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Jueves, 08 de Diciembre por la tarde, 16:52 p.m aprox.

  — Hyung. — algo sacudía mi hombro.  

Apreté mis ojos ante una molesta luz exterior. 

  — Hyung, deberíamos levantarnos. — susurraron otra vez.

La voz aquella me hablaba suave y pausado. Muy cerca y dulcemente. 

Era muy lindo oírla. 

Más que despertar me hacía desear seguir durmiendo. 

— Shhh — calle. 

 Abracé más fuerte aquella piel ajena que tenía a mi lado.

Era muy cálida. 

No me quería ir, no quería despertar. 

  — Hyung, necesito un baño y tú también. — murmuraba de nuevo. — ¿Sabes al menos qué hora es? 

Negué sin aún abrir mis ojos. 

Enserio, no quería levantarme. 

  — Serán las cinco de la tarde, vamos arriba. — podía sentir que sonreía en sus palabras.  

  — No quiero — me queje. 

Abrí lento mis ojos.

Ahí estaba él, la imagen más hermosa que jamás halla visto. 

Me observaba atento y con una radiante sonrisa. 

Sonreí también.  

  — Duchemonos juntos. — sugerí. 

Jungkook me miro sorprendido. 

— ¿Qué? Es para ahora agua y tiempo. — excuse. 

— Si, claro. 

Él se levanto de la cama primero, se sentó un momento y me observo como esperando para hacerlo juntos. 

Tal vez en el fondo ambos sabíamos que así de juntos, de esta manera, no volveríamos a estar.

Bien, mi turno.  

Me senté sobre la cama. 

Un pequeño pinchazo de dolor me ataco, pero no era nada grave. Sólo era incomodo para caminar. 

Jungkook me abrazo de repente. 

Puede que haya notado mi dolor. Puede que él también lo sienta. 

Soy un asco para darme cuenta de lo que siente el otro, y por eso Jungkook siempre se me adelanta en estas cosas. 

Lo abrace también, lamentando ser tan idiota.

¿Porqué no lo abrazaste tu primero? Estúpido. — Me regañe. 

Acaricie su cabello, pidiendo en aquella caricia un lo siento y él me abrazo aún más fuerte.

Nos levantamos de la cama juntos y nos dirigimos al baño tomados de la mano. 

Jungkook solo llevaba sus boxers puestos, podía ver a la perfección cada detalle de su cuerpo. 

Caminaba delante de mi mientras yo admiraba su espalda, su columbra con cada detalle, sus lunares en su piel que se veía tan suave. 

Baje un poco más mi vista, el boxer parecía apretar y darle forma a su trasero duro como una roca. 

Mordí mis labios. 

LA BABA, LITERAL, LA BABA SE ME CAE. 

Llegamos al baño y soltó mi mano, para preparar las cosas de la ducha y tomar una toalla. 

Art & Pleasure | KookV | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora