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Sábado, 19 de Noviembre, madrugada.

¿Nunca les mencione que soy malo para juntar a grupos de amigos diferentes?

Es como si fueran cosas separadas, distintas, y por nada absolutamente nada del mundo deban encontrarse esos mundos.

Porqué los amigos son esos, mundos donde creas una forma de dialogo, de expresión corporal, de reglas, leyes, etc.

Y no te comportas igual con tus amigos que con tus padres, por ejemplo. Son cosas que no se mezclan.

¿Y que estaba pasando justo ahora? Exactamente lo contrario a lo que estoy diciendo.

Jimin y Jungkook.

No odiaba más que el hecho de que ambos se llevasen bien.

No era que me molestase que ellos fuesen amigos, no. Era hecho de que con Jungkook no soy como con Jimin, y obviamente viceversa. Y Jimin tampoco me trataba igual que trataba a Jungkook.

Pero, después de esta cuestión propia todo estaba bien.

Las luces, el ambiente, el calor del lugar, las bebidas.

No soy tan complicado como para huir, ni tan simple como para quedarme en silencio.

«¿Qué hora es?» «¿Cuánto ya habíamos bebido?»

No lo sé.

Aquellas bebidas de colores, dulces y fuertes, me ayudaban con la situación mencionada.

Había cruzado a varios conocidos esa noche. Y entre uno de ellos un conocido de la universidad, quien a mi pesar, me recordaba que debía aún un par de materias.

Otro motivo más para beber. No me iba como desearía en la universidad, me costaba concentrarme en algunas clases, y en otras simplemente no entendía nada.

Pero el ver que como yo, él tampoco pasaba su fin de semana enterrando las narices en libros, me sentí aliviado.

El tomo mi mano y me arrastro a una ronda con amigos suyos, invitándome también de sus bebidas.

¿Y quien se niega a bebidas gratis? Nadie.

Pasamos un rato riendo y charlando y las bebidas continuaban pasando a través de mi garganta.

Jimin y Jungkook habían quedado olvidados.

Ellos bailaban y yo soy no muy bueno en eso.

Y no eran celos, como argumentaba Jimin, simplemente me sentía de sobra. Y por eso nunca mezclaba los mundos de amigos distintos. Siempre algo queda de más. En este caso fui yo y eso me molestaba.

Me molestaba por que notaba demasiado el cambio de Jungkook, él ya no necesitaba de mi como antes, y eso me dolía.

Me dolía mucho.

Y continué bebiendo.

— Tae —grito mi nombre por la fuerte música. — Siempre me has caído bien amigo.

— Gracias, Ho Seok. —sonreí. — Tu a mi también.

— ¿Quieres irte con una chica esta noche? — pregunto lascivo. — Sólo elige, cualquiera en la ronda, a todas les gustas.

Mire cada rostro. Ninguno me apetecía. Ni siquiera las había notado o pensado en eso.

— No gracias amigo —susurre en oído. — Ya no vivo sólo, no puedo hacer eso. —mentí.

— Ellas se lo pierden. —balbuceó y me guiño un ojo.

El alcohol comenzó a hacer mi cuerpo moverse con la música y sin darme cuenta estaba en la pista de baile.

Art & Pleasure | KookV | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora