Satoshi:
Y allí, entre mis manos, se encontraba el objeto que ella solía atesorar con la mayor ternura que su corazón podía propagar. Su corazón albergaba amor, generosidad, amabilidad a cualquiera que se acercara, y todos eran capaces de percibirlo desde lejos, sin ser yo una excepción. Su sonrisa era contagiosa, su mirada brillante, su tacto cálido.Ella, siempre aguardando por mí. Esperando por aquel día en el que yo fuese capaz de corresponder a lo que sentía; un amor profundo y puro.
Aquella presencia de la cual me había sido imposible no enamorarme. Aunque, quizás, demasiado tarde y el momento más inadecuado. Pues, ante lo desconocido, solía ignorar aquello que mi corazón albergaba, lo que comenzaba a hacerse paso en mi interior.
En mi fuero interno, siempre supe que aquello que sentía por Serena no suponía una amistad cualquiera. No lo investigué, no dediqué un mero instante en ello. El afán por convertirme en maestro pokemon fue mi única razón para viajar, siendo incapaz de fpercatarme de lo que ocurría a mi alrededor. Y ahora, que malgasté mi tiempo, no permitiré que ella haga lo mismo con alguien que tan poco lo merece, como soy yo.
La observé marchándose hacia algún lugar a paso ligero, sin siquiera voltear la mirada. Pero, después de todo, ¿merezco algo más?
Me tienta la idea de levantarme, de perseguirla, de gritarle que todo fue una mentira, más era consciente de que eso no podría ser posible. Niego con la cabeza, y, resignado presiono el lazo azul entre mis manos. A partir de ahora sería mi fuerza, mi amuleto. Mi recuerdo de lo que pudo ser y nunca fue.
Lo escudriñé con la mirada. Serena lo había cuidado, y lucía como nueva, sin duda fue algo importante para ella. También lo era para mí. Me la até al rededor de la muñeca, e inhalando todo el aire que me permitían mis pulmones, me marché.
Crucé el umbral de la puerta. Sentí las suspicaces miradas de Kuikui y Brock clavadas en mi nuca. No iba a hablar, simplemente no era capaz.
Escalón a escalón, semtíá como la madera se estremecía tras mi peso, como si está se quejara de que me apoyara en ella.
Me desplomé sobre el colchón, observando el plano techo de la habitación.
Debería aprender a vivir sin este nuevo sentimiento, sin ella, sabiendo que sus cálidos brazos se encontrarían allí cuando lo necesitara. Pues la había roto. Y necesitaba eso para que pudiera olvidarme al fin.
Dormir, evadirme era todo lo que deseaba.
Serena:
"No siento nada por ti"Cada uno de esos vocablos me atravesó con fiereza. Como afiladas dagas, hiceron trizas mi corazón.
Curioso, como algo tan carente de importancia en algunas situaciones como es una oración podría convertirse en algo tan dañino si se utilizaban de manera equivocada.
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Nunca te rindas, nunca hasta el final- Amourshipping
FanfictionSerena, ahora en Hoehn, siente la necesidad de responder a todas sus preguntas, por lo que decide ir a buscar a Ash a Alola.