| Capítulo 58 |

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Me levanté, desayuné con Rugge, fui a ducharme, me vestí y salí con Katu de compras.

- Que bien que por fin podamos hablar tranquilamente. - dijo Katu mientras se sentaba.

- Sí. - sonreí. - Katu... ¿sabes algo de Candelaria?

- Pff... esa chica está en un manicomio... está fatal.

- No lo entiendo, parecía tan normal...

- Lo sé, pero parece que le viene de familia, a su abuela le pasó casi lo mismo.

- Me siento tan mal y culpable.

- No tienes por qué... una persona normal sabe afrontar la realidad. - arquee las cejas.

- Madre mía... ¿y dónde está? ¿En Londres?

- Sí. Sus padres están muy enojados con Ruggero... espero que nunca se vean.

- Yo también.

- Y pensar que casi te mata...

- Lo sé... pero cuéntame, ¿cómo vas con Lionel?

- Es un amor... me llama siempre, nos vemos muy a menudo, no sé, estamos genial. Yo me quiero casar con ese chico. - rio.

- Llevan casi un año juntos ¿no?

- Sí. ¿Y tú con Rugge?

- Pues muy bien la verdad, pero aún no me pide ser su novia.

- Lo hará Karol, solo ten paciencia. - suspiré.

- ¿Y mi padre? Cuando se entere. Él dijo una vez cuando estábamos en la mesa que lo aceptaría pero yo creo que lo dijo más que nada porque creía que no pasaría.

- Es verdad, son hermanastros... pues no sé, esperemos que todo salga bien.

- Ojalá. - sonreí.

- Bueno, sigamos con las compras.

Estuvimos prácticamente todo el día juntas.
Comimos, compramos, fuimos al cine y luego nos reunimos con las demás y fuimos al antro.

Después de bailar toda la noche, beber y tomarnos muchas fotos, fuimos a casa.
Al llegar a casa me costó meter la llave en la cerradura de lo ebria que estaba. Pero al final lo conseguí y cuando entré me encontré con Agustín en el salón sentado con cara molesta.

- ¿Hola? - sonreí.

- ¡¿Hola?! - dijo. - ¿Se puede saber dónde mierda estaban todas? Me preocupé mucho.

Muñequita  | Adaptada | RuggarolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora