Cuentos de una mente rota

Criaturas. (Parte 4)

*Andrew llego hace ya 25 años,

Ian ya completo su misión,

¿y ahora qué?

—¿Qué les parece si hacemos que se encuentren?

—Es un poco arriesgado, si ellos se dan cuenta... podrían...

—No harán nada— dijo un tercer sujeto de los 9 que hay en la habitación.

—Es verdad, ellos no creen en dioses... y la verdad es que... eso somos... Jamás se darian cuenta de algo así.

—Que linda eres, arrogancia...

—Siempre— Contestó el halago.

—No sean idiotas todos aquí, recuerden que hace poco tuvimos a uno aquí y casi nos...

— Pero no sucedió, el otro sujeto no lo logró...*

Andrew estaba teniendo un día normal manipulando mentes ajenas, haciendoles creer que tenían que darle una muy exacta cantidad de dinero. Tenía que pagar unas cosas para "la llegada del fénix" pero aun necesitaba un poco más de tiempo y perseverancia. perseverancia.

Su energía había estado siendo debilitada por el contacto directo con los humanos. Ya eran 25 años y su cuerpo lo resentía mucho.

Mientras hacía dicha tarea en aquella pequeña casa de apuestas, notaba un olor putrefacto, insoportable, uno de los suyos estaba cerca.

Los humanos no podían sentir aquella presencia, ya que, además de estar siendo mentalmente controlados, simplemente no podían saber cuando uno de los de Andrew se acercaba.

—Muchos humanos nos describen como "fantasmas", les provocamos escalofrío, dicen sentirse solos en el universo, sentir frío hasta los huesos, sus labios más que secos, se acorralan como una presa... entonces, sólo entonces yo sería un depredador. Lo que ellos sienten es "miedo"...—dijo una ínsonora voz a Andrew, tan seca y aspera que basto para que Andrew desapareciera del lugar.—Pensé que te quedarías a charlar un poco, pero acorde a tu postura, parece que tendre que visitar tu dulce hogar.