3.- «Cuidar»

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-Yuuri, buen día -Dijó el de cabellos plateados, mientras se encontraba sentado sobre su esposo, con muchos ánimos.

El nipón, terminó de despertar y abrió lentamente sus ojos, hasta que unos labios impactaron los suyos en un corto, pero cálido beso, casí tan perfecto como una de esas mañanas Dr aire cálido. Le dedicó una bonita sonrisa cargada de amor a su esposo y se frotó los ojos con un poco de lentitud, tomó sus lentes de la mesilla de noche que estaba al lado de la cama y se los colocó medianamente bien.

-Viktor -Habló con suavidad, con voz dulce como algodón-. ¿Qué hora es? -Se levantó de la cama y se estiró unos cuantos segundos, para después caminar hacia la puerta blanca que se encontraba casi frente a él.

-Son las díez cuarenta y siete, Yuuri. Aún no desayuno -Sonrió y lo siguió a un par de pasos como si de un perrito con hambre se tratara-. ¿Qué almorzaremos? -se sentó en una de las sillas de la cocina junto a el Japonés.

-Supongo que cereal con leche -Bajó un par de tazones grandes que colocó en la isla y luego se dirigió al grande refrigerador a sacar un envase con leche fría.

Al momento pareció que la alegría de el mayor desapareciera y una mueca de insatisfacción se colocó en su rostro mientras se cruzaba de brazos. -Yo no quiero almorzar eso. Yuuri salgamos a comer por ahí -Abrió los brazos como si de ellos fueran a salir todas sus opciones.

-Esta bien, creo. Me iré a duchar y nos vamos, ¿Bien? -Guardó de nuevo la leche y las cosas y se fue al cuarto de baño corriendo, aún medio dormido.
Viktor sólo sonrió de lado, no podía dejar de amar cuando su cerdito corría para no hacerlo esperar.

''¿Mmm?'' Fue lo que dijó Viktor al sentir una pequeña manita jalando despacito su pantalón. Agachó la cabeza y quedó a la altura de la pequeña niña con trenzas largas y muchas pecas.
-¿Qué hace una princesa tan pequeña sin un guardian tras ella? ¿Te has perdido pequeña princesa? -Sonrió con calidez haciendo que la niña se relajara y le regresara el gesto.

-Solté la mano de mi mami y me perdí, ahora no la encuentro -Comenzó a chillar la pequeña señorita mientras Viktor le tomaba para cargarla en brazos.

-No llores, ahora mismo vendrá tu mamá -Intentó calmarla Katsuki mientras sonreía y tocaba la pequeña espalda de la niña.

Ella le miró a los ojos, limpiando sus lágrimas -¿En verdad? -Inquirió con un poco de entusiasmo. El chico le sostuvo la mirada.

-¡Claro! verás que viene en un momento -Comenzó a mover la cabeza hacia todos lados para intentar ver si alguién buscaba algo o a alguien, mejor dicho.

-¡Kichi! ¡Kichi! ¡Kichi! -Gritaba alterada una mujer de cabellos obscuros con el rostro un tanto rojo a punto de llorar.

La niña inmediatamente volteó a mirar al lugar del que provenían los gritos. -¡Mami!

La mujer la miró finalmente y corrió hasta donde estaba la pareja y cargó a su hija.
-Kichi, te dije que no te soltaras -Le abrazó fuerte y depués miró a los dos hombres-. Gracias por encontrarla y ayudarla, muchas gracias - Sonrió limpiando sus lágrimas.

-No fue nada -Añadió Viktor contento-Siempre es lindo estar con una princesa tan bonita -Miró a la niña reír.
La mujer bajó a la niña y se fueron tomadas de la mano caminando por la gran calle infestada de personas. Mientras la princesa Kichi movía su mano despidiéndose muy feliz.

-Regresemos a casa Viktor -Propuso el de cabellos obscuros y tomó la mano de su esposo.

Sostuvo la mano de su pareja. -Si, vamos -Ambos comenzaron a caminar despacio, con destino a su hogar.

Llegando a casa Yuuri se puso a limpiar la cocina, mientras Viktor tendía la cama de la habitación que compartían, aunque en realidad solo extendía una sábana y las otras las metía abajo de las almohadas. Después de que terminó su duro trabajo se dejó caer en la cama y unos momentos después su Yuuri entró también y se sentó a su lado.

-¿Qué pasa Viktor? has estado muy callado desde hace rato -Señaló mientras acariciaba sus cabellos quitándole el flequillo de los ojos.

Lo detuvo y tomó sus manos sonriendo, aunque pensativo -Esa niña de hace rato... yo quiero que tengamos una niña, quiero que tengamos un hijo, Yuuri. Otro bebé - Besó su mano derecha- Quiero que Yuuri y yo tengamos un bebé y lo cuidemos - Finalizó.

El chico dejó que una lágrima corriera por su mejilla -Tendremos un bebé, ya lo verás-Besó también la mano derecha de su esposo y añadió- Yo igual quiero cuidar un bebé junto con Viktor -Le dió un tímido beso en la frente.

Ambos comenzaron a reír y Yuuri se tiró en la cama también.

Yuuri estaba decidido, quería con toda su alma tener un hijo de su pareja, quería compartir con el ser que más amaba en el mundo la llegada de otro ser que amaría con todo su corazón y por el que daría la vida, lo quería y estaba seguro de que lo lograrían. Tendría un hijo de Viktor y serían felices.

...

"El hijo de Yuuri" | Yuuri on Ice |  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora