5.- «Una dura prueba»

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        ¿Qué demonios era eso que pensaba? ¿Acaso era tan egoísta como para querer tener un hijo, aunque no fuera de su pareja? «» Vaya, tan egoísta que el mismo se daba asco.

       ¿Qué rayos? su mente le estaba jugando una mala broma posiblemente, eso quería creer. No podía ser que el estuviera pensando en ese tipo de cosas, en lugar de ir tras Yuuri y abrazarlo... pero él no quería ir con su esposo, necesitaba tiempo. ¡Demonios, ¿En verdad era así de desagradable?!

      —Viktor, yo lo lamento, no sé como... —El de cabellos obscuros estaba frente a él con la cabeza baja y limpiandose las lágrimas que aun caían por sus mejillas. Deseaba abrazar a su esposo y decirle que aun podían esperar a la otra opción que el doctor les había dado para tener un bebé.

      Lo interrumpió de forma súbita. —Yuuri, necesito salir un rato a caminar —Sin más que decir, se levantó lo dejó ahí hincado y se fue.

       Fue la ocasión que sintió como si una barrera los separara, se sentía horrendo, ¿Por qué lo trató así? No había por que preguntarlo siquiera, él lo sabía. Viktor se encontraba decepcionado, estába triste. Sabía cuanto quería tener un hijo, cuanto lo anhelaba, lo sabía, y sin embargo él no había sido capáz de darselo. Se odiaba, se odiaba como núnca. Eran los peores momentos de su vida, acababa de perder su futura felicidad.

     Eran ya las once de la noche, era tarde y el de cabellos plateados aún no daba pistas de su llegada. Desde que vivían juntos, esa era la primera ocasión en que salía y no volvía temprano. Yuuri comenzó a tener miedo, temía que su pareja lo dejara ahora que no había podido tener un hijo nuevamente.

       Se encontraba sentado en el sofá esperando la llegada de su esposo. El sonido de su teléfono móvil se escuchó, lo tomó y contestó con rapidez. —¿Hola? — Inquirió a un número desconocido.

       Se escuchaba ruído de fondo, como si alguien estubiera en una fiesta —Yuuri, soy yo Phichit, sabes deberías venir a Rusia aquí todos son... ¡Dame el celular, estúpido! — Se escuchó esa voz, Yuri.

     Yuuri dejó salir una pequeña risa corta —Hola Yuri, ¿Cómo estas?— Habló un poco triste.

     Guardó silencio unos segundos —¿Qué te sucede, cerdo? —sabía que algo le ocurría, tantos kilómetros separados y lo sabía fácilmente.

     —No me pasa nada, estoy bién, ¿Y tú cómo estas? —Intentó zafarse de la pregunta, no le contaría a él lo que pasaba con Viktor.

     Bufó un poco enojado. —No me vengas con estúpidas mentiras a mí, ¿Qué te ocurre? Has llorado, cerdo llorón —Había pasado un tiempo con el hace muchos años, era natural que lo conociera, tal vez un poco más de lo normal.

      Se sorprendió, ¿En verdad el lo conocía tan bien o tal vez él era muy obvio? —Bueno, solo unos problemas con Viktor, nada del otro mundo — No quería decirle toda la verdad.

      —¿Qué te hizó ese estúpido anciano? — Era raro, pero al parecer Yuri se preocupaba por él, recordó lo que pasó años atrás. Sonrió triste.

        —Nada, solo fue una cosa cualquiera, ya estaremos bien.
Intentó sonar natural, luego añadió un triste —espero...

       —No sé que decír — No le diría que quería que ellos volvieran o decirle que las cosas se arreglarían, por que en realidad no era eso lo que quería.

       —No hay nada que decír. Se escucha mucho ruido, ¿Estas en una fiesta o algo parecido? — Se alegraba de que estuviera en una fiesta, era un jóven, le gustaba que disfrutara. —Solo no bebas mucho — Bromeó, sabía que Yuri no bebería, aunque tantos años sin hablar, podía ser un asesino y no saberlo.

        —Sí es una fiesta, sabes tengo veintiún años, puedo beber mucho si quiero — El de cabello negro dejó escapar otra risa al otro lado de la bocina. —Bueno Phichit fue quien llamó, hablamos mañana.

        —Sí — Se escuchó la puerta de la casa abrir y cerrar —Cuídate mucho, adiós — Yuri había colgado y alguién le miraba desde el marco de la puerta. Era Viktor y se veía serio.

         —Yuuri, tenemos que hablar un momento, por favor — El ruso se sentó en el sofá de enfrente.

       —De acuerdo — Dijó Katsuki sin más esperando la plática.

       —Yuuri, hoy fue un día triste para ambos, y mis sentimientos egoístas estubieron todo el día en mi mente — Bajo su cabeza con tristeza. —Pensé en cosas que no debería pensar, y te lastimé con mi conducta, pero yo sé que te amo, creo que necesito un poco de tiempo para superar lo que estamos pasando.

       —Bien — No sabía que mas decir. Y ambos se pusieron de pie si saber el rumbo de la conversación a partir de ese momento.

       —Me iré unos días a Rusia para pensar bien las cosas, pero volveré cariño — Intentó abrazarlo pero Yuuri se movió.

        —¿Cuándo te irás? — Realmente no quería que lo dejara, pero no era nadie para detenerlo luego de privarle la posibilidad de ser papá.

      Bajó la cabeza —Mañana, a la seis

         Había sido una decisión difícil pero no quería hacerle daño a su pareja estando con él. Pensó que si visitaba Rusia unos días todo sería mas claro en su mente y los horribles sentimientos que tenía desaparecerían sin más.

       —Has tu maleta, yo me iré a dormir. No me molestes, Viktor — Caminó hasta las escaleras y subió a la habitación.

        Su corazón estaba roto, cuando más necesitaba de él, cuando más necesitaba sus abrazos, su compañía, él decidió marcharse. Sintió que sus ojos quemaban, lloraría de nuevo, abrió más los ojos, no quería llorar otra vez. Un par de lágrimas rodaron y pensó que todo era una dura prueba.
Terminó por acostarse y quedar dormido con mucha facilidad, estaba cansado del maldito día.

        Eran ya las dos de la mañana, Viktor entró a la habitación intentando no hacer mucho ruído para no despertar a Yuuri. Sacó su maleta y comenzó a guardar un poco de ropa, hasta que pudo ver que aún dormido, cierto chico seguía llorando, se sentía como una basura al ver al amor de su vida así, no quería verlo llorar, pero lo mejor en esos momentos era que se fuera unos días, el también necesitaba llorar y pensar, solo  necesitaba arreglar sus pensamientos. Se acercó a él y con las yemas de sus dedos limpió las lágrimas del chico para después depositar un dulce beso en su mejilla. —Lo siento cariño, pero tengo que arreglar mis pensamientos para regresar y abrazarte como siempre, solo así podremos seguir como siempre, esperame.

       —¡¿Qué?! — Gritó sorprendido un morocho —¿Qué es eso de adelanto mi vuelo?

       El chico solo seguía metiéndo ropa más ropa en su valija hecho furia —Ese cerdo, tengo que verlo, ese maldito.

          Comenzó a ayudarle a meter cosas —¿Cuándo regresaras entonces? — Se sentó en la cama y se dejó caer después.

          Cerró la maleta por fin —No lo sé aún — Se tiró a su lado.

         —Bueno al menos se queda Mila, Seung y Otabek — Sí, ahora todos eran entrenados en Rusia y vaya cosas habían pasado en esos años.

           —Y Georgi ya regresará. Mi vuelo sale en un par de horas, será mejor que me vaya — Se levantó y tomo al menos tres maletas.

          —¡Yuri te acompañamos! — Una peliroja entró y cargo dos de las maletas.

          —No tienes por que cargar cosas pesadas — Le quitó las maletas el kazajo —¿Vamos o no? — La rusa y él salieron de la habitación.

         —Vamos Yuri — Animó Phichit. Seung los esperaba en una camioneta fuera del lugar.

          —Waw, incluso Seung nos acompaña Yuri — Habló Phichit subiendo al lado de su pareja.

           —Estúpidos — Sonrió, realmente tenía personas en que confiar.

...

[ED]

"El hijo de Yuuri" | Yuuri on Ice |  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora