- ¿De que hablas? - dije evitando su mirada.
- Vamos muñeca, todos sabemos que Agus y tú tienen algo más que amistad - lo mire.
- ¿Y tu con Cande que? - dije intentando desviar el tema.
- Yo con Cande muy bien - dijo tirándose en mi cama -, me da sexo cuando quiero y con eso me basta - dijo con una sonrisa cínica.
- Que viva el romanticismo - dije sarcástica.
- Es que no la quiero. No tiene nada especial - rodé los ojos.
- Tu no quieres a ninguna, sólo las quieres para tus necesidades - dije mientras seguía metiendo cosas en mi maleta.
Mientras yo agarraba ropa del armario, Ruggero me miraba el trasero. Cuando me di vuelta lo caché.
- ¡Ruggero! - lo regañe.
- ¿Que? - dijo el riendo.
- No me mires el trasero, depravado - río.
- Pues tu no vayas provocando, soy hombre - lo mire mal.
- Estas loco - sonrio.
- Gracias.
- ¿Y están saliendo? - dije metiendome al baño.
- ¿Quien? - arqueo las cejas.
- Pues Cande y tu.
- No, somos.. amigos - salí lista y metí más cosas a la maleta.
- Ah.. amigo - el río.
- Como tu y Agus - lo mire mal.
- Que gracioso - se paró de mi cama.
- ¿A donde vas?
- A ver a Agus - ladeo la cabeza.
- ¿Para? - gire sobre mis talones.
- ¿Para verlo? - dije obvia.
- Pero si lo viste ayer - arquee una ceja.
- ¿Y que? ¿Acaso estas celoso? - soltó una risa cínica.
- ¿Yo? ¿Celoso? Claro que no - tomé mi celular y lo guarde en el bolsillo del pantalón.
- ¿No vas a ir a ver a Cande? - negó con la cabeza.
- ¿Para que? No somos nada, no tengo que darle explicaciones - alze los hombros.
- Bueno, has lo que quieras. Ahora sal de mi habitación que ya me voy - se hizo el indignado.
- ¿Me estas echando? - negué.
- No, te invito a salir de mi habitación.
Ruggero salió de mi habitación y después me reuní con Agus en una cafetería.
- ¿A una granja? ¿Tu? - río.
- Si Agus, si. Yo no se que haré allí, moriré - exagere -. ¿Y con que vestire?
- Tacones no - rio.
- Esto es muy difícil.
- La muñeca en la granja - soltó una carcajada y lo mire mal.
- Pero tengo buenas noticias también - rápidamente se acercó más a la mesa.
- ¿Que?
- Mi papá me pagara un mes de vacaciones donde quiera y tu vendrás conmigo - sonrio.
- ¿Quieres que vaya contigo? - rei ligeramente.
- Claro que si.
- ¿Y a donde iríamos? - pregunto entusiasmado.
- No se, a donde sea.
- Podríamos ir con los demás también, digo, los chicos y sus novias - asenti.
- Si, sería buena idea - sonreimos.
- Bueno, algo de playa no estaría mal. ¿Porque no vamos a las Islas Marieta? Playa, discoteca ..
- Oh si, vamos. Tu planealo todo con los chicos y después me llamas y me avisas.
- Ok.
Acabamos de tomarnos nuestros cafés y nos fuimos a comprar ropa para estas vacaciones.
Después nos reunimos todos, incluso Rugge y fuimos a jugar billar. Luego de pasar la tarde entera juntos me despedí junto con Rugge.- Adiós zanahorio, te echaré mucho de menos - dije abrazandolo.
- Y yo enana.
- Bueno ya - interrumpió Rugge -, vamos - lo mire mal y volví a abrazar a Agus.
- Te quiero mucho - le dije por última vez a Agus y el sonrio.
Nos subimos al auto y fuimos a casa. Al llegar seguimos con nuestras maletas y cenamos.
Después Rugge, Allison y yo miramos televisión en la gran sala.- Será mejor que se acuesten ya, mañana nos iremos temprano, a las seis de la mañana - dijo mi papá.
- ¿Y como iremos? No cabemos todos en un auto.
- Por que iremos en mi auto también, muñeca - dijo Rugge y sonrio.
- Si, tu irás con Rugge, Allison y Anto, guardaremos las maletas en mi auto también - dijo papá y lo mire.
- ¿Porque yo con Rugge? - el río.
- Ya muñeca, no te quejes, has ido muchas veces conmigo - rei.
- Ya.. sólo es por pelear un rato.
Todos nos fuimos a dormir, tarde un poco en conciliar el sueño pero después caí profundamente dormida.
A las 5:30 de la mañana desperte, me dirigí al baño, me cambié y estaba terminando de maquillarme.
- ¿Muñeca, ya estas? - pregunto Rugge.
- Si Rugge, ¿me podría ayudar con mis maletas, por favor? - sonrio.
- Sólo por que me lo pides por favor.
- Gracias - le sonrei y los dos bajamos.
Mi papá cerró la casa y le dijo a Rugge que lo siguiera.
Ruggero y yo metimos las maletas en el auto de mi papá y subimos al auto de Rugge.- Y empezará lo peor - dije abrochandome el cinturón.
- Que negativa, ya verás que te gustará el campo - rodé los ojos.
- Si, yupi - dije sarcástica.