Hola, hace tanto tiempo, ¿no?
Entiendo que tenías prisa en irte, no te culpo; estabas ya sufriendo demasiado.
Ya no eras el fuerte roble que alguna vez fuiste, tus pasos eran cada vez más lentos, tu voz cada vez más pausada y llena de sabiduría.
El tiempo te jugó todo al revés.
Ya no podías salir a bailar como antes,
Ya no te podías salir a conocer el mundo y olvidarte de tus responsabilidades.
Ya no eras aquél galán que a cualquiera podía cautivar.
Los estragos de los años te terminaron por alcanzar.
Poco a poco fuiste entrando en razón,
El tiempo y la soledad te fueron cambiando al punto que hiciste lo que dijiste que jamás harías:
TE ARREPENTISTE.
Me dijiste:
"Yo no sabía lo que hacía".
¿Cómo no sabías? ¿Acaso tu no sabías todo?
Al menos, eso me querías dar a entender cuando menospreciabas mi esfuerzo en la escolar.
Dijiste: Soy un idiota.
Claro que lo eres, preferiste mil camas más que un hogar.
Pero yo soy aún más idiota, porque aún así sufro...
Cuando ahora yo era el que comenzaba a salir, el que comenzaba a divertirse, el que quería vivir...
Tú me intentaste detener. Como yo alguna vez lo hice. Involuntariamente.
Ahora que ambos cambiamos papeles, la ruleta ahora va para mí y a ti ya se te acabo la suerte.
Me pides que te perdone pero no lo haré.
No mereces ni que te escriba esto.
No se puede merecer nada el hombre que alguna vez golpeó a mamá cuando había jurado protegerla.
Pasaron los años, te deje de ver y comence a madurar...
Sabía que estaba mal, no es nada bueno rencor guardar.
Otra vez volví a buscarte.
Otra vez tenía que verte.
Me comenzaron a decir rumores de que estabas grave, de que alguien ya te rondaba a ti.
Te busque más desesperado.
Tenía que encontrar a la persona que me había enseñado a defenderme,
Tenía que encontrar a la persona que me había dicho que jamás lo alcanzaría,
Aquel que gané y me ganabas en los deportes.
Tenía que encontrarte de la manera que fuera.
¡Te encontré!
Ya estas viejito, estás amarrado a otro tipo de cama ahora...
Cuanto te extrañé.
Te abrazo fuertemente, no sé si me reconozcas pero comienzas a llorar...
Gracias Dios, te alcancé a encontrar.
Poco a poco tu corazón se va apagando, juntos con nuestras culpas, todo queda en el pasado.
Me falta un cielo entero para estar a tu lado.

ESTÁS LEYENDO
Cuentos de una mente rota
Ficción GeneralRecuerdos, ilusiones, fracasos y lamentos. ¿Qué tantos pensamientos así haz tenido? Seguramente puedas contar más de una desilusión. Este es un compendio de vivencias, ficciones y otros garabatos. Entra y disfruta el viaje a lo más recondito de mi...