En aquel lúgubre lugar, Edward no veía a nadie más que a la bestia alada que le había tomado desprevenido a las afueras de la biblioteca. Ésta se había transformado en un fuerte moreno de ojos rojos con una cicatriz blanca en la frente.
—¿Quién demonios eres? —le preguntó y la respuesta del Cazador fue un sorpresivo ataque.
—¡Agrhh! —Algo parecido a una descarga eléctrica se impactó contra el cuerpo de Edward. Quien cayó entre la chatarra.
Visualizando un largo tubo de metal cerca de su caída, de inmediato lo cogió dispuesto a golpear al sujeto de la cicatriz en la frente, pero éste interpuso su fuerte brazo y en el acto, el tubo se pulverizó. Ante el asombro del muchacho, el Cazador volvió a atacarle con otra descarga eléctrica.
—¡Agrhh! —el rubio cayó nuevamente entre la chatarra sacudiéndose aún por el intenso dolor.
Momento que el Cazador aprovechó para acercarse con la intensión de tomar a Edward de la cabeza, pero éste se movió con habilidad para evitarlo, y en su lugar, una carrocería se pulverizó por el impacto del fuerte brazo.
Aunque estaba asustado, Edward se puso de pie y de nuevo adquirió la posición de defensa en contra del moreno.
Sin embargo, Scar, en vez de atacarlo, se acercó lo suficiente para poder tomarle del cuello y amenazarle con una pequeña daga dorada.
Tratando de liberarse del Cazador, la daga le rayó la cara, provocando que varias gotas de su vital líquido se deslizaran por una de sus mejías. El rubio observó con desagrado cómo el sujeto de piel oscura y ojos rojos lamió lentamente la sangre que había quedado en el arma.
—Extremadamente dulce. No sé cómo Mustang logra controlarse teniéndote tan cerca.
De nuevo el bastardo en su cabeza. Había imaginado claramente su atractiva figura con tan solo escuchar su nombre y se había estremecido al recordar cómo es que había obtenido su sangre para fortalecerse. Claro que no tenía idea de cómo lograba contenerse y no era algo en lo que estuviese pensando. Suficiente tenía con su debate interno sobre lo correcto e incorrecto de la situación. Y ahí estaba, frente a la bestia que al fin le había dado alcance. La que había exterminado a varias personas en Xerxes y a los chicos de las poblaciones cercanas a Risembool.
—Sé que sigues las órdenes de mi padre pero... antes de que acabes conmigo, quisiera saber si has estado disfrutando con todo esto —preguntó mientras apretaba los puños y dientes, no podía evitar sentir rabia e indignación por la muerte de tanta gente inocente.
—Solo hago lo necesario para asegurar mi lugar y si me preguntas lo que pienso... te diré que te considero una desgracia. No sabes usar el poder que tienes y hay alguien con las suficientes ambiciones listo para tomar ventaja de eso.
—¡Roy! —enunció casi sin darse cuenta el rubio.
—Eres el ángel inocente que manchó para ofrecer en sacrificio porque ese tipo de ofrenda es la favorita de Lucifer.
—¿Sacrificio? —los dorados ojos se abrieron como platos.
Esbozando una sonrisa un tanto burlona el Cazador continuó— ¿Qué es lo que creíste que Fuego haría contigo para obtener más poder?
Cierto, él dijo: «toda la sangre que necesite para volverme inmensamente poderoso», qué parte de su estúpido cerebro lo había olvidado. Tal vez la parte que se negaba a aceptar que ante Mustang no tenía esperanza. ¿Acaso pensaba que un demonio sería capaz de cambiar su propia naturaleza?
—Tu padre piensa que no te es fácil porque sientes algo por él —le dijo el moreno al notar su aflicción— pero Fuego es un pecador Edward, codicioso y ambicioso. Él no siente nada por ti, tan solo quiere usarte para seguir causando dolor y muerte en la Tierra. Sabes bien que es deber de tu padre impedirlo. ¡Apóyalo! Y no permitas que Fuego se salga con la suya.
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Ángel de Lucifer
FanficÁngeles y demonios, seres fantásticos y mitológicos, la historia del bien y del mal. ¿Quién puede asegurar que esa dualidad existe? O es tan solo una ilusión... en la que queremos creer.