Camila.

40.

Maratón 1/5.

Ya ha pasado una semana desde que soy novia de Matthew, nuestra relación va muy bien, supongo. Osea, va muy bien para ser nuestra primera semana como novios, ¿pero que podría salir mal en una semana?

Es Domingo, Matthew vendrá a casa y veremos unas cuantas películas y tal vez se quedé a dormir. Aun que no lo creo, Shawn se entero de que estoy de novia con Matthew y no deja de vigilarme. Ya me harto.

—¿Vamos al cine, hermanita?.—Pregunto Shawn echándose al sofá junto a mi.

—No, Matthew llegará en cualquier momento.—Mire como Shawn rodaba los ojos. —Pero podemos ir mañana.

—Mañana trabajo. —Dijo con fastidio, se levanto del sofá dispuesto a irse, pero lo jale de la mano.

—¿No te gusta que este con Matthew?.—Shawn suspiró.

—No es que no me guste, es que siento que Matthew te aleja un poco de mi, ya no salimos como lo solíamos hacer...—Dramatizó.

—Nunca salíamos, Shawn.

—Cierto. Pero podríamos empezar a salir a hacer cosas que los hermanos hacen, pero prefieres estar con Matthew el fastidioso roba hermanas.

—¿Roba hermanas?.—Rei.—No seas exagerado, podemos salir luego.—El sonido del timbre interrumpió nuestra charla. Seguro es Matthew.
Me levante del sofá y abrí la puerta encontrándome con Matthew.

—¡Feliz primer semanaversario!.—Dijo al mismo tiempo que me abrazaba.

—¿Semanaversario?.—Pregunte extrañada.

—Si, es nuestra primera semana, ¿recuerdas?

—Sí, pero ¿festejeras todas las semanas?

—Claro que sí, ¿Que tal si no llegamos al mesiversario o al aniversario? Mejor celebremos todas las semanas.

—¿No crees que lleguemos al mesiversario siquiera?.—Pregunte confundida.

—No es que no lo crea, solo que en realidad nunca tuve una relación larga, quiero que esto dure, ¿entiendes?.—Dijo un poco serio.

—Esta bien, también quiero que dure.

(...)

Ya habíamos visto unas 3 películas. Matty estaba acostado a lado de mi, profundamente dormido.

Lo observé unos minutos. Bajaba detenidamente la mirada. Observé su cabello castaño, su frente, sus ojos cerrados, su nariz, su mandíbula, sus labios ligeramente abiertos, su barbilla. Es tan lindo.

Matthew medio abrió los ojos, seguía observándolo, me sonrió e hice lo mismo.

—¿Soy tan sexy como creo o por qué me miras tanto?.—Solté una risita nerviosa, hasta creo que estaba sonrojada ya.

—De hecho creo que si lo eres.—Le dije sinceramente. Sonrío aún más.

—Tu lo eres más. Hasta cuando estás tan despeinada como ahora.—Instantáneamente intenté acomodar mi cabello, Matthew rió.—¿Cuantas películas llevamos ya?

—Perdí la cuenta, como 3 o 4.

—¿No crees que debamos hacer otra cosa?.—La mire extrañada, ¿a que se refiere?.—Comer, por ejemplo.—Dijo después de unos segundos.

Había pensado mal, que mente tan pervertida tengo.

—Claro, ¿quieres ordenar pizza?

—Mejor vayámonos por ella, sirve que caminamos un rato. ¿Te parece?