~🐉Capítulo 4🐉~

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"No para siempre"

Nunca había pasado más de abrazos y besos inocentes en la mejilla o en mi frente. Y ahora, estando con él en mi cama, no podía pensar en nada más que no fuesen sus labios y el tiempo indefinido que iba a pasar sin probarlos de nuevo. Habíamos pasado ya un rato donde mis labios buscaban los suyos y donde sus manos se perdían un poco entre mi piel y la ropa, pero ninguno de los dos buscó llegar a más. Eso solo lograra volver la despedida más difícil.

El amanecer comenzó a asomarse por la ventana y con él, la partida de Arcarius.

Entre cada beso, mi cabeza seguía haciendo malabares con toda la información que tenía. Los libros que Samuel tenía en su oficina no eran mitos, sino mejor dicho libros de historia y ciencia. Todo era real. Tan real que ahora yo formaba parte de ello.

— Me tengo que ir —susurró contra mi cabello

—¿Ahora? — El tiempo había pasado demasiado rápido.

—Me temo que si.

No estaba lista. No quería estar lista. No para dejarlo ir. No estaba lista para ser una de ellos. No estaba lista para vivir sin los consejos de Samuel. Y sobre todo, no estaba lista para convertirme en la líder que todos creían que era.

🐉🐉🐉

—Arcarius, entiéndelo de una vez, hay promesas que simplemente no podemos cumplir.

La voz de Isabelle rondaba mi cabeza mientras salía de la cabaña. Tenía razón. Había promesas que no podíamos cumplir. Pero la que le había hecho a Irina sobre volver, no tenía planeado romperla.

Había nevado durante la noche. Había unos cuantos centímetros más de lo normal. Tenía planeado ir a revisar a Samuel, pero en el camino me topé con Ismael y me dijo que ya no estaba ahí. Lo habían llevado al cementerio en lo más apartado del bosque. Lo habían llevado con todos los demás. Donde se encontraban los restos de Isabelle y todos los cadáveres de aquellas personas víctimas de los ataques para encontrar a Irina.

Irina...

La había dejado llorando sobre su cama.

—Sólo vete —me había dicho—. No quiero decirte adiós. Si sólo te vas, seguiré esperando todos los días por tu regreso —puso su mano en mi mejilla y no pude evitar tomarla con la mía—. En cambio... Sí me despido de ti, será exactamente igual como fue despedirme de Samuel. No volveré a verte.

Así que no. No me despedí de ella. Honestamente tampoco quería hacerlo. Pero volví a repetir mi promesa.

—Volveré —dije besando su frente—. Te lo prometo.

—No quiero que lo prometas —sus ojos azules estaban brillosos debido a las lágrimas, su nariz era una pequeña mancha roja y su voz un susurro entrecortado—, quiero que lo hagas.

—Entonces lo haré.

Nuestra conversación había quedado en el aire y simplemente salí de ahí, pero no lo suficientemente rápido como para alcanzar a escuchar un sollozo por parte de Irina.

En la entrada de la aldea se encontraban Iram y Cobalt.

—Hasta que se alinearon los astros e Irina queda sola y sin protección —era la irritante voz de Cobalt. Claro, no podía cerrar la maldita boca.

—Todos tienen órdenes de matarte si la tocas —dije sin siquiera voltear a verlo.

—¿Ordenes de quien? ¿Tuyas? Samuel Murió, yo estoy a cargo —lo que ese idiota no sabía era que mis ansias de matarlo eran más grandes que su arrogancia.

Me cegué y lo siguiente que supe fue que lo tenía del cuello con una mano. Mis dedos apretando bajo su mandíbula. Ismael ni siquiera se movió de donde estaba.

—Me importa una reverenda mierda quien crea que está a cargo aquí. Yo soy mas que ustedes —dije apretando cada vez más—. E Irina es más que ustedes, los colmillos blancos, las brujas y yo juntos entiendes? —mi rostro estaba tan cerca del suyo que podía ver el reflejo de los ojos de la bestia en los de Cobalt. Tenía que parar ya—. Vas a hacer malditamente todo lo que ella te diga así sea lanzarte del Risco de paz o cortarte un puñetero dedo y vas a dejarla en paz.

Fue hasta que retire mi mano ensangrentada, que me di cuenta que las garras se habían asomado, no tanto como para matarlo, pero si lo suficiente para que estas dejaran pequeños puntos sangrantes en su cuello.

—Es hora de que aprendas tu verdadera posición en esto —le di la espalda.

Camine un par de pasos para salir de la aldea antes de escuchar su voz.

—¡Arcarius!

Para cuando di vuelta para verla, ya estaba a un metro de mi y la atrapé en mis brazos. No quería hacerlo. No quería dejarla.

—Creí que no querías despedirte —le dije sonriendo y tomando su rostro entre mis manos.

Me devolvió la sonrisa.

—Nadie dijo que estaba despidiéndome de ti —Se puso de puntillas y me dio un pequeño beso en los labios—. Sólo no te estoy dejando ir.

La amaba. La amaba desde el momento en que había dado su primer respiro. luego me volví a enamorar al ver aquellos ojos azules abrirse. Y me enamoraba una y otra vez cada que ella me abrazaba, sonreía... La amaba incluso cuando estaba molesta, triste o cuando no quería ni verme. Ella formaba parte de mi alma. Y sabía lo que se sentía que te arrebataran parte del alma.

—Chicos —dijo Iram llegando a espaldas de Irina—. Lamento interrumpir, pero es hora de irse. Los colmillos blancos estarán llegando al lago en menos de cinco minutos.

Dejé de prestar atención a Iram y volví a Irina. No sabía qué decirle.

—No te despidas.

Así que sólo volví a besarla en los labios. Corté el beso, besé su frente y simplemente la liberé y me adentre al bosque a una velocidad que sólo yo alcanzaba. Los colmillos blancos estarían en el lago dentro de unos cuatro minutos. Yo llegaría en dos.

🐉🐉🐉

Cuando Arcarius me soltó volvió a sentir el frío que hacía en ese lugar.

Se había adentrado al bosque con una velocidad impresionante y después simplemente había desaparecido.

—Y se ha ido —dijo Iram pasando su brazo derecho alrededor de mis hombros y acomodándose los cabellos marrones con la mano izquierda.

—Pero no para siempre.

🐉El Amo De Los Tres Clanes🐉La Conexión [1] {Borrador}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora