— ¡Jungkook! — grité— Ya te dije que puedo comer por mí mismo.
— ¿El avioncito no te gusta? — dijo confundido— Bueno, puede ser un tren, o lo que tu quieras.
Revoleé los ojos por no sé ya cuanta vez en el día.
— ¡Puedo yo sólo!
Vi un puchero formarse en sus labios.
— Eres aburrido.
Se quejaba.
— Eres sobreprotector— me quejé.
Lo amaba, realmente amaba que me dedicara este tipo de atenciones. Pero Jungkook exageraba.
Me cubría con mantas dobles, me daba la comida, cambiaba incluso mi suero corriendo hacia las enfermeras. Casi controlaba el trabajo de los médicos. Se preocupaba demasiado. Y no se despegaba de mi un segundo.
Aunque eso último sí me gustaba.
Sonreí.
Entendía que él sólo quería cuidarme.
Acaricié su mejilla pidiéndole con mis labios un beso. Sus labios ladearon una pequeña sonrisa antes de chocar con sutileza con los míos.
— ¿Cuando voy a salir de aquí? — cuestioné — Me aburro mucho, muucho.
Me recosté sobre mi camilla cansado.
Cansado de mirar el mundo por la ventana y no poder salir a él.
— Falta poco.— acarició mi cabello peinandolo un poco—. Tus heridas casi sanan.
Moví mi vista a mi brazo. Una venda lo cubría en toda la zona de mis muñecas hasta casi llegar a la altura de mi codo.
Suspiré.
No quisé exactamente que las cosas fuesen así.
O más bien no pensé que serian de este modo.
No por que me arrepienta. No lo hago. Y no es por justificar mis acciones, pero realmente me sentía perdido. Me estaba ahogando y sentía que a mi alrededor todo mundo respiraba con tranquilidad mientras yo agonizaba dolorosa y lentamente.
Sólo quise acabar con el dolor.
Aún hay noches donde tengo pesadillas, vuelvo a sentirme en sueños de la misma forma. Én mis sueños el vuelve a irse, o jamás regresa, y repito esa horrible noche de dolor y sangre.
Pero al despertar, todo es diferente.
Lo primero que me consuela esas noches de pesadillas son sus brazos, mis escabrozos sueños son hechos a un lado cuando al abrir mis ojos él esta junto a mi sonriendo.
Él esta. Y no se va.
Antes tenía miedo de que volviera a irse.
Pero eso no sucederá de nuevo. ¿Porque? Por que elijo volver a creer, volver a confiar.
Elegí vivir. Y también elegí amar.
Y sin dudas es la mejor decisión que jamás he tomado.
— Quiero ver mi sorpresa— hice puchero.
Jungkook suspiró cansado.
— Esta bien— cedió.
— ¿Qué? ¿Qué dijiste?
— Esta bien.— sonrió—. Vamos a ver tu sorpresa amor.
Su voz era tan dulce al llamarme amor.