Nunca te rindas, nunca hasta el final- Amourshipping

Parte 1- En hoehn

Serena:

Miro hacia el cielo azul, con una mirada dubitativa. Empiezo a acalorarme, por lo que, rápida, abro la ventana de mi habitación, y observo el paisaje que me rodea; sin duda, Hoehn es una región preciosa, parece mentira que hayan pasado cinco meses desde que vine aquí.

Parece mentira, también, que hayan pasado cinco meses desde que deje a Ash, pues cada día, el se encuentra en mis pensamientos, junto a las preguntas que lo acompañan: ¿que sentirá él? Mi vida en esta región está siendo interesante, en cuanto llegué, encontré a una tutora, Ariana, me enseñó todo lo que hay que saber sobre los concursos, así triunfando pronto en todos ellos, pues ella era una buena maestra, y, como Yashio afirmaba (nota del autor- Yashio es de Kalos, la productora que le preguntó si Serena quería ir con ella) los concursos son bien parecidos a las presentaciones de mi región.

Ahora, mi viaje por la isla ha terminado, y me gustaría reencontrarme con Ash, mi mente, a menudo no puede pensar con claridad, ocupando en ella un primer lugar la cuestión antes mencionada... Sin embargo, sé que no se lo preguntaré nunca, y probablemente, si no saco el tema de la última vez que nos vimos, el no dirá nada, o eso creo. ¡ No debí haberme dejado llevar tanto! De todas maneras, el pasado no se puede cambiar, por lo que seguiré hacia delante. Llego a una determinación, lo llamaré y se lo preguntaré directamente. "Nos volveremos a ver"- le dije yo una vez. Ha llegado el momento.Llamo a su casa, tecleo los números con rapidez, y veo el rostro de Delia Ketchum:

- ¡Hola Serena, es una alegría verte!- me dice Delia con entusiasmo.

- ¡Hola! ¿Podría podría pasarme Ash,?

- Lo siento, mi hijo no puede estar en casa ni una semana, se fue a Alola, a Meleme, ahora va a una escuela de entrenadores allí, ciertamente, es lo mejor que ha hecho en algún tiempo, estoy algo harta de verlo perdiendo ligas- se empieza a reír, y yo quedo algo sorprendida, al par de que mi corazón da un vuelco.

- Gracias señora, no pasa nada- cuelgo rápido, antes de que ella me pueda frenar.

Me siento en el suelo de madera y suspiro, debo ir a Alola. Esa será mi siguiente región. Con determinación, me levanto y, de nuevo, miro hacia el cielo, las nubes parecen sonreírme.

Después de todo, creo que no ha sido tan malo que Ash no esté en casa.