FINAL

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Última carta de un amor nocivo.

Hola, ¿qué tal ha estado la eternidad para ti?
Te escribo del otro mundo, porque no pude hacerlo antes de partir.
¿Si saliste de viaje?
El de Londres, el de Valencia, ¿cuál es mejor paisaje?
¿Recuerdas? Siempre peleabamos por saber cuál era más. Qué tonos éramos, bastaba con aceptar.
¿Si te casaste?
Siempre te negabas a hacerlo, triunfar era tu reto primero. Nunca entendiste que es más importante la felicidad que el éxito, aunque digas que el éxito te trae felicidad, esa es una tonta falacia que te empeñaste en crear.
Y al final, ¿si tuviste éxito?; ¿de qué textura es la Luna?; ¿de qué color es la ciencia?; ¿cuál es el sentido de nuestra existencia?
Tu sentiste la felicidad en un laboratorio, ¿pudiste crear las píldoras de la felicidad? No drogas baratas; ¿pudiste crear la eterna juventud? Yo traté de vivir dignamente hasta que mi cuerpo se rindió.

Mi espíritu sigue en pie.
La prueba es esta carta que no puedes dejar de leer.

No conquisté países, no publiqué tesis, no abrí imprentas, enamorarme fue mi ciencia.

Mi orgullo se expande a tres jóvenes que lograron más de lo que yo pude.

Gracias, contigo no lo hubiera conseguido.

Gracias, porque descubrí que tú eras el amor nocivo.

Cuentos de una mente rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora