¿Reconciliación?

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Jack. El amigo de Harry, su compañero.

-H-Hola... -dijo saludandome con la mano-

-Jack! -lo abracé, él no se lo esperaba- ¡Cuánto tiempo! Pasa... -me hice a un lado y él pasó- ¿Cómo estás? -dije mientras nos sentabamos en el sofá-

-Bien, bien. -me miró y dirigió su mirada a mi comida- ¿Te he interrumpido? -asentí- Lo sient, puedo volver más tarde si quieres.

-No importa. -dije comiendo un trozo de frankfurt- ¿Que haces aquí? -dije bebiendo agua y sonando divertida-

-No lo sé la verdad. -hice una mueca- Siempre me pasaba por tu casa por si ya llegabas. -reí- Sólo quería decirte que, bueno, el jefe del restaurante...

-¿Me a despedido? -negó-

-Tuvo un accidente hace poco y bueno, Harry me dijo que te lo dijera. -tenía que pronunciar ese nombre el muy idiota-

-Y luego me dice a mí cobarde... que hijo de... -suspiré- ¿Como está él?

-No muy bien Caitlin. Ha faltado toda una semana, y hoy por la mañana fui a su casa, era un caos. -me sorprendí-

-Pensé que estaría de putas por ahí. -el sonrió negando- Enserio, lo pensé. Bueno, espero que se espavile. -suspiré-

-Él faltó una semana, ¿y tú que has echo? -bufé dejando el plato de comida vacía en la mesa-

-El primer día lloré, creo que ya se me han gastado las lágrimas o algo -reí al igual que él- y bueno, le dije a un compañero del trabajo que estaba mala y que no podía trabajar. Y luego, pues fuí a Bradford a conocer a mi cuñada y a su hija. -él se sorprendió- Sí lo sé, una hija... -reímos-

-Al menos no has sufrido tanto.

-He sufrido y mucho, el problema es que me a despejado la mente no pensar en Harry y disfrutar con mi hermano. -él asintió-

-Vamos. -hice una mueca-

-¿Dónde?

-A ver a Harry, quiero que te diga la verdad de ese día. A mí me lo contó, es poco creíble pero al menos te lo habrá dicho. Quiero que lo solucioneis, enserio. Levanta tu bonito culo de ahí y cambiate.

Lo miré, era tan pesado. Lo conozco poco/mucho. Quiero decier nos hemos contado muchas cosas en poco tiempo. Es como un mejor amigo, aparte de Ryan.

Me levanté por que me estaba rayando la cabeza, y me vestí. Nada formal, unos jeans tejanos ajustados, vans granate, una blusa negra y la chaqueta de Jack que me la había dejado. Esa tejana con pelitos dentro.

Bajé corriendo y ahí estaba él esperandome en el sofá.

Ví que había dejado los platos en el lavabajillas.

-Gracias por ponerlo en el lavabajillas Jack. -él solo sonrió y asintió-

-Creo que te queda mejor a tí que a mi. -dijo hablabdo sobre la chaqueta-

-Lo sé cariño. -reí poniendome el cinturón de seguridad al igual que él-

Nos estacionamos en casa de Harry, y antes de bajar suspiré.

No quería verlo, por que sé que mis sentimientos volverían a romperse.

Jack bajó del coche, rodeando la parte delantera y abrió mi puerta. Me quedé mirandolo y él también.

-Sé que me vas a matar y todo ese rollo, pero hay que hacerlo si o si. -suspiró- Vamos va.

Me quité el cinturón sin ganas, y salí. Jack cerró la puerta y cerró todo el coche con seguridad apretando un botón.

Salí sin ganas, enserio. Jack se acercó a la puerta y tocó el tiembre. Era hora de poder marcharme, iba a dar media vuelta para irme, pero Jack estaba muy atento a mis acciones, y me cogió del brazo haciendo que me girara. En ese mismo instante abrieron la puerta.

Mis ojos se cristalizaron por unos segundos. Era él de nuevo, sus ojos me miraban, un poco tristes y aguados. Pero volvieron a Jack.

-¿Que haceis aquí? -dijo con su voz ronca y seca-

-Quería que hablarais. -Jack me empujó hácia Harry, chocando con su pecho, yo retrocedí-

-Oh, vamos Jack. Esto es una locura, ningúno de los dos va a hablar. Me largo, lo siento. -dije nerviosa pero segura-

-No señorita, vosotros vais a hablar. Luego me podreis mandar a la mierda, pero ahora quiero que lo solucioneis, malditos cobardes. -se giró y corrió a su coche-

Me giré para verlo, gilipollas. Se despidió con la mano, y le saqué mi dedo corazón. Ví una sonrisa en su rostro.

Detrás mío seguía un chico, un chico al que no quería verlo. Me giré lentamente quedando frente a él. Lo miré a los ojos y él en ningún momento los había apartado de mí.

-Creo que esto no tendrá solución, así que me dare media vuelta y ya nos veremos.

Volví a girarme y caminé con las manos en los bolsillos del abrigo.

-Espera. -dijo con su voz ronca y fría- Creo que sí que tiene solución.

Maldije a Jack en voz baja y me giré. Que lo parta un rayó, pensé.

-No lo creo Harry. -él se le veía triste- Enserio, -dije desde mi sitio- el destino quería que nos conocieramos y todo iba bien, pero el destino falló. Y si falló será por algo. -dije molesta, y triste-

-No creas tanto en el destino. -dijo seguro-

-Pero lo creo. -dije suspirando- Mira, ahora si quieres somos amigos y todo eso, pero no va a ser lo mismo. -él me miraba- Lo siento, enserio. No eramos nada, pero me heriste muchísimo. Si era algúno de tus juegos o alguna apuesta con tus amigos, dilo ahora. No quiero perder el tiempo hablando del tema si no se va a solucionar nada. -dije serie y con los ojos aguados-

-No fué ningún juego, ningúna apuesta. Fué por que quise conocerte. Y si el destino no hubiera querido que nos conocieramos, no hubieras trabajado ahí o yo, no hubiera ido núnca en ese restaurante. -dijo serio, aún en el marco de su casa- Si tanto crees en el destino, ¿núnca lo has pensado? -suspiró- Me follé a la rubia de bote, como tu dices, por que lo necesitaba. Me hubiera tirado a una vieja, te necesitaba. Pero no quería forzarte, deseo, anhelo esas personas que me hacen sentir cariñosas, que de verdad me quieren. -dijo eso cuando mis lágrimas salían- Pero no me dejaste explicartelo.

Me sequé las lágrimas.

-¿Y no has tenido el valor de ir a mi casa y decirmelo? ¿Esperas el último momento para arreglarlo? -dije aún secando mis lágrimas-

-No, no he tenido el valor de ir a tu casa contartelo. ¿Estaba avergonzado sabes? Cuando te fuiste cuando discutíamos la gente que pasaba me miraba de mala gana.

-Me da igual lo que haga la gente. -suspiré-

-Déjame acabar. -dijo serio- Estaba avergonzado por lo que hice, por lo que te he echo. Soy una mala persona, te avisé y te lo conté. Sé que no héramos ni somos nada, pero me hubiese gustado que fuéramos algo, por que, aun que no lo dumuestre como tú me lo demuestras amí, te quiero, te quiero tanto que mataría por tí. -lo escuchaba atenta- Maldita sras -dijo golpeando la puerta- sé que no so el tipo de chico que buscas, ¿pero que quieres que haga? -dijo con un poco de lágrimas en los ojos-

Eso me llegó mucho, me hizo hasta llorar. Maldito cabrón. Creo que de verdad lo quería.

Corrí hácia él y lo abracé saltando. Él me correspondió el apabrazo y me hundí en su cuello, él me acariciaba el pelo y oía sus sollozos.

-Te quiero Harry, siempre te he querido.

Él no dijo nada, solo me apretó más.

El jefe de Rolls Royce (Editando contenidos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora