba a decir dos palabras que significan mucho para mí. -sonrió- Yo también te quiero. -añadió, sonrojada, y sonreí-

Me acerqué a ella agachandome y junté mis labios con los suyos.

Narra Caitlin

¡Me dijo te quiero! Seguro que mi alma bailaba de felicidad.

Sr agachó para poder besarme y así lo hizo. Nuestros labios iban al mismo compás. Lo quería. ¡Lo quería!

Nos separamos por falta de aire y sonreímos.

Me levanté de sus piernas, viendo que Harry los movía. ¿Por que no me dijo que se les había dormido las piernas? Reí, y me miró.

Volví hacía Harry con otra posición. Él estaba dentado, y yo lo abrazaba con las piernas, quedando él y yo de frente.

Apagó la televisión y esta bajó lentamente.

Pegué mi frente con la suya y acaricié su mejilla.

Sonreí, y él igual.

-¿Desde cuando Harry? -me separé de él y me miró sin entender de que hablaba- ¿Desde cuando me quieres? -se tensó un poco-

-Desde hace mucho. -levanté una ceja- El primer día que te ví trabajando ahí.

-¿Hace 1 año? -asintió- ¿Y por que decidiste hablarme o establecer una amistad conmigo este año? -él no sabía que responder-

-Por que antes no sabía si de verdad te quería. -asentí sonriendo- Y ahora veo que sí. -asenti de nuevo- ¿Y que hay de tí señorita Hunt?

-Nunca me fijé en tí antes. -eso creo que le dolió- Me dabas miedo antes. -confesé- Me desnudabas con la mirada Harry. -reí un momento- Yendo al grano, -hice una pausa- creo que, desde el beso. -¿Hace, -hizo una pausa- un día? -asentí- Yo te he querido un año y tu un día.

Diciendolo así, parecía que no me importase, pero dios... Lo había visto un par de veces por el rastaurante cuando empecé, pero esos tiempos no notaba quien me "desnudaba" con la mirada. Núnca lo atendí. Pero desde ese beso, ese primer beso... Me gustó. Y creo que hace tiempo que me gustaba.

Suspiré.

-Lo siento... -él me miró- Siento que me hayas querido un año y yo un día. -suspiré- Pero esos tiempos estaba feliz por tener un trabajo, tenía diecisiete años y estaba mal a la vez. -suspiré de nuevo- -Esta bien. -sonrió- No importa señorita Hunt.

Junté de nuevo nuestras frentes, y me acerqué para besarlo, pero él se adelantó.

-Te quiero. -salieron palabras de mi boca-

Quería que supiera que lo quiero, y de verdad.

Harry me respondió por un beso. Apartó mi pelo y vió que tenía el chupetón. Sonrió y lo besó. Mi punto débil; el cuello.

-¿Mañana trabajas? -asintió- Ugh. Yo no. -¿Por que?

-Los viernes siempre tengo los días festivos. -él sonrió- Es que tu trabajo, siempre hay que estar presentes. -suspiré-

-Bueno, si te aburres llámame o tan solo hazme una visita inesperada. -reí y asentí- Pero no me gustaría que fueras ahí sólo para buscar tus braguitas. -esta vez, suspiró él-

-Los necesitaba Harry. -él no dijo nada sobre eso-

-¿Y te los pusiste? -negué- Hunt, Hunt, Hunt. Me hiciste enfadar, te los dí para que no te pusieras tan pesada y al final no te los pusiste. ¿Acaso quiere que me enfade con usted? -negué- Devuelvame sus braguitas. -negué de nuevo- Cuando menos te lo esperes, ya no estarán.

-¡Harry!

Me quejé. Maldito gilipollas. Le dí un golpe en en hombro pero no se quejó.

-Me gustaría que usted, señorita Hunt, me acompañase mañana al trabajo y se quedara ahí. -me miró-

-¿Y que haré?

-No sé, tampoco la obligo. -asentí-

El jefe de Rolls Royce (Editando contenidos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora