Tiempo En Viceversa.

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Cuando veía a las demás personas, cuando escuchaba como ellos veían sus 17 años yo los imaginaba de una forma:

Pensé que no me enamoraría, que sólo serían "diversiones pasajeras", que no habría chica, que pudiese adentrarse en mi.

Siempre he sido un chico malo, pero no como el erróneo concepto que la gente tiene de "malo", sino un chico que humilla a otros, que pelea en casa, que miente, que lastima.

Me imaginé que a los 17 de edad estaría en fiestas, tendría mi primer coche, estaría ya casi en la universidad...

Pero ahora soy sólo un chico que sigue peleando, ahora consigo mismo, un chico que sigue lastimando, aunque no quiera hacerlo. Un chico que lee por las noches, que mira sus estupidas series japonesas, que tiene a una novia perfecta pero que por alguna razón hace daño en ocasiones.

Nunca antes me había idiotizado así, enamorado es como le llaman.

Jamás imaginé sentir estas mariposas al verte, al tocarte, al besarte, al pensar en ti.

Tampoco pensé en sentir estos celos descontrolados cada vez que otro se te acerca.

Eres tan delicada, como de porcelana que aveces hasta tengo miedo de tocarte.

No tienes porque estar aquí.

Soportando mis enojos injustificados, mis tristezas eternas, mi pésimo lenguaje, mi mal comportamiento, mi arrogancia, mi irrelevancia, mis sueños tontos que no avanzan.

Que buena forma de tener 17 años. Aunque no me destruyo como otros, yo me destruyo cuando tomo la pluma.

Cuentos de una mente rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora