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Jueves 1 de Diciembre, por la madrugada.

Jungkook era arte.

— Abre tus ojos, hyung. — susurro jadeante.

Jungkook era placer.

— Mírame, por favor.

Era tan sucio.

Sus manos acariciaban mi cuerpo sin ropa, desnudo ante sólo su vista.

Me estremecía gimiendo ante cada uno de sus toques, ¿Y qué otra cosa podía hacer? Era un completo inexperto en esto de estar con un hombre.

¿Como tocarlo? ¿Como darle placer también?

Mis manos eran fuego, temblorosas, mi cuerpo explotaba bajo las sabanas sudorosas.

Abrí mis ojos, a pesar de que todo tenía mejor sabor a ciegas, con desespero traje su rostro hacia mi y bese sus labios.

Mordí, lamí, necesitaba saber que era real.

Bajo a mi cuello y ahogue mi garganta de más gemidos, presione las sabanas con fuerza cuando beso uno de mis pezones, haciendo un lento camino a mi ingle.

Esto era impensado. Prohibido. Y tan perfecto.

Baje mi vista para verlo cerca de la gran erección que yacía entre mis piernas, él sonreía.

— Quiero verte disfrutarlo. — soltó con un brillo en sus ojos.

Y trague fuertemente.

Sentía que mi cuerpo no resistiría tantos espasmos.

Su lengua subiendo y bajando, su mano a en un vaivén tortuosos pasando de desenfrenado a lento.

Hundí mis manos en sus sedosos cabellos, inconsciente, moviéndolo para disfrutar más del placer que me daba su boca.

Mire una vez más, justo en el momento donde él sacaba mi miembro de su boca con hilos de un liquido brillante, mezclado con su saliva y mis propias secreciones.

— S-si sigues —trate de respirar— Me vendré.

Jungkook sonrió suciamente y entonces vi lo más pornoso que el porno mismo.

¿Existe eso? Sí, se llama Jeon Jungkook señoras y señores. 

Ante mis ojos descaradamente lamió desde la base a la punto de mi miembro para luego de jugar con su lengua ingerirlo totalmente.

— ¡A-ah! Jung-Jungkook... ¡No-no puedo más!

Respire pesadamente, no tenía aire, él sacaba y absorbía todo de mi, y con ello también mi placer, mis ganas, la energía que no tenía. Brotaban sentimientos desconocidos.

Sí, aún en una situación así experimentaba sentimientos, porque aquellas sensaciones no eran sólo de placer u orgasmo. Era el hacerlo con él. Por él mi corazón latía así. 

Minutos después acabé, y la imagen fue deliciosa.

Aquel niño sonreía entre mis piernas victorioso, relamiendo de sus labios mi sustancia, con aires de grandeza, realizado, cómo si hubiera logrado un cometido magnifico.

Y sí, Jungkook era magnifico, su lengua también.

Volvió a tumbarse al mi lado en la cama y con dulzura deposito un beso en mi mejilla.

— Bueno, al menos ya no hace frío ¿no? —soltó riendo.

Una vez que pude respirar lo observe y respondí.

Art & Pleasure | KookV | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora