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- Me encanta la tarde de chicos. - dijo Lionel.
- Sí, y a mí, hace mucho que no lo hacíamos. - dijo Jorge.
- Pero creo que Ruggero está en Karolandia... - dijo Michael.
- Ni siquiera te escuchó. - reí.
Me acerqué poco a poco a él y le grité en su oído.
- ¡Ruggero! - él se asustó.
- ¡Mierda, Agus! - dijo Ruggero y todos reímos.
- ¿Se puede saber en qué piensas? - le preguntó Jorge.
- Pues en quién va ser. - bufó. - En Karol.
- Lo que yo no entiendo, es que si tanto dices que la quieres ¿por qué la haces sufrir? - le dije un poco molesto.
- No soy yo, es la loca de Candelaria... esa chica se ha obsesionado conmigo, en serio, no está bien. Los otros días llamó diciendo que vendría aquí, que no podía vivir sin mí y no sé cuántas cosas más.
- ¿Qué le dijiste? - preguntó Lionel.
- Que a la que quiero es a Karol, se enfadó y dijo que no permitiría nunca que Karol y yo, estuviéramos juntos. Está loca, y lo peor es que Karol le cree. - bufó.
- ¿Y si está embarazada? - preguntó Jorge.
- No, sólo falsificó unos papeles.
- La carta... - le dije.
- ¿Qué carta?
- Espera.
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- Toma. - se la entregué.
- Yo no escribí esto. - dijo al terminar de leer.
- Pero es idéntica a tu letra.
- Lo sé... ¿por eso se fue Karol ese día? - asentí. - Mierda.
***
- Buenos días, dormilona. - dijo Agus saltando en mi cama.
- Agus... - dije sin ganas.
- Anda, despierta, son las doce.
- Quiero dormir. - dije poniéndome la manta encima de la cabeza.
- Oh vamos Karol. - rio quitándome la cobija.
- ¿Qué quieres?
- Quiero que dedayunemos juntos. - se puso encima de mí.
- Agus, me aplastas.
- ¿Te vas a levantar?
- Sí, sólo quítate. - él rio. - Bueno, salte, que estoy en ropa interior. - el alzó los hombros.
- ¿Y qué? Como si no te hubiera visto sin ella. - soltó una carcajada.
- Pero ahora es diferente, tienes novia, no le hará gracia que me veas así.
- Ok, ok, pero no tardes, eh.
- Está bien.
Minutos después estábamos los dos abajo. Agus sentado en la encimera y yo cocinando.
- Tengo que decirte algo. - me dijo.
- Dime.
- Ayer... me enteré de algo.
- ¿De qué? - pregunté curiosa.
- Karol, Candelaria es una mentirosa, no está embarazada y la carta que te dio era falsa. Ruggero te ama, créeme, te adora.
En ese momento mi sonrisa no pudo ser mayor. Sentía una felicidad inmensa, pero lo pensé por un rato.
¿Y si Ruggero mintió?
- A lo mejor, el que miente es él. - mi sonrisa desapareció.
- Oh, vamos Karol, lo noté, en serio.
- No sé Agus... tengo miedo. - dije sacando los últimos hot cakes y apagando la estufa.
- ¿Miedo de qué? - dijo bajando y tomando su plato.
- Miedo de creerle, estar bien con él y luego... lo de siempre, sufrir.
- Pero...
- Necesito pensar.
- Sólo espero que no sea demasiado tarde para cuando tú quieras estar con él. Llegará un momento en el que se canse.
No volví a decir nada más y le conté lo que pasó en mi cita con Ryan.
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- Karol, luego nos vemos. Me veré con Caro.
- Ok, que te vaya bien. - le di un beso en la mejilla. - Pórtate bien. - reímos los dos.
- Sí mamá.
- No llegues muy tarde, mañana tenemos clases.
- Sí mamá, adiós, te quiero.
- Yo también. - reí.
Poco después de que Agus se fuera tocaron en timbre. Reí y me levanté del sofá.
- ¿Qué se te olvidó...? - dije abriendo la puerta pero me quedé congelada al ver una pistola apuntando mi cabeza.